Tabaco de ligar
El a?o 2011 comienza con una fant¨¢stica noticia para los fumadores pasivos y los ligones activos: no se podr¨¢ fumar en los lugares p¨²blicos. Los adictos deber¨¢n aplacar su vicio a las afueras, ya no solo de las oficinas y los lugares de trabajo, sino de los restaurantes, de los pubs y las discotecas. En realidad todos estamos de enhorabuena, los no fumadores (que viviremos la a?orada fantas¨ªa de comer o tomarnos una copa sin inhalar el maloliente e irritante veneno ajeno) y los propios fumadores, quienes ganan una nueva f¨®rmula de flirtear, el smirting.
La ley antitabaco que llegar¨¢ por fin a Espa?a en menos de un mes se hizo efectiva en Estados Unidos en 2003, en Irlanda al a?o siguiente y en Inglaterra en 2007. De repente los fumadores se encontraron a las afueras de los garitos pidi¨¦ndose fuego, comentando su malestar por la nueva ordenanza, pregunt¨¢ndose el nombre y alab¨¢ndose los cortes de pelo, en fin, ligando. Fumar siempre ha sido una excusa para establecer contacto con alguien deseado, pero ahora los consumidores de tabaco anglosajones han descubierto que la t¨¦cnica es mucho m¨¢s efectiva fuera de los bares que dentro. Los fumadores, exiliados a las puertas de los trabajos y las discos, se sienten parte de una comunidad de proscritos, confraternizan, comparten sus frustraciones y un primer placer com¨²n, la nicotina.
Fumar siempre ha sido una excusa para establecer contacto con alguien deseado
El silencio a las afueras de los recintos protegidos de humo favorece el di¨¢logo, la lluvia fomenta parejas improvisadas bajo un mismo paraguas, pedir fuego ya no resulta una burda y manida frase de acercamiento. Se especula que el 25% de las parejas irlandesas que se conocieron durante 2007 y 2008 lo hicieron mientras fumaban a la intemperie, mientras practicaban el smirting (cruce entre las palabras inglesas: smoking y flirting -ligar-). Desde hace unos a?os, hay m¨¢s cola para salir a fumar del deseado nightclub Bungalow 8 de Manhattan que para entrar, pues las posibilidades de ¨¦xito en la conquista son mucho mayores fuera que dentro.
Est¨¢ prosperando todo un nuevo cat¨¢logo de estrategias de ligue entre fumadores de acera. Se trata de llevar encendedores que llamen la atenci¨®n, que susciten tema de conversaci¨®n y, por supuesto, solo utilizarlo para encender cigarrillos ajenos, nunca el propio (se pedir¨¢ fuego a quien pretendamos). El tabaco es el arma de seducci¨®n y ahora importa m¨¢s que nunca lo que dice de ti. Seg¨²n el peri¨®dico brit¨¢nico The Sunday Times, quienes fuman negro suelen estar comprometidos, se encuentran sobre todo fuera de pubs, oficinas y garajes y una buena t¨¦cnica de ligue es toser, con ellos resulta simp¨¢tico. Los fumadores de Marlboro Light casi siempre trabajan en medios de comunicaci¨®n, en moda, en el mundo del espect¨¢culo o de la peluquer¨ªa. Se les encuentra fuera de cocteler¨ªas, con apariencia juvenil, acicalada y profesional, y se recomienda un acercamiento directo. Si el Marlboro es rojo probablemente estemos ante un chico o una chica de universidad p¨²blica precisamente a las afueras del edificio. Lo m¨¢s efectivo es hacer anillos de humo.
Cada pa¨ªs tiene sus artes de atracci¨®n pero parece incuestionable que en Madrid, dentro de tres semanas, se estrenar¨¢n por las noches nuevos corrillos donde intercambiar enojos, pitillos y n¨²meros de tel¨¦fono. Hasta ahora nuestra Comunidad se ha mostrado muy tolerante con las medidas antitabaco pero el a?o que viene, si nada se tuerce, la nueva prohibici¨®n beneficiar¨¢ a m¨¢s gente de la prevista. Aunque la medida antitabaco probablemente aqu¨ª tambi¨¦n tenga el mismo efecto rebote que en Estados Unidos o Inglaterra: muchos no fumadores han adoptado el vicio. Las reuniones a las afueras de los bares son tan productivas que personas que no se hab¨ªan encendido un cigarrillo en su vida han empezado a probar el humo caliente.
Quedarse dentro de la discoteca es perder el tiempo si la pretensi¨®n es ligar. Donde se descorchan las risas, los piropos, las preguntas atrevidas, las confesiones, las propuestas... es entre la nube de alquitr¨¢n, de pie, bajo el letrero del garito o junto a la puerta giratoria del edificio de oficinas. Chicos y chicas presentados durante un piti regresan juntos a los bares o los trabajos a seguir degustando una conversaci¨®n reci¨¦n empezada, a atizar con alcohol o con un caf¨¦ de m¨¢quina un flirteo nacido de la llama de un mechero, a buscar su beso de ansiedad.
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