Una orgullosa guerrera solitaria
Habr¨ªa fruncido el ce?o sin abandonar la sonrisa y habr¨ªa desgranado pausadamente las razones por las cuales ni era vanidosa, a pesar de que estaba orgullosa de algunos de sus logros, ni era solitaria, pues disfrutaba de la compa?¨ªa de los muchos amigos y amigas que atesoraba, ni peleaba m¨¢s all¨¢ de lo que su sentido de la verdad le exig¨ªa. Como siempre hubiera tenido raz¨®n y, sin embargo, la profunda huella que ha dejado entre amigos, profesores, colegas y alumnos no es del todo independiente de su particular manera, sin duda heredera de su castellan¨ªa vieja familiar, de compartir ¨¦xitos, de emprender aventuras o de pelear por lo que era su firme y razonada creencia. Y en una especie de lecci¨®n a modo de testamento se ha marchado sola, a los 52 a?os, sin concesiones, sin querer dar pena, rodeada solo de sus padres, hermana y sobrinos y sin dejar que vi¨¦ramos por ¨²ltima vez su rostro lleno de la luz y de la belleza de la inteligencia. O quiz¨¢, qui¨¦n sabe, por no vernos llorar.
Los tres compartimos a?os en la Universidad Carlos III. Licenciada en Ciencias Econ¨®micas por la Universidad del Pa¨ªs Vasco lleg¨® a la Carlos III no solo con entusiasmo juvenil, sino, tambi¨¦n, con un bagaje nada trivial. Admitida en varias universidades punteras de Estados Unidos, eligi¨® Princeton y fue la primera mujer espa?ola que obtuvo un doctorado, en 1985, por esa prestigiosa universidad. De all¨ª volvi¨® con una mochila llena de ideas sobre microeconometr¨ªa y el cuidadoso uso de los datos, que la convirtieron en una especialista en Econom¨ªa de la Educaci¨®n, un ¨¢rea de estudio que de una u otra forma ha cultivado toda su vida.
Se dej¨® arrastrar en 1990 por uno de nosotros desde Bilbao, para colaborar a poner en pie una Universidad nueva que respondiera a los valores en los que ella cre¨ªa, disfrut¨® de lo que Madrid ofrec¨ªa intelectual y art¨ªsticamente y trabaj¨® muy duro para iniciar y mantener durante a?os un m¨¢ster en Econom¨ªa de la Educaci¨®n, muchos a?os antes de que los m¨¢steres se generalizaran, que abr¨ªa las puertas a una profesionalidad a la que hoy todo el mundo apela, pero que en aquel comienzo de los a?os noventa casi nadie apreciaba. Se desvivi¨® por sus estudiantes y era emocionante observarla subrepticiamente derrochar energ¨ªa en beneficio de aquellos alumnos y alumnas a horas intempestivas.
Entre 1994 y 1996 fue asesora del secretario de Estado de Universidades e Investigaci¨®n y desde 2000 a 2004 fue vicerrectora de Alumnos y de Convergencia Europea en el equipo de gobierno de Gregorio Peces-Barba. Su trabajo abri¨® el camino que ha facilitado la r¨¢pida adaptaci¨®n de la Universidad Carlos III de Madrid al espacio europeo de educaci¨®n superior con el actual equipo de gobierno.
Su compromiso con la Universidad p¨²blica y con la calidad de la ense?anza ha dirigido una parte importante de su vida. En 2004 es nombrada ministra de Educaci¨®n, cargo que ocup¨® hasta 2006. Sus intereses intelectuales desbordaban su ambici¨®n acad¨¦mica, de forma que no creemos exagerar si afirmamos que nadie ha llegado al ministerio con menor experiencia pol¨ªtica y mayor mochila de ideas, no necesariamente el mejor equipamiento para una posici¨®n como la que alcanz¨®. No se envaneci¨® y tampoco llor¨® en p¨²blico cuando fue cesada de manera un tanto abrupta a los pocos d¨ªas de sacar adelante la vigente Ley de Educaci¨®n. Tambi¨¦n ten¨ªa reservas para sacarle jugo a la vida.
Y la mezcla de la Embajada permanente de Espa?a ante la Unesco, el ambiente de Par¨ªs lleno de incitaciones intelectuales y art¨ªsticas y la cercan¨ªa relativa al tema de la educaci¨®n, creemos que le proporcionaron los mejores a?os de su vida. A?os abiertos a sus amigos de todas partes, a?os repletos de entusiasmo por lo que hac¨ªa pero, como siempre, vividos con el recato de una luchadora aparentemente distanciada y sin embargo tan cerca de sus amigos, de su familia y de sus adorados sobrinos, su ¨²nica debilidad conocida y que la hace todav¨ªa m¨¢s inolvidable.
Daniel Pe?a es rector de la Universidad Carlos III de Madrid. Juan Urrutia fue presidente del Consejo Social de la Universidad Carlos III de Madrid.
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