Dragones en la azotea
Ceuta es un mosaico multicultural donde lo espa?ol se funde con la herencia fenicia, romana y ¨¢rabe. De la mezquita de Mulay el Med¨ª al Parque Mar¨ªtimo del Mediterr¨¢neo, un d¨ªa en la ciudad aut¨®noma
Hay quien no puede reprimir el pellizco en el est¨®mago. Cuando uno zarpa a Ceuta desde el puerto de Algeciras (estaci¨®n mar¨ªtima Bah¨ªa de Algeciras; 956 58 54 63) ve en todo momento la silueta de ?frica. Son 14 kil¨®metros. En media hora uno se planta en el continente vecino y se da cuenta de la multiculturalidad de esta ciudad de 80.000 habitantes. Cristianos, musulmanes, hind¨²es y jud¨ªos conforman una mir¨ªada alucinante con deje andaluz y ¨¢rabe. La cabeza entrar¨¢ en modo reset. Y puede que alg¨²n ceut¨ª se lo haga saber: "El que se viene a Ceuta a vivir obligado por su trabajo entra llorando. Y cuando sale, tambi¨¦n". Dicen que la ciudad engancha.
9.40 Entre dos mares
Aparece blanca. ?No tiene un aire a C¨¢diz? O incluso a Gibraltar. Su peculiar emplazamiento ha hecho que a lo largo de la historia haya pasado por manos de fenicios, v¨¢ndalos, romanos, visigodos, ¨¢rabes, portugueses y espa?oles. Es, sin duda, una ciudad mosaico. El Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo confluyen en el foso de San Felipe, en las Murallas Reales (1) (avenida de San Francisco Javier, s/n). Habr¨¢ que pasar un rato curioseando por estos lienzos de piedra dorada que hacen imaginar lo codiciada que fue esta punta de tierra. Quiz¨¢ a estas alturas ya haya escuchado un castellano de ecos gaditanos y dariya, dialecto ¨¢rabe de Marruecos. Las culturas occidental y ¨¢rabe est¨¢n muy integradas en Ceuta.
11.00 Caballas y especias
Miren hacia arriba. Ah¨ª est¨¢ el minarete verde y blanco de la mezquita de Mulay el Med¨ª (2) (avenida de ?frica, s/n), construida en 1940. Y entrando en el cogollo del centro se erige la catedral de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n (3) (plaza de ?frica, s/n), ocre y blanca, a medio camino entre las iglesias andaluzas y las de Am¨¦rica Latina. La plaza guarda una sorpresa: el Palacio de la Asamblea, sede del Gobierno de la ciudad aut¨®noma, inaugurado por el rey Alfonso XIII y que recuerda a un palacete parisino. Ahora hay que rebobinar la historia: Ceuta tiene uno de los escasos yacimientos fenicios de Espa?a. Es del siglo VII antes de Cristo y se puede visitar (plaza de ?frica, s/n). Esta civilizaci¨®n vino por mar y a¨²n hoy el agua determina la vida de los ceut¨ªes. No es raro verles hablar del oleaje o de los vientos de Poniente y Levante, cuyos temporales condicionan su relaci¨®n con la Pen¨ªnsula. Si hace buen tiempo, si¨¦ntese un rato a contemplar el horizonte en las playas de la Ribera (4) (calle de la Independencia) y del Chorrillo (5) (avenida de Mart¨ªnez Catena). En verano est¨¢n hasta arriba. En invierno hay gaviotas y paseantes abrigados. Cerca se encuentra el enorme paseo del Alcalde S¨¢nchez Prado (6), pero nadie lo llama as¨ª. Es conocido popularmente como la Gran V¨ªa (ideal para tomar un caf¨¦ o t¨¦). Al final de la calle est¨¢ Sol, haciendo una comparaci¨®n con Madrid, y el mercado central - - (7), donde saltan los pescados frescos (muchas caballas, por algo este es el otro gentilicio de los ceut¨ªes) y se siente el olor de las especias ¨¢rabes e hind¨²es. De aqu¨ª a los restos de la bas¨ªlica tardorromana (8) (calle de Queipo de Llano, s/n), con el ¨¢bside hacia Jerusal¨¦n y testimonio de los inicios del cristianismo, y a los antiguos ba?os ¨¢rabes (9) (plaza de la Paz, s/n), de los siglos XII y XIII.
12.15 La hora del verm¨²
D¨¦jese sorprender por la elegancia del edificio Trujillo (10) (paseo del Revell¨ªn, 1), de principios del siglo XX, que lo mismo podr¨ªa estar en Praga que en La Habana. Entret¨¦ngase con el barullo del paseo del Revell¨ªn, la iglesia de San Francisco (11) (calle Real, s/n) y la monumentalidad de la Casa de los Dragones (12) (esquina de la calle de Camoens con Mill¨¢n Astray), un alarde historicista que sorprende con sus cuatro lagartos a punto de echar a volar. El jaleo contin¨²a en la sugerente plaza de los Reyes (13), cuyas inmediaciones se llenan en las procesiones de Semana Santa y el Carnaval, que bebe bastante del de C¨¢diz. Hay mucha gente en los bares. Claro, es la hora del verm¨². A tapear a Pacho (14) (Beatriz de Silva, 7), El Pesca¨ªto Frito (15) (M¨¦ndez Antioco Sol¨ªs, 9) y La Juana (16) (plaza de los Reyes, s/n). Un tentempi¨¦ para el cuerpo y ahora otro para el esp¨ªritu: im¨¢genes a todo color y con suerte alg¨²n c¨¢ntico en el oratorio hind¨² Mandhir de Durga Mata (17) (calle de Algeciras, s/n).
14.00 ?Un pirata chato?
Un respiro. En un acantilado salvaje se encuentra el monte Hacho. De camino, el restaurante Al Andalus (18) (carretera del Hacho, s/n; 956 51 39 21), con vistas al mar. Deliciosos cusc¨²s, taj¨ªn de cordero, pollo a la rife?a, pescados y pinchos morunos. De postre, t¨¦ a la menta y pastas a base de almendras, miel y pistachos. Luego, recorrido agreste por el monte, el parque de San Amaro, el mirador de San Antonio y el faro. El viento despeina y la sal entra en los pulmones. De repente, una enorme fortaleza. Es el Museo del Desnarigado (19) (carretera del Desnarigado, s/n; 956 51 40 66), que debe su nombre a un pirata que o era chato o se qued¨® sin fosas nasales por alguna escabechina y huy¨® desde Argelia en el siglo XV para asentarse cerca de este promontorio. El castillo alberga el Museo del Ej¨¦rcito (algo normal en una ciudad donde el 40% de los terrenos es propiedad militar), con armamentos, uniformes y piezas desde el siglo XVI.
17.30 La mujerona tumbada
El otro extremo de la ciudad tambi¨¦n huele a campo. El yacimiento de la pedan¨ªa ceut¨ª de Benz¨² (20), con descubrimientos sobre el paleol¨ªtico y neol¨ªtico que han puesto patas arriba la prehistoria, no se puede visitar, pero su entorno es espectacular. Rocas, acantilados, playas y m¨¢s mar. En el pueblecito se encuentran varias teter¨ªas aut¨¦nticas y acogedoras. Olor a yerbabuena y amigos de ch¨¢chara. La mayor escapada de los ceut¨ªes. Lo m¨¢s lejos que se pueden ir en una ciudad constre?ida por su frontera con Marruecos. No hay que marcharse sin divisar la llamada Mujer Muerta, una roca gigante donde el tiempo ha tallado una figura femenina con ojos, nariz, boca y pechos. Detr¨¢s, aunque no se ve, est¨¢ la famosa isla de Perejil.
19.30 Mojitos marineros
Puede que la gente se agolpe a la entrada de la mezquita de Sidi Embarek- - 21 (Claudio V¨¢zquez, s/n), la que congrega a m¨¢s musulmanes. A¨²n espera el Parque Mar¨ªtimo del Mediterr¨¢neo - 22, orgullo de los ceut¨ªes. Son 56.000 metros cuadrados con tres grandes lagos de agua salada, obra del artista canario C¨¦sar Manrique. Hay playas artificiales, jardines, islas con palmeras, restaurantes, bares y un casino. En la estaci¨®n n¨¢utica se puede practicar buceo para ver los impresionantes corales de Ceuta. Y la cena no puede ser otra: marisco en La Barraca o cocina mediterr¨¢nea a base de pescado en La Pe?a y El Rinc¨®n, los tres ubicados en el parque. El Poblado Marinero concentra la marcha nocturna. Puede que est¨¦ reventado, pero ?le va a decir que no a un mojito frente al pe?¨®n de Gibraltar? Casi se puede tocar.
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