El campanario era una provocaci¨®n
La iglesia neorrom¨¢nica alemana, una joya escondida en plena Castellana
El plano deja bien claro que el campanario era una provocaci¨®n. Tachada y recortada del proyecto original, la torre que iba a coronar la iglesia de habla alemana de Madrid nunca se construy¨®. Era 1909 y la ciudad cat¨®lica, apost¨®lica y romana no ver¨ªa con buenos ojos una competidora protestante. "Pero por encima del problema religioso, estaba el pol¨ªtico", explica Carlos Clemente, restaurador de este edificio neorrom¨¢nico escondido en pleno paseo de la Castellana.
"En los a?os previos a la I Guerra Mundial, tanto en Alemania como en Espa?a triunfaba el nacionalismo", dice el arquitecto. "Que en ese momento una iglesia protestante reivindicase a los visigodos y el tesoro de Guarrazar no es lo que mejor iba a sentar", contin¨²a Clemente, "?as¨ª que cualquiera le coloca un campanario a la iglesia!".
Los alemanes fueron prudentes: "Las obras tuvieron que realizarse con gran disciplina y en silencio debido a la intransigencia religiosa y la trascendencia pol¨ªtica". Cay¨® el campanario y el templo se retranque¨® del solar, escondi¨¦ndose tras la casa parroquial. La iglesia, anexa a la embajada del imperio alem¨¢n, se consider¨® capilla de la misma. Hoy, en la ubicaci¨®n de la antigua embajada est¨¢ el edificio IBM de Fisac, un anguloso bloque de hormig¨®n que oculta a¨²n m¨¢s la iglesia.
Los nacionalismos pol¨ªticos de finales del siglo XIX y principios del XX ten¨ªa como lenguaje arquitect¨®nico el historicismo, que se esforzaba por buscar en el pasado las ra¨ªces de la identidad frente a movimientos modernos que pretend¨ªan olvidar la tradici¨®n para empezar desde cero. Clemente descubri¨® la iglesia de la Paz cuando recibi¨® el encargo de restaurarla. "No hay un ejemplo igual en toda la ciudad y su colecci¨®n de capiteles es ¨²nica en la Pen¨ªnsula".
De las 75 columnas talladas del templo, 57 tuvieron que ser restauradas. En sus capiteles hay s¨ªmbolos de todo tipo, ¨¢guilas de la sabidur¨ªa y ranas de la suerte, Daniel con los leones aplacados y bondadosos monstruos antrop¨®fagos que representan el eterno retorno. Todos podr¨ªan haber estado en una iglesia del siglo XII, pero tambi¨¦n, como en casi todas las obras historicistas, hay homenajes anacr¨®nicos. En varias columnas aparece el emperador Guillermo II de cuyos enormes bigotes salen m¨¢gicos dragones.
Las tallas sobre la piedra de Novelda fueron obra (por ley) de los artesanos espa?oles que estaban construyendo el barrio de Salamanca. M¨¢s de un siglo aguantando los coches de la Castellana hicieron enfermar el edificio. "El llamado c¨¢ncer de la piedra est¨¢ provocado por los ¨¢cidos que se derivan de la contaminaci¨®n", explica Clemente. Estos ¨¢cidos org¨¢nicos tienen microorganismos que producen una costra negra que no deja respirar y que corrompe la piedra que hay debajo. Los microorganismos crean unas galer¨ªas en las que habitan. Para sacarlos hay que lavar la piedra con agua nebulizada con ¨¢cido fosf¨®rico muy diluido. Las "gotitas infinitesimales" entran en las galer¨ªas microsc¨®picas y llega a los intersticios entre los granos. Clemente lo resume para legos: "Es como pasarle la vaporeta".
Un millar de personas est¨¢n adscritas a la iglesia de la Paz, que celebra bautizos y bodas y a cuyas misas en alem¨¢n acuden unos 50 fieles, la mayor¨ªa alemanes, pero tambi¨¦n suizos, escandinavos y holandeses. Los pastores vienen de Alemania y aunque nunca se ha elegido una mujer, s¨ª ha habido vicarias y durante unos meses se hizo cargo de la iglesia una obispa. Cuando est¨¢ vac¨ªo es dif¨ªcil adivinar que este no es un templo cat¨®lico. "A primera vista no lo notar¨ªas en nada", dice Gunnar Carlos Christensen, que fue su sacrist¨¢n durante d¨¦cadas.
Tras el altar hay un mosaico neobizantino con un pantocr¨¢tor en el centro, del techo cuelga una enorme l¨¢mpara que emula una corona votiva visigoda, el organista ensaya una pieza que inunda la sala que en vez de bancos tiene sillas talladas, algunas originales. "Normalmente, las iglesias protestantes est¨¢n m¨¢s desnudas", dice Clemente, "pero aqu¨ª se a¨²na la tradici¨®n espa?ola". Afinando el ojo, hay algunos detalles que muestran la doctrina evang¨¦lica de esta iglesia: un cuadro de Lutero en una galer¨ªa, la ausencia de im¨¢genes de la Virgen y una corona de pino sobre la pila bautismal con las cuatro velas de adviento que en la tradici¨®n germana se van encendiendo seg¨²n se acerca la Navidad.
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