Una utop¨ªa en siete palabras
Nadal gana tres 'grandes' tras sufrir una lesi¨®n de rodilla - "Esfuerzo, profesionalidad, trabajo, ilusi¨®n, humildad, sacrificio y disciplina" son sus valores
"Miro a un espa?ol universal", dice Julio Iglesias y, cuando termina, se produce un estruendo de aplausos. Ocurre el mi¨¦rcoles durante una cena de gala en el madrile?o Palacio de Cibeles y Rafael Nadal es el hombre al que describen esas palabras.
El tenista mallorqu¨ªn ha ganado Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos en 2010. Ha reconquistado el n¨²mero uno mundial. Se ha convertido, a los 24 a?os, en el m¨¢s joven en apuntarse los cuatro grandes. Sus compa?eros deportistas, preguntados por este diario, le han elegido el mejor espa?ol del a?o. Tambi¨¦n ha sido premiado por la BBC, por la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales... Sin embargo, todos esos ¨¦xitos y honores, todas esas celebraciones, solo cubren una faceta de Nadal, la del deportista. ?l se ha fijado en otras cosas a la hora de poner nota a su quehacer del a?o que ahora termina.
En el Abierto de Australia, ante Murray, se retir¨® lesionado. Todo eran dudas
El autoexamen acaba ese mismo mi¨¦rcoles y antes de que Julio Iglesias irrumpa en el escenario como colof¨®n de la cena de gala de la fundaci¨®n del tenista. Desde dos pantallas gigantes y ante personalidades de todos los ¨¢mbitos (hay ah¨ª representantes de la pol¨ªtica, la moda, el toreo o el deporte) se proyecta un v¨ªdeo sobre el jugador. Sus ¨¦xitos son los menos en el metraje que ilumina el monumental patio de cristales. Lo que all¨ª se muestra son sus dolores, sus sufrimientos, sus sudores. Las lesiones de rodilla. Su derrota ante el sueco Robin Soderling en octavos de Roland Garros 2009. La retirada en cuartos del Abierto de Australia de 2010, ante el brit¨¢nico Andy Murray, cuando a su alrededor todo eran dudas, dudas y m¨¢s dudas. Rotuladas, las palabras clave de su espl¨¦ndido ejercicio: "Esfuerzo". "Profesionalidad". "Trabajo". "Ilusi¨®n". "Humildad". "Sacrificio". "Disciplina".
Siendo un v¨ªdeo oficial, por supuesto encargado y revisado por el equipo del tenista antes de la emisi¨®n, no hay lugar al equ¨ªvoco. Ese es el mensaje que quiere transmitir el deportista. El ¨¦xito no est¨¢ en la victoria. El ¨¦xito est¨¢ en los valores, piensa Nadal, que le llevaron a superar todos esos momentos cr¨ªticos para luego construir una temporada de leyenda. El ¨¦xito, dice luego el n¨²mero uno, vestido de etiqueta, no estuvo en levantar trofeos, sino en andar otros caminos.
"La fundaci¨®n es una idea que tuvimos hace cuatro a?os", explica el mallorqu¨ªn desde el estrado; "yo siempre he querido ayudar a los ni?os, que me encantan. Estoy bastante m¨¢s nervioso que antes de empezar cualquier partido. Lo que parec¨ªa una utop¨ªa es ahora una realidad".
La realidad de Nadal estuvo en las pistas, por supuesto, pero tambi¨¦n fuera de ellas. Ocurre desde hace a?os. Preocupado por sentirse como un hombre de este mundo, "por estar en la realidad", Nadal tiene o¨ªdos para todo.
-"?No cree que el n¨²mero uno debe contribuir a desarrollar el juego en la parte menos desarrollada del mundo, como Bangladesh?", le sueltan nada m¨¢s ganar el oro ol¨ªmpico en Pek¨ªn 2008.
-"Si Bangladesh quiere algo de m¨ª, si creen que puedo ayudar en algo, tan solo tiene que dec¨ªrmelo".
La an¨¦cdota ilustra las acciones que han jalonando sus triunfos. Detr¨¢s de cada ¨¦xito puntual hubo una filosof¨ªa permanente. El espa?ol vive los valores del v¨ªdeo desde una doble v¨ªa. Un d¨ªa escucha que lo m¨¢s conveniente no es celebrar el t¨ªtulo de Wimbledon, sino acudir inmediatamente despu¨¦s de su triunfo de 2010 a una cl¨ªnica vitoriana para tratarse sus rodillas. Y lo hace. Ah¨ª, en lo deportivo, est¨¢n "el esfuerzo, la profesionalidad, el trabajo, el sacrificio y la disciplina". Al otro, le piden ayuda y ¨¦l, en lo humano, aplica "la ilusi¨®n y la humildad".
En 2008, por ejemplo, el argentino Hood volv¨ªa a jugar y no encontraba torneos que le quisieran. Nadal se lo llev¨® de compa?ero de dobles a Queen's. En 2009, el italiano Luzzi muri¨® de leucemia. "Y habl¨¦ con Rafa", explica Paola, su madre; "sobre c¨®mo quer¨ªamos conseguir que enfermos como mi hijo pudieran ser cuidados en casa en vez de en el hospital, que quer¨ªamos su foto con el logo de nuestra fundaci¨®n, una aportaci¨®n econ¨®mica, una raqueta para una subasta...". Y luego, en 2010, Nadal abri¨® una escuela para ni?os en Anantapur (India).
Acababa de finalizar la gira asi¨¢tica. Acababa de ganar el Abierto de Estados Unidos. Sab¨ªa ya que, si conquista el pr¨®ximo grande, en enero y en Australia, ser¨¢ el primer hombre desde Rod Laver, en 1969, capaz de ganar cuatro torneos del Grand Slam seguidos. Eso, sin embargo, no era lo que m¨¢s le importaba. Estaban la utop¨ªa y los ni?os. Los proyectos extraten¨ªsticos. Aplicar a otros los mismos valores que han hecho de ¨¦l un monstruo en la pista.
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