El presidente remodela su equipo con la vista puesta en la reelecci¨®n
El portavoz Robert Gibbs renuncia para preparar la campa?a de 2012
La nueva realidad pol¨ªtica en Washington exige un nuevo Barack Obama. Ante un Congreso de mucha mayor presencia republicana en el que le resultar¨¢ pr¨¢cticamente imposible sacar adelante iniciativas legislativas de trascendencia, el presidente tiene que acomodar su programa, proteger su posici¨®n y modificar su mensaje con la vista puesta en su reelecci¨®n en 2012. En ese sentido se explica la renuncia, ayer, del portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, y de otros que le seguir¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas.
Obama pretende afrontar esa nueva realidad con un nuevo equipo, lo que no equivale aqu¨ª a un cambio de Gobierno. Los ministros, a excepci¨®n de los secretarios de Estado, Defensa, Tesoro y Justicia, no tienen gran influencia en el desarrollo de la pol¨ªtica propiamente dicha. Cuando se quiere corregir la pol¨ªtica lo que se cambia es el c¨ªrculo ¨ªntimo de asesores en la Casa Blanca, los que despachan con el presidente a diario, escriben sus discursos e influyen determinantemente en sus decisiones.
Con la mayor¨ªa republicana, Obama debe modificar su programa
Cuando se quiere corregir la pol¨ªtica, se cambia el c¨ªrculo ¨ªntimo de asesores
Gibbs ocupa un lugar estelar en ese c¨ªrculo. Est¨¢ con Obama desde 2004, cuando el presidente aspiraba tan solo a ser senador de Illinois, y ha permanecido a su lado como uno de sus hombres de m¨¢xima confianza. Desde el comienzo de esta Administraci¨®n ha estado al frente de la impagable misi¨®n de transmitir diariamente a los periodistas la obra del presidente, resaltar sus ¨¦xitos, esconder sus errores y manejar los hechos con la sabia flexibilidad que saben utilizar los buenos comunicadores.
Tuvo un ¨¦xito relativo en esa labor. No se le recordar¨¢ por ning¨²n fallo estrepitoso, pero tampoco deja un recuerdo imborrable en la sala de prensa de la Casa Blanca. Siempre fue distante con los profesionales que pueblan ese lugar, a los que supo defender frente a algunos adversarios, como los agentes de seguridad del Gobierno chino, pero con los que tuvo tambi¨¦n encontronazos y disputas como para poder decir que no le echar¨¢n de menos.
Como portavoz, Gibbs tuvo seguramente la enorme virtud de no cometer nunca una indiscreci¨®n, pero eso mismo puede anotarse en su contra si ha de ser juzgado por periodistas frustrados por la impenetrabilidad de este joven nacido en la c¨¢lida Luisiana pero con la frialdad y el porte de un oso polar.
Gibbs se quedar¨¢ en su puesto hasta febrero. Despu¨¦s asumir¨¢ alg¨²n cargo fuera de la Administraci¨®n y ejercer¨¢ como asesor externo del presidente ante la campa?a de 2012. No se aleja, pues, de Obama, ni su salida debe de ser vista como una muestra de diferencias entre ambos.
Al contrario, con su relevo, Obama de alguna manera preserva a Gibbs, cuyo desgaste en el puesto actual era enorme, y le permite recuperar energ¨ªas para estar a pleno rendimiento dentro de dos a?os.
Algo similar har¨¢ el presidente en los pr¨®ximos d¨ªas con quien ha sido su principal asesor pol¨ªtico, David Axelrod, a quien se permitir¨¢, despu¨¦s del discurso del estado de la Uni¨®n, regresar a Chicago para recargar las pilas y planificar la estrategia de la campa?a electoral, como hizo en 2008.
Con la salida de Axelrod, y despu¨¦s de que se anunciasen el a?o pasado las renuncias del principal asesor econ¨®mico, Larry Summers, y del jefe de Gabinete, Rahm Emanuel, Obama se ver¨¢ rodeado de un equipo totalmente nuevo en la segunda mitad de su primer mandato.
No se conocen a¨²n los nombres de sus reemplazantes, aunque los medios de comunicaci¨®n sit¨²an a William Daley, ex ministro de Bill Clinton, como jefe de Gabinete; a Gene Sperling, experto en el combate al d¨¦ficit p¨²blico, como consejero econ¨®mico, y a David Plouffe, uno de los cerebros de la campa?a electoral de 2008, como principal consejero pol¨ªtico.
No circulan a¨²n nombres para sustituir a Gibbs, un cargo vital en un momento en que va a ser crucial la percepci¨®n que el p¨²blico tenga del trabajo de un presidente situado ahora en la acera contraria a la del Congreso.
LOS NOMBRES CLAVE DE LA LEGISLATURA
- John Boehner. El nuevo portavoz de la C¨¢mara de Representantes ha prometido que sus prioridades ser¨¢n reducir el gasto p¨²blico e impulsar la econom¨ªa. Al frente de la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara, tiene el poder de entorpecer las pol¨ªticas del Gobierno.
- Marco Rubio. Carism¨¢tica estrella republicana de 39 a?os, es una de las caras m¨¢s visibles y en¨¦rgicas del Tea Party. Hijo de cubanos que huyeron del r¨¦gimen castrista, es una pieza clave en el Senado para ganar votos entre los hispanos que est¨¢n descontentos por el apoyo republicano a las leyes que respaldan las pol¨ªticas contra los inmigrantes irregulares.
- Paul Ryan. Presidente del nuevo Comit¨¦ de Presupuestos Generales de la C¨¢mara, liderar¨¢ a los republicanos en su esfuerzo para rebajar dr¨¢sticamente el gasto del Gobierno.
- Michele Bachmann. Con el respaldo del Tea Party, ha liderado la campa?a de agitaci¨®n contra la reforma sanitaria impulsada por la Administraci¨®n de Obama.
- Darrell Issa. Ser¨¢ el presidente del Comit¨¦ de Control y Reforma del Gobierno de la C¨¢mara Baja, un cargo desde el que dirigir¨¢ las investigaciones impulsadas por los republicanos sobre las actuaciones de la Administraci¨®n.
- Rand Paul. Ascendi¨® gracias al apoyo del Tea Party y se ha convertido en una de las voces m¨¢s influyentes del Partido.
- Harry Reid. El l¨ªder del contingente dem¨®crata en el Senado tendr¨¢ el reto de mantener unido su grupo y hacer de enlace entre dem¨®cratas conservadores y republicanos.
- Eric Cantor. El nuevo l¨ªder de la minor¨ªa dem¨®crata en el Congreso tendr¨¢ que hacer frente a la radical oposici¨®n republicana a la reforma sanitaria y su voluntad de reducir dr¨¢sticamente el gasto p¨²blico.
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