"Sectores de Sevilla quer¨ªan que fuera un florero y mandar ellos"
Del rostro de Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn (Sevilla 1957) se ha evaporado ese gesto entre tenso y excitado que suelen tener los candidatos a pocos meses de las elecciones. Est¨¢ en lo concreto, en rematar la gesti¨®n y vive un momento dulce con su partido despu¨¦s de tanta trifulca. La v¨ªspera del d¨ªa que se hizo la entrevista (viernes) ha hecho de rey mago en una cabalgata de barrio y le duele el brazo de tirar caramelos. "Estoy m¨¢s cansado que cuando sal¨ª en la de Sevilla, pero es que, claro, ten¨ªa 10 a?os menos", reflexiona mientras presume de veteran¨ªa. "Soy el ¨²nico alcalde de Sevilla que ha lanzado proyectos y ha estado el tiempo suficiente para verlos terminados".
Pregunta. Su mensaje de despedida m¨¢s repetido ha sido algo as¨ª como la "historia me absolver¨¢". ?Hay que ir tan lejos para valorar su legado?
"Algunos solo quieren un alcalde para el boato, que no se entrometa"
"El ¨²ltimo a?o la relaci¨®n con mi partido ha sido bastante dif¨ªcil"
Respuesta. Yo pienso que la gente dir¨¢: este hombre ha hecho muchas cosas. Quiz¨¢s sea ese el denominador com¨²n para la mayor¨ªa de los ciudadanos. Habr¨¢ quien diga que hice cosas buenas, regulares o malas, pero todo el mundo dir¨¢ que he hecho muchas cosas para transformar la ciudad.
P. Su entorno sostiene que las cr¨ªticas hacia usted han sido siempre despiadadas, que le han embestido con rabia. ?Se siente injustamente tratado?
R. He aprendido que as¨ª son las cosas. En esta ciudad, cuando se lanza un proyecto siempre hay un cierto escepticismo, un descreimiento. Despu¨¦s de 1992 no se hab¨ªa hecho nada y la gente estaba incr¨¦dula. La primera vez esas cosas me impresionaron, incluso me pudieron afectar, pero despu¨¦s no. La gente termina por hacer el proyecto suyo, y ah¨ª se acab¨® el problema. Ha pasado sucesivamente y en cada uno de los proyectos.
P. Me refer¨ªa m¨¢s a las descalificaciones personales. A los chistes hirientes.
R. Algunas veces se critica no tanto lo que se hace sino quien lo hace. Eso es verdad, no lo voy a negar. Pero yo no me lo puedo tomar como algo personal. Porque es verdad que nunca un alcalde ha recibido ese trato, pero nunca un alcalde ha estado tanto tiempo en Sevilla. Nunca un alcalde ha mejorado sus resultados elecci¨®n tras elecci¨®n. Nunca ha estado tan decidido a hacer las cosas por encima de cr¨ªticas. Nunca un alcalde se ha atrevido a seguir adelante con proyectos con rechazo.
P. ?Qu¨¦ es lo que cree que molesta tanto de su persona?
R. Lo que vienen a decir es que mi perfil personal no se corresponde con lo que ellos entienden que debe ser un alcalde. Es decir, una persona distante, que no se roza, que no se moja, que no se mete en los charcos, que no se remanga, sino que tiene que mantener el estatus. Lo que algunos sectores esperan del alcalde es que deje hacer, que se encargue de la intendencia, de las cuestiones b¨¢sicas, pero que la sociedad sevillana sea la que se ocupe de las cuestiones importantes. Un concepto pol¨ªtico muy alejado de lo que una persona como yo ha aprendido y cree que debe ser un pol¨ªtico: alguien que se implique y que no tenga miedo al desgaste.
P. ?Sevilla exige un alcalde con m¨¢s altivez y distancia?
R. No. Eso es lo que piensa un determinado sector, que no es mayoritario, que lo que quiere es un alcalde florero y mandar ellos. Y no me han perdonado que no lo haya sido. Quieren un alcalde que quede muy bien para los actos suntuosos, para el boato, pero que no se meta en nada que pueda cambiar la realidad social y econ¨®mica de una ciudad que ellos consideran que no debe cambiar, que no debe modificarse, que no debe trasformarse. Un alcalde que no se entrometa en la ciudad. Esa es su concepci¨®n, son minor¨ªa, pero se oyen mucho.
P. ?Se puede ser alcalde de Sevilla sin presidir el Corpus con una vara?
R. ?Se puede ser? Se puede, aunque es verdad que yo eso lo he cuidado mucho, pero no puede ser lo ¨²nico ni lo fundamental. Es algo desde el punto de vista institucional bastante relevante, una especie de obligaci¨®n, de vestir el cargo, pero el cargo no basta con vestirlo. Si se tiene un cargo hay que ejercerlo, le pese a quien le pese, incluso a m¨ª mismo por el desgaste.
P. ?Qui¨¦n manda en Sevilla: el Ayuntamiento o el Consejo de Cofrad¨ªas?
R. En Sevilla mandan los ciudadanos y lo demuestran las citas electorales con una tendencia a la izquierda que es recurrente desde hace 12 a?os. Hay quien quiere interpretar la ciudadan¨ªa e incluso hablar en nombre de ella. Piensan: "Nosotros s¨ª que conocemos la realidad de Sevilla". Y no, la realidad de Sevilla no la conoce nadie mejor que yo. Porque he estado en todo, desde los palacios hasta las chabolas. En todos sitios. Pero es que, adem¨¢s, nadie representa mejor a Sevilla que la autoridad democr¨¢tica. Nadie. Hay quien quiere suplantar eso, desde el punto de vista corporativo, med¨ªatico, de entidades y asociaciones. Es decir: "Nosotros somos la voz de Sevilla". Pues no.
P. ?Cree que muchas de sus cr¨ªticas han sido porque no se ha plegado a ser un florero?
R. Ah¨ª est¨¢ la clave del asunto. La mayor¨ªa de la ciudad es progresista, aunque buena parte de sus expresiones y manifestaciones den a entender otra cosa. No, no, la mayor¨ªa es de progreso. Eso fuera es importante que se sepa, porque algunas comunidades y ciudades hablan de Sevilla como una ciudad muy conservadora en el peor sentido de la palabra, porque lo que llega de nosotros es esa cara, ese perfil. Pero Sevilla es muy poli¨¦drica. Es de izquierdas, aunque lo que se traslada alguna veces es otra cosa. Quiz¨¢s de manera interesada.
P. La relaci¨®n con su partido ha sido en algunos momentos convulsa, sobre todo al decidir sobre el proceso de relevo.
R. Hace bastante tiempo que le plante¨¦ al ex presidente y ex secretario general Manuel Chaves que no quer¨ªa volver a presentarme. Quedamos en que est¨¢bamos de acuerdo, pero no era el momento de contarlo.
P. Sin embargo, usted hasta hace muy poco dec¨ªa que quer¨ªa seguir. ?Era un parip¨¦?
R. No, el partido me pidi¨® que no lo oficializara porque no era bueno para el proyecto pol¨ªtico. Tambi¨¦n ten¨ªa yo otro planteamiento respecto a mi relevo [dejar la alcald¨ªa hace meses] y me convencieron de que lo mejor es que me quedara hasta el final. Y aqu¨ª estoy.
P. ?Cree que el partido pod¨ªa haber sido m¨¢s generoso?
R. El partido ha sido muy generoso conmigo porque me ha dado la oportunidad de ser candidato a la alcald¨ªa de 1999, que yo, luego, modestamente he sabido aprovechar. Yo tambi¨¦n he dado mucho al partido. Pero, es verdad que este a?o me ha resultado bastante m¨¢s dif¨ªcil.
P. Usted quer¨ªa anunciar su marcha, y lo hizo en su lugar el presidente de la Junta, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n.
R. Pudimos hacerlo mejor si a eso se refiere. Pero ya pas¨®.
P. Ten¨ªa usted un candidato [Alfonso Rodr¨ªguez de Celis] y...
R. Cierto es. La direcci¨®n consider¨® que era otro. Bueno, no pasa nada, se ha seguido eso, y yo respaldo totalmente a Juan Espadas, que es una persona con principios y capacidad de gesti¨®n, cosa que no tiene su principal adversario, que est¨¢ en las ant¨ªpodas.
P. ?Se ha sentido solo en los ¨²ltimos momentos?
R. Todo lo contrario, en estos momentos me siento m¨¢s acompa?ado que nunca por el partido. De los ¨²ltimos a?os, este es el mejor momento de mi relaci¨®n con el PSOE.
P. ?Le doli¨® que sus compa?eros filtraran que en las encuestas usted resta votos a la marca PSOE en lugar a?adirlos?
R. A medidos de los mandatos las encuestas dan mal, y al final siempre he quedado por encima del punto de partida. Y no ha ocurrido una vez, ni dos, sino tres. Hoy mismo las encuestas son malas, pero le vamos a dar la vuelta, como siempre hemos hecho desde que yo me present¨¦. Adem¨¢s, yo lo que digo es que todo lo malo recaiga sobre m¨ª, y todo lo bueno se quede aqu¨ª para que el PSOE lo aproveche.
P. Aparte del Metro, ?qu¨¦ es lo determinante de su legado?
R. Lo m¨¢s importante es lo que no se conoce tanto. Hemos usado el urbanismo para rehabilitar barrios que estaban abandonados, para construir centros de salud, centros c¨ªvicos... Lo hemos hecho con el dinero del urbanismo. Hay proyectos que se ven, nadie puede hablar de la desertificaci¨®n del centro, se ve, lleno, pero adem¨¢s hemos humanizado la ciudad.
P. Se va sin saber qu¨¦ pasa con Tablada.
R. Tablada ser¨¢ verde, eso lo hemos conseguido.
P. Verde en invierno, en verano, un secarral. Es un descampado, ?no?
R. Bueno, no hemos conseguido que sea p¨²blica, pero eso no ha dependido de nosotros, nos hemos encontrado con un muro desde el punto de vista judicial. Si me hubieran torcido el brazo, Tablada ser¨ªa ahora un cementerio de cemento y los promotores estar¨ªan tir¨¢ndose de los pelos por el pinchazo de la burbuja.
P. ?A la Torre Pelli le puede pasar lo mismo?
R. No, Cajasol tiene hecho todos los n¨²meros.
P. Lo que deja con muchos problemas, es el proyecto Parasol, las llamadas setas. Por ahora, seis a?os de retraso y 40 millones de incremento de coste.
R. Era un proyecto muy osado, pero la ¨²nica soluci¨®n para salvar una zona decadente que necesitaba de una inyecci¨®n de modernidad, y poder salvar lo tradicional. Y ah¨ª est¨¢ el mercado y las tiendas de alrededor. Queremos que el turismo de la zona monumental del entorno de la Catedral se traslade tambi¨¦n all¨ª. No es un gasto, ni un coste, es una inversi¨®n que va a generar muchos beneficios, es un edificio de locomotora de desarrollo.
P. En Mercasevilla...
R. Nos enga?aron a todos.
P. Le iba a decir que este caso s¨ª que ha empa?ado sus ¨²ltimos meses. ?Pero quienes les han enga?ado?
R. Los gestores, nos enga?aron a los de todos los partidos, nos maquillaron las cuentas. Frente a las pretensiones de judializaci¨®n de la pol¨ªtica el ¨²nico espacio donde se sienten a gusto algunos, todos fuimos enga?ados y nosotros fuimos los primeros en denunciar.
P. ?Teme que se siente en el banquillo alguien de su equipo?
R. Ni m¨ªo ni del PP, ah¨ª fuimos enga?ados y punto.
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