Tan Miss Espa?a como galleguista

Emilia Docet nace en Vigo en 1913, cuando al marketing se le llamaba propaganda y el concepto de ciberpol¨ªtica no exist¨ªa ni so?ado. En el a?o 1933 fue elegida Miss Espa?a y, casi sin darle tiempo a desprenderse de la banda, se convirti¨® en la imagen del reci¨¦n constituido Partido Galeguista (PG). Un famoso vende, y el PG contaba con la miss para empujar su mensaje pol¨ªtico exactamente igual que lo hac¨ªa La Peninsular -empresa tudense de la que era imagen- para vender sus galletas Pitus¨ªn.

"La verdad es que su aparici¨®n en aquel momento pol¨ªtico alcanz¨® una importante repercusi¨®n. Todos est¨¢bamos un poco sorprendidos de que una mujer que hab¨ªa ganado un certamen de esas caracter¨ªsticas hubiese tenido aquella actividad tan marcadamente galleguista", comenta el cooperativista hist¨®rico Avelino Pousa Antelo. "Adem¨¢s, el PG estaba conform¨¢ndose y no cabe duda de que la imagen de una mujer que ten¨ªa tanta presencia en los medios era una buena propaganda".

D¨ªaz Pardo cree que el v¨ªnculo con el PG era a trav¨¦s de la esposa de N¨²?ez B¨²a

Docet, por aquella ¨¦poca, era una celebridad que apostaba por dos maneras de respirar un tanto dispares y, en principio, sociopol¨ªticamente contradictorias: tan Miss Espa?a como galleguista. Es cierto que el partido de Castelao, Risco o B¨®veda aprovech¨® el tir¨®n medi¨¢tico de la modelo, pero tambi¨¦n lo es que la viguesa no se habr¨ªa involucrado con esa contundencia si su ideolog¨ªa no fuese af¨ªn al ideario del PG. "Desde mi punto de vista creo que su implicaci¨®n pol¨ªtica ten¨ªa ra¨ªces en la relaci¨®n familiar que manten¨ªa con la esposa de N¨²?ez B¨²a", apunta el intelectual galleguista Isaac D¨ªaz Pardo. "La compa?era de Xos¨¦ N¨²?ez B¨²a, maestro exiliado en Argentina y uno de los fundadores del PG, era pariente de la modelo. Recuerdo hablar con ella, Olivia Valladares Docet, sobre Emilia en Buenos Aires".

Su vinculaci¨®n con el partido fue realmente importante. Emilia Docet lleg¨® a participar en el famoso Mitin das Arengas de 1934, en la Praza da Quintana, junto a Castelao, B¨®veda, Otero Pedrayo, Paz Andrade y Su¨¢rez Picallo, y se convirti¨® en la primera mujer que lo hac¨ªa. Seg¨²n las cr¨®nicas de la prensa del momento, pronunci¨® uno de los discursos m¨¢s bellos y s¨®lidos. Adem¨¢s, destac¨® tambi¨¦n por su implicaci¨®n social: se present¨® ante el ministro de Agricultura republicano para pedirle que levantara el embargo a los 7.000 campesinos avalistas del pr¨¦stamo estatal -concedido a?os antes por el dictador Primo de Rivera- para construir el matadero rural de O Porri?o.

Era un mujer que luch¨® por reivindicarse, sobre todo en una ¨¦poca en la que los hombres copaban las cimas de todos los estamentos sociales. El investigador Xos¨¦ Ram¨®n Paz Ant¨®n, estudioso del contexto hist¨®rico en el que Docet empez¨® a ser conocida, cree que la viguesa "fue una representante de las nuevas mujeres que surgieron en los a?os veinte: otras ropas, cosmopolitismo, deportes, conducir coches...". Paz Ant¨®n recuerda haber le¨ªdo en prensa un episodio protagonizado por la modelo que refleja el car¨¢cter que la defin¨ªa: eran las fiestas de San Telmo en Tui y la invitaron a participar en una demostraci¨®n de nataci¨®n en el r¨ªo (era una fant¨¢stica nadadora en el estilo crawl). Se mont¨® cierto revuelo por el hecho de que aquella se?orita se hubiese presentado all¨ª en ba?ador. Ante esta situaci¨®n, Emilia dio media vuelta y se neg¨® a hacer la demostraci¨®n. "Era guapa, muy guapa", recuerda Pousa Antelo. "En cierta ocasi¨®n tuve la oportunidad de hablar con un hijo de Docet. Recuerdo que le dije que su madre era una diva. No le pareci¨® nada bien... Yo en absoluto lo hab¨ªa dicho en sentido peyorativo, al contrario", acaba el viejo galleguista.

Una de las escasas im¨¢genes que circulan relacionadas con la viguesa y su implicaci¨®n pol¨ªtica es la que inmortaliza un homenaje que le organizaron los galleguistas de Ourense. En aquel banquete -celebrado el 16 de junio de 1933 en el Hotel Mi?o- Emilia Docet posa delante de una bandera gallega arropada por Otero Pedrayo, Vicente Risco y ?lvaro Cunqueiro, entre otros. Acababa de convertirse en un s¨ªmbolo centralizador de una Espa?a casposa, machista, y ella, posiblemente, lo celebr¨® charlando en los caf¨¦s sobre algo parecido a un Estatuto de Autonom¨ªa.