El reto de la reconciliaci¨®n
Las v¨ªctimas se mueven entre el escepticismo y el debate sobre su papel, seg¨²n las oficinas de atenci¨®n - Las pol¨ªticas de reinserci¨®n ser¨¢n un asunto clave
Euskadi -y el conjunto de Espa?a- lleva meses prepar¨¢ndose para un posible final de ETA, una evoluci¨®n como colectivo que solo se completar¨¢ con la necesaria reconciliaci¨®n con las v¨ªctimas, que han alcanzado en los ¨²ltimos a?os sus niveles de protagonismo institucional m¨¢s elevados. Los afectados por la violencia han desempe?ado un papel activo en el proceso en los ¨²ltimos a?os, viviendo "con mucho escepticismo, gran prevenci¨®n y bastante desconfianza" los ¨²ltimos acontecimientos en torno a ETA, asegura Maixabel Lasa, responsable de la Direcci¨®n de Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo en Euskadi.
El ¨¢mbito pol¨ªtico se ha puesto manos a la obra para lograr su reconocimiento p¨²blico, su protecci¨®n y su atenci¨®n integral. Con gestos como la creaci¨®n de la direcci¨®n que capitanea Lasa, viuda del ex gobernador civil de Guip¨²zcoa Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, asesinado por ETA en 2000, desde finales de 2001 se ha puesto a los damnificados en la esfera p¨²blica y afrontar su dolor se ha convertido en una obligaci¨®n moral de la sociedad.
Lasa: "Hay que diferenciar qui¨¦n ha sido la v¨ªctima y qui¨¦n el verdugo"
Las v¨ªctimas han adquirido voz y peso en la sociedad en la ¨²ltima d¨¦cada
La celebraci¨®n del D¨ªa de la Memoria supuso un revulsivo
Por aquel entonces "casi todo estaba por hacerse", reconoce la propia Lasa, quien recuerda la desconfianza de las propias v¨ªctimas. En 1998 se aprobaba la primera ley para su reconocimiento. La normativa actual, la Ley de Reparaci¨®n y Reconocimiento de las V¨ªctimas del Terrorismo, data de 2008. Lasa entiende esta norma como "un punto de inflexi¨®n en la atenci¨®n que las instituciones vascas dispensan a los afectados, un texto que solemniza los anhelos y los derechos" del colectivo.
En una d¨¦cada todo ha cambiado, con hitos como el acto celebrado el 22 de abril de 2007 en el que el entonces lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, pidi¨® p¨²blicamente perd¨®n a las v¨ªctimas por el silencio de tantos a?os de la sociedad vasca ante su dolor. Ese acto abri¨® las puertas a otros muchos, como el primer homenaje, en 29 a?os de autonom¨ªa, que el Parlamento vasco rend¨ªa el 15 de mayo de 2008 a un miembro de las Fuerzas de Seguridad o de las Fuerzas Armadas asesinado, en concreto el guardia civil Juan Manuel Pi?uel.
Todo ello ha marchado en paralelo a la creciente deslegitimaci¨®n de los terroristas y sus apoyos, un proceso en el que ha resultado fundamental el papel del Gobierno vasco tras la llegada de los socialistas a Ajuria Enea. Sin embargo, quedan pasos por dar, el m¨¢s importante la condena por la izquierda abertzale radical y los presos etarras de los atentados cometidos en el pasado, reclamada por las v¨ªctimas para dar su visto bueno a una pol¨ªtica de reinserci¨®n. Varias asociaciones ya se han mostrado a favor de debatir tales medidas, pero "las v¨ªctimas no quieren ser, nuevamente, las perdedoras en un eventual proceso de paz", matiza Lasa.
En el segundo paso, el de la memoria, se ha empe?ado a fondo el Gobierno vasco. Euskadi tiene en marcha un mapa del recuerdo y celebr¨® el pasado 10 de noviembre el primer D¨ªa de la Memoria, que naci¨® dividido por un movimiento que en el ¨²ltimo a?o ha ido tomando fuerza: el reconocimiento como tales de las "otras v¨ªctimas", es decir, los afectados por la violencia de grupos parapoliciales y de extrema derecha, paso necesario para completar un proceso de "suturar heridas que aun permanecen abiertas en la corteza moral de la sociedad vasca", en palabras de Lasa.
El D¨ªa de la Memoria supuso un revulsivo. Once d¨ªas despu¨¦s, dos viudas de ertzainas asesinados por ETA, Cristina Sagarzazu y Rosa Rodero, mostraron con un gesto sencillo -acudieron a un homenaje a los dirigentes de HB Santi Brouard y Josu Muguruza, asesinados por los GAL- que la reconciliaci¨®n de todas las v¨ªctimas es posible.
El ¨¦nfasis se pone ahora en los colegios, a los que las v¨ªctimas van a llevar su testimonio.
El ayer, el hoy y el ma?ana de los afectados
Las v¨ªctimas de ayer no son las mismas que hoy, dadas las enormes diferencias que se han registrado con el paso del tiempo en la percepci¨®n y el lugar social de este colectivo, unido por el dolor com¨²n de haber sufrido las consecuencias de las acciones de ETA.
En los primeros a?os, los funerales de los fallecidos se limitaban casi a la esfera privada de sus familias. Oficios a puerta cerrada, sin apenas autoridades, pr¨¢cticamente a escondidas, eran el ejemplo de una falta de protecci¨®n y reconocimiento a las familias de los fallecidos o heridos en los atentados.
Hoy no. Las v¨ªctimas de ETA tienen voz en la esfera p¨²blica y referentes claros a los que acudir, como la Direcci¨®n de Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, que ofrece asesoramiento y ayudas econ¨®micas y facilidades, desde la agilizaci¨®n de tr¨¢mites para el traslado del expediente de un estudiante al pago de la rehabilitaci¨®n de un inmueble destruido.
El movimiento asociativo se halla muy estructurado, con m¨²ltiples organizaciones con distintos perfiles. Euskadi cuenta tambi¨¦n con el recientemente creado Consejo de Participaci¨®n de las V¨ªctimas del Terrorismo, dirigido por Jos¨¦ Luis de la Cuesta, que trabaja para canalizar las relaciones entre estas personas, incluidas las que no pertenecen a una asociaci¨®n, y las instituciones.
Cu¨¢l ser¨¢ el lugar de este colectivo cuando ETA toque a su fin es la inc¨®gnita actual. De quedar en un lugar apartado, las v¨ªctimas han pasado a ocupar un espacio cuando menos de referencia social. Hacia d¨®nde evolucionar¨¢n depende de los pasos que d¨¦ la banda y de c¨®mo consiga la sociedad que cicatricen las heridas que el terrorismo ha causado, al tiempo que se forja una cohesi¨®n social.
A¨²n queda trabajo. Maixabel Lasa, responsable de la citada direcci¨®n, indica como una de las asignaturas pendientes que se logre "diferenciar qui¨¦n ha sido la v¨ªctima y qui¨¦n el verdugo" en el relato de lo que ha ocurrido en Euskadi durante tantos a?os, un "relato compartido al menos en sus elementos esenciales". Se trata de ir cerrando las heridas abiertas en la sociedad.
Cinco a?os sin matar en cuatro d¨¦cadas
- Un total de 829 personas han muerto a manos de ETA en 42 a?os, seg¨²n el recuento de la Fundaci¨®n de Victimas del Terrorismo. La primera, seg¨²n esta relaci¨®n, fue el guardia civil Jos¨¦ Pardines, en 1968. La ¨²ltima, el gendarme franc¨¦s Jean-Serge N¨¦rin, el 16 de marzo de 2010.
- 486 de los fallecidos eran miembros de las Fuerzas Armadas o los distintos cuerpos de seguridad, entre ellos 15 agentes o mandos de la Ertzaintza. El resto, 343 personas, eran civiles.
- El a?o m¨¢s sangriento fue 1980, con 92 v¨ªctimas mortales. En 2010, ETA no cometi¨® asesinatos en suelo espa?ol. Su ¨²nica v¨ªctima de ese ejercicio fue el mencionado gendarme. Desde que comenzara a matar, la banda no ha cometido asesinatos solo en cinco a?os: 1970, 1971, 1999, 2004 y 2005.
- ETA ha anunciado 11 veces que dejaba temporalmente las armas desde que comenzara a asesinar.
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