Los expertos piden cambios en las pensiones para evitar el d¨¦ficit
El Gobierno sit¨²a en 2023 la aparici¨®n de los primeros desequilibrios
Los mayores de 65 a?os se est¨¢n convirtiendo en el segmento emergente de la poblaci¨®n . En el a?o 2040 los pensionistas sumar¨¢n m¨¢s de 15 millones, pr¨¢cticamente el doble que ahora. Sin cambios, las bases del sistema p¨²blico no aguantar¨¢n el peso de ese cambio demogr¨¢fico , un diagn¨®stico casi un¨¢nimemente compartido por los expertos. Los desequilibrios no tardar¨¢n en aparecer. Las proyecciones del Ministerio de Trabajo sit¨²an en 2023 el momento en que los ingresos del sistema ser¨¢n insuficientes para afrontar el gasto. Con todas las cautelas -la mayor¨ªa de las previsiones a largo plazo han errado hasta ahora-, la necesidad de cambios parece inaplazable.
La Seguridad Social ha resistido con fuerza la crisis. Pese al desplome del empleo, el sistema a¨²n exhibe un modesto super¨¢vit que ronda el 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB) . El principal motivo es que incluso con las ca¨ªdas de empleo, los 17,5 millones de cotizantes a¨²n financian sin problemas las prestaciones de 8,7 millones de pensionistas. Buena parte de ellos pertenece a la generaci¨®n de la guerra y la posguerra, m¨¢s reducida y con prestaciones inferiores a las de los nuevos beneficiarios.
"Si nada cambiase, no habr¨ªa dinero suficiente para pagar las pensiones. Porque la base de la cotizaci¨®n son los salarios y no se puede esperar que aumente la participaci¨®n de los salarios en la econom¨ªa", explica Ignacio Zubiri, catedr¨¢tico de Hacienda en la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Llegando al extremo del inmovilismo en los ingresos, la rebaja que tendr¨ªan que sufrir las pensiones para adaptarse a la nueva coyuntura alcanzar¨ªa el 40%, asegura este experto, que considera remoto ese escenario, pues la reforma del sistema es inminente.
Los expertos coinciden en el diagn¨®stico, pero discrepan en las soluciones, que consisten en elevar los ingresos, reducir los gastos o combinar ambos elementos. Sergi Jim¨¦nez-Mart¨ªn, catedr¨¢tico de la Universidad Pompeu Fabra y colaborador de Fedea (Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada), aboga por reducir el gasto: "Mantener la generosidad del sistema ahora significa que en el futuro se van a tener que pagar impuestos m¨¢s altos para recibir la misma pensi¨®n. Es decir, mantenerlo acaba siendo injusto para alguien". Como la mayor¨ªa de analistas, Jim¨¦nez-Mart¨ªn es esc¨¦ptico sobre el aumento del empleo como receta para mejorar la salud financiera del sistema de pensiones.
La excepci¨®n m¨¢s notable a este planteamiento corresponde a Julio P¨¦rez D¨ªaz, dem¨®grafo e investigador del CSIC. Este experto rechaza el argumento demogr¨¢fico como base para defender las reformas -"recortes", puntualiza ¨¦l- y asegura que en todos los pron¨®sticos a tan largo plazo se obvia el impacto de un elemento fundamental para el sistema: las mejoras tecnol¨®gicas y los aumentos de productividad que comportan. M¨¢s que las pensiones, "lo que es insostenible es que este pa¨ªs tenga 4,5 millones de parados", subraya P¨¦rez D¨ªaz.
Casi ning¨²n elemento basta por s¨ª solo para garantizar el sistema. Pero una combinaci¨®n ¨®ptima de los que est¨¢n sobre la mesa contribuye a paliar los desequilibrios. Los expertos consultados creen que las medidas esbozadas por el Gobierno van en la buena direcci¨®n. La m¨¢s celebrada es el incremento a 67 a?os en la edad de jubilaci¨®n. Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional sobre pensiones sit¨²a los retrasos en la edad de retiro como "la herramienta m¨¢s eficaz" contra los desequilibrios.
El Ministerio de Econom¨ªa calcul¨® en 2010 que el retraso a 67 a?os en la edad de jubilaci¨®n y la consideraci¨®n de los 25 ¨²ltimos a?os cotizados para calcular la prestaci¨®n (ahora se toman los 15 ¨²ltimos) ahorrar¨ªa a las arcas p¨²blicas cuatro puntos de PIB (unos 40.000 millones de euros).
"Parece l¨®gico elevar la edad de jubilaci¨®n porque la edad media de vida ha crecido mucho", expone Sandalio G¨®mez, profesor del IESE, que admite la existencia de "sufridores" en esta soluci¨®n. Fernando Moreno, ex dirigente de CEOE y ahora miembro de Cuatrecasas, aboga m¨¢s por reforzar "la contributividad del sistema", es decir la mayor correspondencia entre aportaciones y prestaciones.
Ingresos alternativos
El augurio de desequilibrios en el sistema a partir de 2023 parte de un supuesto cuestionable: considerar que los ingresos del sistema son inamovibles. En el modelo actual, las pensiones se sufragan exclusivamente con las cotizaciones que abonan empresas y trabajadores, hasta ahora m¨¢s que suficientes para sostener el modelo. Pero muchos expertos piden que el freno al gasto vaya acompa?ado de una mejora de los ingresos, aun si supone buscar nuevas v¨ªas de financiaci¨®n.
"Reino Unido e Irlanda establecen que cualquier d¨¦ficit que surja en el sistema se pague con impuestos. Y en Dinamarca, una buena parte se abona con imposici¨®n general", argumenta Ignacio Zubiri. El catedr¨¢tico de Hacienda de la Universidad del Pa¨ªs Vasco aboga por dotar de m¨¢s recursos al sistema para repartir el coste de las reformas, que ahora recae casi exclusivamente en los futuros pensionistas.
Contra esa v¨ªa alternativa de los impuestos generales se manifiesta Comisiones Obreras. Un reciente estudio sobre la reforma de las pensiones sostiene que si el sistema es autosuficiente (es decir, si se financia solo con cuotas sociales) estar¨¢ m¨¢s protegido contra intentos de recorte que si depende de la voluntad de los gobernantes. El sindicato s¨ª pide otras mejoras en los ingresos, como elevar los topes de cotizaci¨®n para que los salarios m¨¢s altos tengan una mayor aportaci¨®n a la caja p¨²blica, una idea defendida por muchos expertos y por el Banco de Espa?a.
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