¡°Soy hijo de la libertad: invito a todo, no obligo a nada¡±
Monse?or Novell no atina con los gemelos. Viene, me entrega los dos peque?os discos de plata y me pide que se los coloque: ¡°Esta es una de tantas cosas que no puede hacer uno solo¡±. Momentazo. Ponerle los gemelos a un obispo vestido de obispo -sotana filetata, faj¨ªn p¨²rpura, crucifijo pectoral, anillo episcopal- impone lo suyo. Y eso que acaba de presentarse estrechando en¨¦rgicamente la mano, no como esos cl¨¦rigos que ofrecen la diestra blanda y huidiza al interlocutor. Se le ve exultante. Acaba de ser elegido por el Papa obispo de Solsona a los 41 a?os, lo que le convierte en el m¨¢s joven de Espa?a. No solo por eso, parece un obispo at¨ªpico. Se le nota que lo sabe. Y que quiere aprovechar el tir¨®n.
"Vivimos de rentas. No hemos sabido hablar de Dios en el nuevo contexto"
"No me temblar¨¢ la mano en hacer lo m¨¢s duro para castigar a los pederastas"
"El preservativo separa la paternidad del placer. Y eso no es humano"
Monse?or Taranc¨®n, el llamado cardenal de la Transici¨®n, tambi¨¦n fue en su d¨ªa el obispo m¨¢s joven, a los 38. Y tambi¨¦n inici¨® su labor pastoral en esta di¨®cesis rural catalana igual de lejos de Lleida que de Barcelona y habitada por 145.000 almas que Novell se ha propuesto devolver o atraer al reba?o de la Iglesia. Un lugar tan bueno como otro cualquiera para saltar a la primera l¨ªnea. O para dejar pasar tranquila la vida. No consta a¨²n que el nuevo pastor apueste por lo primero. Pero, desde luego, da la sensaci¨®n de que no est¨¢ por lo segundo. Locuaz. Ir¨®nico. Divertido. Monse?or exprime la entrevista-almuerzo que ofrece a la visita. Pero que nadie se confunda. "Aqu¨ª mando yo", ha dicho mientras, manojo de llaves en ristre, ense?aba la catedral, el palacio episcopal y el confortable apartamento donde vive. Aborda todos los temas. Total, Dios es la respuesta a todas las preguntas.
Con el debido respeto, no parece usted un obispo. ?Por qu¨¦? [c¨®mplice].
?Usted qu¨¦ cree? Haces un clich¨¦ de que un obispo tiene el pelo blanco, m¨¢s o menos cantidad, y debido a la dura tarea pastoral [ir¨®nico], su complexi¨®n f¨ªsica tiende a una cierta perfecci¨®n esf¨¦rica.
Lleva un carrer¨®n. ?Cu¨¢les son sus activos? Cuando hoy intentaba terminar el libro del Santo Padre Luz del mundo para estar a punto en esta entrevista he le¨ªdo que cree que los obispos tienen que ser valientes. Personas de Dios, preparadas, capaces de dialogar, de hacerse cargo de que vivimos en una sociedad que no es la de hace 40 a?os, sino la de 2011, que hayan nacido en este contexto plural, donde la Iglesia es una instituci¨®n con su importancia, pero no la ¨²nica. Hombres valientes para afrontar los cambios que la Iglesia tendr¨¢ que dar en estos a?os.
?Qu¨¦ cambios son esos? ?Cu¨¢les son los retos del siglo XXI? El primero es transmitir la fe a la nueva generaci¨®n. Lograr que, si quiere, crea en Jesucristo y viva seg¨²n su Evangelio. Para eso hacen falta personas que hablen un lenguaje sensible a los problemas de hoy, vocaciones, acciones imaginativas que permitan lo que ya no hace la familia. Vivimos de rentas. Los sacerdototes cuidamos una fe que han transmitido las madres. Pero eso est¨¢ a m¨ªnimos. Muchos no van a creer porque no han recibido la fe en casa y no hallan en su h¨¢bitat a quien les anuncie el Evangelio.
?Cu¨¢l es esa generaci¨®n: la suya o la de sus sobrinas adolescentes? Todas. La generaci¨®n entre los 30 y 50 a?os est¨¢ bautizada, pero o ha perdido el tesoro de la fe o no lo ha encontrado, y este conjunto de normas morales m¨¢s o menos opresivas le han resultado insoportables. Y hay adolescentes que ven un crucifijo y dicen: por qu¨¦ le han hecho esto a este.
Si hemos abandonado la fe, eso implica que los encargados de transmitirla han hecho algo mal. La sociedad ya no se deja llevar de la mano por la Iglesia, que era constructora de cultura, educaci¨®n, pensamiento, y casi tutora de todo, el nacionalcatolicismo que yo no conoc¨ª. Con el cambio democr¨¢tico, se ve como la mano derecha del dictador. En estas, la Iglesia, con el Concilio Vaticano II, hizo un esfuerzo de acercarse y hablar de lo que a la gente le hace sufrir, lo que le interesa, y dej¨® de hablar de lo que es m¨¢s dif¨ªcil, complejo, misterioso. A los sacerdotes nos pill¨® a contrapi¨¦ y no supimos hablar de Dios en el nuevo contexto. Y llega un d¨ªa en que eso, que requiere pedagog¨ªa, se ve como irracional. Muchos dejan de ir a misa y creer en Dios porque se puede ser bueno y cristiano sin sacramentos y sin fe.
Lleva 15 a?os de cura, ?hace autocr¨ªtica? Yo era un chico fruto de esta pastoral. Estaba en el scoutismo, aprendiendo los valores que nos hacen buenos cristianos. En el seminario me encontr¨¦ con el Se?or, y eso cambi¨® mi coraz¨®n. Ser cristiano es vivir de ?l, fiarme de ?l, pedir que ?l sea quien construya mi vida. Pero, claro, esto no conectaba con mis ideas, porque yo era un hijo de la modernidad: ser el amo de mi vida. Y ese abandonarse a Dios me provoc¨® cierta crisis. Voy a Roma y hallo maestros que me abren a una comprensi¨®n de la fe m¨¢s abierta a ese Dios que no se deja atrapar por nuestros esquemas. Y vuelvo con un coraz¨®n entregado y una inteligencia sometida a Dios. Entonces hago, como vicep¨¢rroco, lo mismo que yo recib¨ª, y veo que no funciona. Y cambio mi acci¨®n, no sin problemas con mis sacerdotes, que dec¨ªan: este se ha convertido en un espiritual, solo quiere hacer retiros y confesar. No era verdad. Pero vi que es necesario invitar a quienes levantan las cejas cuando oyen hablar de Jes¨²s.
Un conocido le recuerda de seminarista defendiendo el fin del celibato en el Concilio Tarraconense de 1995. Es verdad, defend¨ªa cosas con ¨ªmpetu porque digo lo que pienso y entonces pensaba eso. Era deudor de quien me hab¨ªa formado. Ten¨ªa 22 a?os. Yo no viv¨ª una adolescencia propiamente dicha, siempre fui un buen chico. Quiz¨¢ mi ¨¦poca de enfant terrible fueron esos 15 d¨ªas del concilio.
?Ese cambio tuvo que ver con su estancia en Roma, la Gregoriana, la grandiosidad del Vaticano? Entonces encontraba las magnas celebraciones romanas largas, pesadas y cargadas. Fue un itinerario paulatino, de b¨²squeda personal. En cuarto de Teolog¨ªa viv¨ª un encuentro con el Se?or muy intenso que me hizo ponerme ante ?l, y no dej¨® pasar la oportunidad.
Estamos ante la generaci¨®n m¨¢s preparada y el panorama laboral m¨¢s duro de la historia. ?Qu¨¦ les ofrece la Iglesia a los j¨®venes? El encuentro con Dios. En la sorpresa de ese encuentro se esconde todo. Y por eso es tan extraordinario y al mismo tiempo tan poco atrayente, por incomprensible. La generaci¨®n de hoy, preparada o no, es fr¨¢gil. Porque personal, afectivamente, y sobre todo espiritualmente, son personas sin riqueza, con excepciones. Cuando uno se encuentra con el Se?or, le salen fuerzas para todo y desaparece el pasotismo y el desinter¨¦s. Eso es lo tan peque?o y tan grande que puede aportar la fe: el motor de la vida.
?Realmente cree que as¨ª va a atraer a los j¨®venes? Int¨¦ntelo en un sitio de botell¨®n. Si yo intento una conversaci¨®n con unos chavales que est¨¢n con la litrona, va a ser dif¨ªcil. Primero tendr¨ªa que ver si hay un agujero, un interrogante para poder, significativamente, ofrecerles una palabra de esperanza. Si no, dir¨¢n: este cuarent¨®n ?de qu¨¦ va? Pero lo puede hacer un chico de su edad. Esa es la clave: que t¨² veas lo que digo en m¨ª. Dicen que el cristianismo se transmite por envidia. Ver a alguien y pensar: me gustar¨ªa ser feliz como este, tener esas agallas, ?de d¨®nde saca la energ¨ªa, qui¨¦n se lo ha ense?ado? Ven y ver¨¢s.
Creo que quiere 'fichar' a laicos para eso. S¨ª. Algunos laicos pueden sentirse llamados a trabajar full time como ap¨®stoles. La f¨®rmula que estamos probando es pagarles media jornada y que la ofrezcan entera. No como explotaci¨®n, sino para respetar su deseo de voluntariado. Son trabajadores apost¨®licos. Tenemos algunos, y si la econom¨ªa lo permite, crecer¨¢n.
Esto viene de la escuela de laicos que cre¨® cuando era cura. Fue una idea de un grupo de curas j¨®venes que hace 10 a?os pensamos en hacer una escuela de formaci¨®n para que otros j¨®venes pudieran ayudarnos. Eso ha cambiado esta di¨®cesis. Si no, vivir¨ªamos dormitando y resignados.
?En qu¨¦ se ha notado el cambio? Este es un fen¨®meno exponencial. Convertir a una persona requiere dos a?os m¨ªnimo. Primero uno abre el coraz¨®n. Si le parece que hay algo, pasa tiempo buscando, aprendiendo a orar. Luego llega un d¨ªa en que choca lo que descubre con lo que vive, y eso exige una conversi¨®n en el obrar. Pero cuando una persona se convierte, pasa a ser un ap¨®stol. Y convierte a dos o tres, ya somos cuatro. Los cuatro, a tres cada uno, 12. Un d¨ªa eso explota, y creo que nos estamos acercando a la explosi¨®n. En 10 a?os, esto no lo va a conocer ni?
?Ni Dios? Bueno [r¨ªe], lo ha dicho usted.
Los datos cantan: se desploma el n¨²mero de j¨®venes que se declaran creyentes y mucho m¨¢s los practicantes. Y va a seguir cayendo, porque este es un trabajo micro, en un rinconcito, y deber¨ªa haber muchos otros alrededor. A veces tengo esa sensaci¨®n: esto es lento y cuesta mucho. Pero hay que seguir invitando a la gente.
Da entrevistas a quien le llama. ?Le gusta chupar c¨¢mara? [R¨ªe]. No me desagrada chupar c¨¢mara, pero es parte de esto. La Iglesia tiene que ser p¨²blica. No tiene que esconderse. Un d¨ªa me sub¨ª al tren en Barcelona. Una chica me mira y me dice: qu¨¦ fuerte. Y yo: el qu¨¦. Y ella: nunca se me hab¨ªa sentado enfrente un cura. Le pregunt¨¦: ?eres cat¨®lica? Contest¨®: ni cat¨®lica, ni apost¨®lica, ni romana. Y yo: pues si eres capaz de decir eso, lo fuiste, hija m¨ªa. Y en media hora le anunci¨¦ el Evangelio.
As¨ª, en marcha. S¨ª. Hay much¨ªsima gente que no sabe que existe siquiera la Iglesia. Al saber que El Pa¨ªs quer¨ªa una entrevista pens¨¦: Dios m¨ªo, ven en mi auxilio [dram¨¢tico], ven deprisa a socorrerme. Primero, porque es para toda Espa?a y yo soy de un rinconcito perdido. Y luego, porque hay mar de fondo con la visita del Papa y dem¨¢s. Yo no s¨¦ mucho sobre muchas cosas, pero un sacerdote me dijo: Xavier, en las entrevistas puedes decir no s¨¦ y no pasa nada.
Parece que el Papa le ha cogido el gusto a venir a Espa?a. ?Por qu¨¦ estamos en su punto de mira? Creo que el objetivo es espiritual. Que eso sirve como una presencia alentadora en un tiempo en que la Iglesia vive un proceso de legislaci¨®n contrario a lo que predica, seguramente. Pero creo que aqu¨ª el proceso de secularizaci¨®n es cultural. Es la purificaci¨®n de la fe. Aqu¨ª va a quedar creyendo no quien haya nacido aqu¨ª o est¨¦ bautizado, sino quien se encuentre con el Se?or. Al que no, la cultura no le va a sostener. Y el Papa tiene no una cruzada, pero s¨ª un empe?o intelectual y pastoral de hacer algo para contrarrestar esa secularizaci¨®n por el bien de la gente. Porque la secularizaci¨®n no humaniza. Algunas leyes: la del aborto, la de parejas de hecho, la de libertad religiosa, van contra la Iglesia. ?Ante eso, la Iglesia tiene que decir algo? Claro: para quien quiere o¨ªrla y para que los cat¨®licos luchen para que esta sociedad sea m¨¢s humana, m¨¢s de Dios, m¨¢s evang¨¦lica.
Entender¨¢ que los no creyentes se ofendan si el Papa les ri?e. El Santo Padre no ri?e. Reflexiona y plantea si eso hace m¨¢s humana y digna a esta sociedad. Hay quien piensa que s¨ª. Pues yo pienso que se equivoca. ?Tengo derecho a decir que es horrible lo que se est¨¢ haciendo con el aborto? S¨ª. Eso puede comportar que otro diga que me equivoco. Si es educado, como el Papa, bendito sea Dios. A nadie se le ha impedido decir nada. El Pont¨ªfice tiene la misi¨®n de anunciar la verdad.
?Cree, con el cardenal Rouco, que Espa?a es tierra de misi¨®n que hay que reconquistar? Ciertamente, es tierra de misi¨®n, y tenemos que ser p¨²blicamente propositivos. La palabra reconquista no es la que yo usar¨ªa. Pero s¨ª estoy por el anuncio amable y valiente del Evangelio.
?Que los obispos salgan a la calle contra las leyes forma parte de ese anuncio? ?Se manifestar¨¢ si le convocan? Si los fieles laicos convocan alguna manifestaci¨®n de importancia realmente fuerte, como la defensa de la vida, me lo plantear¨ªa. Pero en principio pienso que los obispos no deben asistir gratuita y f¨¢cilmente a manifestaciones p¨²blicas en la calle.
?Por qu¨¦ algunos p¨¢rrocos de su di¨®cesis le llaman intolerante? Porque no hemos tenido trato personal. Otra cosa es que alguno tiene ideas sobre lo que ha de predicar la Iglesia diferentes a lo que la jerarqu¨ªa dice y a lo que yo me adhiero. Hacen el clich¨¦: nosotros somos progresistas porque creemos que la Iglesia ha de cambiar. Y Xavier es un conservador, un papista, un ortodoxo. Lo de intolerante es por mi vehemencia. Puedo dar la impresi¨®n, pero soy hijo de la libertad. Para m¨ª, el hecho de que Dios haya respetado la libertad de cada hombre y no le haya obligado a creer es como un mandamiento. Invito a todo a todos, pero no obligo a nada a nadie.
?Es papista, ortodoxo y conservador? Si ser conservador es amar a Cristo en su Iglesia, el que m¨¢s. Si ser papista significa vivir en comuni¨®n con la Iglesia, el m¨¢s ultramontano. Y ortodoxo siempre, porque somos hijos de la tradici¨®n. Ahora, si querer innovar, ser capaz de dar raz¨®n de la fe hoy de un modo nuevo es ser progresista, lo soy. Si no escandalizarse por nada, llorar con los que lloran, decir a quien ha cometido lo peor que Dios puede cambiar su vida es ser comprometido, el primero.
?Por qu¨¦ una mujer no puede ser sacerdote? Porque Cristo escogi¨® 12 hombres para ser la imagen de este nuevo Israel, y porque lo importante es ser santo, no cura, papa o cardenal. En el infierno hay curas, papas y cardenales, Dios no lo quiera. Y de santas, el cielo est¨¢ plagado. De mujeres que han hecho cosas extraordinarias, la Iglesia est¨¢ llena. Ser sacerdote es un servicio al que Dios llama a un hombre concreto. La Iglesia no se siente con autoridad para cambiar eso. Considera, y yo considero, que viene del Se?or. La masculinidad del sacerdote nos reporta a la historia encarnada de Cristo. ?Eso significa que la Iglesia es machista? No. Que hay machistas en ella, pues s¨ª, claro, y fuera.
Jes¨²s no habl¨® de celibato. No, y la Iglesia no ha dicho que eso no puede cambiar. Pero el ministerio, en la historia, apunta siempre a una identificaci¨®n del sacerdote con Cristo: pobre, casto y obediente. Es verdad que alguien puede no sentirse llamado a la renuncia a la afectividad sexual y, pese a no tener mujer, ni hijos, precisamente porque no ha sido llamado y lo vive tensamente, ni vive casta, ni pobre, ni obedientemente. Para muestra, el conjunto de botones que han aparecido.
Habla de los casos de pederastia. S¨ª.
?Cu¨¢l es su sentimiento al respecto? Si miro al ni?o, mi sentimiento es horror. Intentar imaginar eso me horroriza. Si miro al verdugo, me repugna, me escandaliza, me revuelve, prefiero no pensarlo porque me parece una cosa abominable.
Quiz¨¢ los obispos que taparon esos asuntos tambi¨¦n prefer¨ªan no pensarlo. Cuando usaba esta expresi¨®n, era para tratar de evitar hacerse da?o en el coraz¨®n. Como el Santo Padre ha reconocido, algunos pensaron que ser¨ªa un mayor bien no mostrarlo a la luz y no castigar a los culpables. Lo primero no es aceptable, pero s¨ª hasta cierto punto comprensible. Lo segundo es inaceptable. Cuando meditaba qu¨¦ hacer como obispo, pens¨¦: voy a reunir a los sacerdotes y dec¨ªrselo claro y directo: que a nadie se le ocurra, bajo ning¨²n concepto, hacer nada de eso porque no me va a temblar la mano en hacer lo que sea m¨¢s duro para castigar. Con eso no digo que no sea misericordioso: todo se puede perdonar. Pero delitos tan graves piden penitencia. Tiene que haber un cambio en la persona, y reparaci¨®n.
Hasta qu¨¦ punto cree que esos casos han ofendido a los creyentes y a los bautizados que no practicamos. Para quien no conoce un sacerdote que le merezca un poco de admiraci¨®n, el da?o ha sido profundo y creo que ser¨¢ duradero. Para el que viv¨ªa con cierta incomodidad, pero segu¨ªa en la Iglesia, esa puede haber sido la gota que colma el vaso y haya dicho basta.
Me dec¨ªa la ministra Aguilar, creyente, que la jerarqu¨ªa cat¨®lica no la representa porque se dedica m¨¢s a hacer pol¨ªtica que a ayudar. ?Qu¨¦ le dir¨ªa? Que quiz¨¢ no vive en casa. Si yo tengo un padre y vivo en su casa, s¨¦ lo que dice. Y quien vive en esta casa y oye a su obispo en est¨¦reo, no a base de titulares, ve que habla de Cristo a destajo. Y un d¨ªa dice algo y sale en el peri¨®dico, y gente que no vive en casa cree que el obispo solo habla de eso.
?Y el Papa? Igual. Hoy he encontrado en Luz del mundo lo de los preservativos. El Santo Padre dice que, incluso fuera de la Iglesia, se habla de que lo mejor para luchar contra el sida en ?frica es la abstinencia, la fidelidad y el preservativo, por este orden. Nos equivocamos si pensamos que la lucha contra el sida es facilitar el preservativo. Y a?ade: es un camino de cierta rectitud que quien no comparte nuestros criterios morales, ejerciendo la prostituci¨®n, decide usar el preservativo para no contagiar. Ah¨ª hay un primer paso que quiz¨¢ nos permitir¨ªa ayudarle a descubrir si no ser¨ªa m¨¢s aut¨¦ntico no prostituirse y dedicarse a una cosa m¨¢s noble y humana. Eso dice el Santo Padre.
?Y qu¨¦ dice monse?or Novell? Lo que diga el Santo Padre [r¨ªe].
?Y aqu¨ª, en Solsona? Aqu¨ª me parece que las parejas que son matrimonios o estables no necesitan cond¨®n. Hay casados que me dicen que hace uno, dos, tres a?os que no tienen relaciones. ?Por qu¨¦ la gente esta tan obsesionada en que si el sexo no se hace cada d¨ªa es como si no pudieran respirar? Hay medios m¨¢s verdaderos de ser responsables en la concepci¨®n de los hijos. El preservativo persigue separar paternidad de placer. Y eso no es humano. A los j¨®venes se les vende que una historia de una noche es como cortarse el pelo. Hay que decirles: vais a destruir vuestra vida. Eso no hace feliz a los humanos.
?Les dir¨ªa eso a los que est¨¢n con la litrona? Y con el cond¨®n en el bolsillo.
O no. S¨ª, casi seguro que lo llevan.
Pues mejor, pero insisto, ?cree que ese discurso va a atraerles? La mayor parte de j¨®venes de 15 o 16 a?os, si oyen eso, dir¨ªan: este vive en la Edad Media. Hasta los hijos de los buenos cat¨®licos. Porque las revistas, las pel¨ªculas, la educaci¨®n sexual de la escuela, todo habla de lo contrario. Ahora, a la chica o al chico que ya est¨¢ herido por experiencias sexuales prematuras, sin ternura, sin amor, con deseo de robar, quiz¨¢ no le suena tan extra?o.
Hay muchos j¨®venes con una sexualidad gratificante. Frente a hipot¨¦ticas malas experiencias, ?abstinencia? Nuestra alternativa no es la abstinencia, sino el amor aut¨¦ntico para siempre, el que hace feliz, el que engendra vida.
Su padre es di¨¢cono. Tuvo al predicador en casa. Hace seis meses que lo es.
?Lo ha 'convertido' usted? Yo no tengo m¨¦rito. Tengo la suerte inmensa de tener unos padres que me han querido locamente. En el hecho de ser sacerdote reconocen con tristeza que hubieran podido hacer m¨¢s, porque tambi¨¦n vivieron ese tiempo. De hecho, a ra¨ªz de mi sacerdocio y de mi invitaci¨®n a la escuela de laicos, y a confesarse y a ir a misa cada d¨ªa, han hecho un proceso cristiano magn¨ªfico.
O sea, que sus primeros pros¨¦litos han sido sus familiares. Mi hermana tiene una familia cristiana que ha ido a m¨¢s de un modo bell¨ªsimo. Mi hermano estuvo 10 a?os casado, se separ¨® y se hab¨ªa apartado de la Iglesia. A ra¨ªz de la separaci¨®n, empez¨® un camino de fe y tuve el gozo de ver c¨®mo el Se?or le tocaba el coraz¨®n.
?C¨®mo se ve eso? Participaba en un curso Alfa de primera evangelizaci¨®n. Vino a una vigilia en la que los que quieren pueden acercarse y pedir para que el Esp¨ªritu Santo llene su coraz¨®n. Pedimos por ¨¦l y sent¨ª al Esp¨ªritu Santo bajar con fuerza.
?Qu¨¦ sinti¨®? Sent¨ª un temblor, un calor en todo mi cuerpo que nunca hab¨ªa sentido. Pero, sobre todo, la certeza interior de que el Se?or encontraba un coraz¨®n a punto en mi hermano. A ra¨ªz de eso hab¨ªa pedido la nulidad, la Iglesia se la concedi¨® y, Dios mediante, se casa con una chica que conoc¨ªa, una buena cat¨®lica.
?C¨®mo se pasa de querer ser agricultor a querer ser cura? Termin¨¦ la ingenier¨ªa t¨¦cnica a los 21. Mi horizonte era hacer la superior, pero el Se?or me llam¨® en ese momento y no me ve¨ªa tres a?os m¨¢s estudiando. Era arriesgar la vocaci¨®n.
?Esa llamada fue tan f¨ªsica como la visita del Esp¨ªritu Santo a su hermano? Fue una llamada viva, pero m¨¢s acorde con la espiritualidad que ten¨ªa a los 20 a?os. Pregunta de mi vicep¨¢rroco, a las once de la noche saliendo de una reuni¨®n de campamentos: "Xavier, tenemos que hablar". Y yo: "?De qu¨¦?". "De qu¨¦ piensas hacer con tu vida". Me voy a la cama, rezo mi padrenuestro, y pienso: "?Por qu¨¦ no sacerdote?". Ni hablar, yo hab¨ªa hecho propaganda de que quer¨ªa casarme con una chica guapa y tener muchos hijos. Pero no se me iba de la cabeza. Hasta que dije: Se?or, h¨¢zmelo ver claro. Y lo vi.
Es un hombre apuesto, ser¨ªa popular con las chicas. Bueno, ten¨ªa mi p¨²blico.
?Tuvo novia? No llegu¨¦ a tener novia. Estuve enamorado, hice una propuesta que fue rechazada. Yo rechac¨¦ algunas tambi¨¦n, eh [r¨ªe]. Y s¨ª, varias chicas me han gustado. Despu¨¦s, en el seminario, una chica me dej¨® intranquilo semanas, pero el Se?or me ten¨ªa bien agarrado.
?Como sacerdote ha tenido alg¨²n episodio de intranquilidad? No, he tenido alg¨²n episodio inc¨®modo por abordaje.
Abordaje que rechaz¨®, supongo. Contundentemente, por principios y por persona. Una vez me llam¨® una se?ora por la noche y me dijo: mos¨¦n, tiene que ayudarme. Y yo me planto en su casa, como un pardillo. Veo la casa hecha un desastre, el plato en la mesa porque su marido, que era camionero, estaba al llegar, y ella se pone a explicarme sus problemas sexuales. Yo ve¨ªa que iba a entrar el marido y dije: Dios m¨ªo, ven en mi auxilio. Y lleg¨®.
?Dios? No, el camionero, yo quer¨ªa fundirme. Me dije: Xavier, nunca m¨¢s. La se?ora ten¨ªa una depresi¨®n de caballo. Yo, por celoso, por deseo de almas, fui, pero Dios me ha protegido siempre. No hay nada a esconder, la vida es la vida. Pero eso, comparado con lo que yo s¨¦ de alg¨²n obispo en activo en Espa?a, no es nada.
?De abordaje de feligresas? De personas que se enamoran del p¨¢rroco y no lo dejan en paz. Y que siendo ya obispo, lo persigue y le monta unos cirios? Eso yo lo he o¨ªdo de alg¨²n obispo y digo: Dios m¨ªo, qu¨¦ suerte tienes, Xavier, que ninguna loca se haya prendado de ti.
Tambi¨¦n podr¨ªa enamorarse usted. S¨ª, podr¨ªa.
Entonces, ?cu¨¢l ser¨ªa el camino recto? Si un d¨ªa yo me encuentro con una mujer que me atrae por su forma de ser o de pensar o de hacer, y suscita en m¨ª un sentimiento de afecto conyugal, de enamoramiento, creo que lo que tengo que hacer y har¨ªa ser¨ªa no verla m¨¢s.
?Renunciar¨ªa al amor? ?Y por qu¨¦ no a los h¨¢bitos? Tant¨ªsimos lo han hecho? pero creo que esa no ser¨ªa mi decisi¨®n acertada, y tampoco la de quienes lo han hecho, a no ser que no tengan vocaci¨®n. Si est¨¢n all¨ª porque su madre quer¨ªa un hijo cura o se meti¨® en el seminario a los 11 a?os y no ha visto el mundo, se entiende.
Hablemos de Roma. Dicen que un obispo siempre es cat¨®lico, apost¨®lico y romano. Yo soy catal¨¢n y no muy romano en el sentido eclesi¨¢stico, pero s¨ª un enamorado de Roma. Es m¨¢s bonita que Par¨ªs o Londres, much¨ªsimo m¨¢s que Madrid o Barcelona.
Y eso que dicen que es catalanista. Yo no soy un obispo catalanista. Tampoco espa?olista. Soy obispo. Si hay fieles independentistas y logran la independencia, voy a felicitarles. Si los hay espa?olistas, quieren que desaparezca la autonom¨ªa y lo logran, tambi¨¦n. Y despu¨¦s les dir¨¦ que Cristo hace de todos hermanos y de este mundo una sola naci¨®n y una sola humanidad.
"Siempre fui un buen chico"
Xavier Novell i Gom¨¤ (Montfalc¨® d'Agramunt, Lleida, 1969), "un buen chico" seg¨²n su propia definici¨®n, estaba destinado a ser el 'hereu' de su padre, un pay¨¦s con tierras de cereal. Estaba estudiando Agr¨®nomos cuando sinti¨® "la llamada del Se?or". Entr¨® en el seminario a los 21. Doctor en Teolog¨ªa por la Universidad Gregoriana de Roma, el cardenal Luis Ladaria, actual secretario de la Congregaci¨®n de la Doctrina de la Fe, fue su director de tesis. Hasta su nombramiento fue la mano derecha del anterior obispo de Solsona, Jaume Traserra.
Defensor en su juventud de posiciones aperturistas en la Iglesia, tuvo una "crisis entre coraz¨®n e intelecto" hasta que "se encontr¨® con el Se?or". Ahora se define como papista y ortodoxo. 'Omnia propter Evangelium' ('Todo por el Evangelio') es su lema episcopal.
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