El ministro Caama?o
En estas mismas p¨¢ginas aparec¨ªa el domingo pasado el ministro Caama?o retratado por Xurxo Lobato con la c¨¢mara y Ant¨®n Losada con el Word. En la foto, el ministro Caama?o sube por la escalera de los juzgados de Coru?a. Una met¨¢fora del esfuerzo porque en el edificio de Pepe Bar todo el mundo usa el ascensor, un transporte vertical mucho m¨¢s gallego: al abrirse la puerta siempre pregunta alguien si aquello sube o baja. Losada retrata en el texto al ministro Caama?o con trazo firme (?qu¨¦ t¨®pico tan racial!) y respeto no disimulado. El ministro Caama?o es uno de los dos gallegos en el Gabinete del Doctor Zapatero. Adem¨¢s, el ministro Caama?o tiene m¨¢s mano izquierda que sus predecesores en el cargo y es majo. El ministro Caama?o es un apasionado de su trabajo y los ¨¦xitos del ministro Caama?o son muchos y variados como las tapas de un bar. El ministro Caama?o s¨®lo tiene un defecto -como apunta una voz an¨®nima citada por Losada-: que es ministro. El ministro Caama?o es el titular de Justicia.
El Gobierno no se atreve a transitar por el manglar de la custodia compartida y la alienaci¨®n parental
El ministro Caama?o est¨¢ inmerso en lo que Losada llama "empe?o en acabar con el vuelva usted ma?ana", una guerra a la vulgaridad en la justicia que por ahora es s¨®lo una peque?a escaramuza contra alguna gripe estacional y una grave enfermedad incurable localizada en el alma de la paciente. El Gobierno, al que ahora pertenece el ministro Caama?o, ha sacado adelante leyes, como la de violencia de g¨¦nero, que pueden ser m¨¢s o menos discutibles pero que defiende a capa y espada. A pesar de su ineficacia probada, como si fuera el negativo de un anuncio de detergente (seguimos viendo pasar cada d¨ªa m¨¢s cad¨¢veres por delante de nuestras narices), el Gobierno no da un paso atr¨¢s. Pero hay terrenos por los cuales ni el Gobierno ni el ministro Caama?o parecen atreverse a transitar con tanta firmeza o clarividencia. Son los procelosos manglares del derecho de familia, la custodia compartida, el S¨ªndrome de Alienaci¨®n Parental y aleda?os. Ante su sola menci¨®n, el Gobierno no opta por la prudencia sino por la cobard¨ªa. Por culpa de lo "personal¨ªsimo" de esos asuntos, se dan casos como el del retraso de meses del Juzgado de Familia n¨²mero 5 de Vigo en dictar sentencia mientras una menor permanece en un centro de internamiento. Fue su titular quien dijo en alguna vista "y yo qu¨¦ puedo hacer" en un alarde de sinceridad porque, adem¨¢s, sus sentencias ni siquiera se cumplen. Si un juez no puede hacer nada, el ministerio del ministro Caama?o tampoco y el ascensor de la confianza ciudadana desciende, esta vez s¨ª, hacia la nada.
J¨¢mblico, un novelista griego del siglo II citado por E. R. Dodds, sosten¨ªa que estamos aqu¨ª para ser castigados y debemos ser castigados. As¨ª, el divorcio en Espa?a es legal pero no es neutro: tiene premio y castigo. Mientras haya vencedores y vencidos (entre estos siempre estar¨¢n los menores que los juzgados de familia abandonan a su suerte), el ministro Caama?o tendr¨¢ mucho trabajo por delante si no quiere pasar a la historia de la infamia que la justicia espa?ola va tejiendo d¨ªa a d¨ªa con tes¨®n. Hay, por otra parte, revoloteando alrededor del ministro Caama?o, argumentos falaces. Decir, por ejemplo, que las denuncias falsas no existen porque las mujeres no mienten, es negar a la mujer su condici¨®n de ser humano dado que la mentira, junto con la estupidez y la conciencia de la muerte, es lo que nos distingue como especie. Pero, si por un azar estad¨ªstico, todas las denuncias fuesen ciertas, entonces el ministro Caama?o tendr¨¢ que pedir a la ministra Chac¨®n que saque los tanques a la calle y organice campos de concentraci¨®n en O Courel: la sociedad no se puede permitir el lujo de tener 150.000 nuevos maltratadores al a?o por ah¨ª sueltos. Con respecto al S¨ªndrome de Alienaci¨®n Parental, el Gobierno se hace el soldado desconocido mientras manda a alg¨²n subalterno a hacer demagogia por el mundo adelante. A su vez, el Ministerio de Justicia ni sube ni baja ni entra ni sale, luego otorga. Si el Gobierno de Zapatero y el ministro Caama?o quieren avanzar, tendr¨¢n que arriesgarse a pisar las arenas movedizas; si no, es hora de dar media vuelta que est¨¢ empezando a anochecer.
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