Los h¨¦roes no tienen cara
Todos los h¨¦roes son an¨®nimos. Si se te ve la cara puedes ser una estrella o, como m¨¢ximo, un ¨ªdolo, pero jam¨¢s un h¨¦roe, cuyo espacio natural es la niebla y cuyo ¨²nico espacio posible es la distancia. Juan Urbano ha pensado eso esta ma?ana mientras miraba dentro de la galer¨ªa Evelyn Botella dos cuadros del pintor Eduardo Gruber que se titulan Pioneros y H¨¦roes. El ¨²ltimo encierra 24 figuras borrosas que parecen posar para una fotograf¨ªa sin rasgos visibles y rebajados por la bruma de la escena a la categor¨ªa de fantasmas, gente indeterminada que o bien se hunde en la oscuridad o a¨²n no ha acabado de salir de ella, pero que en algunos casos tienen en la frente una luz misteriosa que los se?ala y los identifica: son h¨¦roes y por eso no importa qui¨¦nes son, sino lo que han hecho.
Nuestras sociedades est¨¢n acostumbradas a dividir a las personas en triunfadores y perdedores
Me dice Juan que viendo ese cuadro hipn¨®tico le ha parecido que era lo que son todas las obras sobresalientes, es decir, no una apuesta, sino una respuesta, en este caso a la vanidad de nuestras sociedades, tan acostumbradas a dividir a las personas en triunfadores y perdedores que ¨²ltimamente, en lugar de admirar lo extraordinario, coleccionan lo vulgar y se han acostumbrado a los mitos rotos y las estatuas derribadas. ?O no es esa la oferta que le hacen a sus seguidores la telebasura y ese patio trasero del periodismo del coraz¨®n que es el periodismo de las v¨ªsceras, tan presente en nuestras pantallas? "P¨®nganse c¨®modos", nos gritan, "y ver¨¢n un desfile de ¨¢ngeles ca¨ªdos, celebridades venidas a menos, millonarios arruinados, prestigios abollados, familias en llamas, palacios con goteras, famosos sin ¨¦xito...". El horizonte que parecen vislumbrar los personajes del otro cuadro de Gruber, los Pioneros, cuyos ojos en blanco deben de estar cegados por lo que esperaban de un futuro en el que se empiezan a vislumbrar unos incongruentes perros blancos que ya son de otra ¨¦poca y se dejan ver a modo de adelanto del porvenir, resulta que ni era tan brillante ni tan digno de esa mirada llena de interrogaciones. Cuando esos trabajadores a punto de echar a andar desde los azulejos blancos en los que est¨¢n pintados lleguen aqu¨ª y salgan a la calle Mej¨ªa Lequerica, descubrir¨¢n que no era oro todo lo que reluc¨ªa, y que mientras ellos avanzaban algunos de sus derechos retroced¨ªan. Bastar¨¢ que lean el peri¨®dico para que lo entiendan.
Juan y yo vamos a salir del bar en el que nos hemos metido a tomar un caf¨¦ y antes de volver a casa entraremos una vez m¨¢s en la galer¨ªa Evelyn Botella para mirar de nuevo a los H¨¦roes y los Pioneros de Eduardo Gruber, que son una llamada de atenci¨®n sobre la realidad que vivimos, y que es tan poco resistente que resulta m¨¢s f¨¢cil de ennegrecer que un vaso de leche en el que se dejara caer una gota de tinta. Me parece que si alguna gente va all¨ª, igual tambi¨¦n se le enciende una bombilla en la conciencia y consigue despertar mientras los mira.
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