Listas y mujeres
Babelia, el suplemento cultural de este peri¨®dico, ha cumplido veinte gozosos a?os. Y sus editores han decidido conmemorarlo confeccionando, entre otras cosas, listas sobre lo mejor de lo mejor. Los libros que han marcado estos veinte a?os, los mejores discos, las pel¨ªculas m¨¢s extraordinarias. Son inventarios interesantes, viniendo como vienen de especialistas y cr¨ªticos de prestigio. Eso s¨ª, observados con un poco de detenimiento, la primera cosa que llama la atenci¨®n es la peque?¨ªsima cantidad de mujeres que aparecen en las listas. En la de las mejores pel¨ªculas, de los 160 largometrajes escogidos, ¨²nicamente cuatro est¨¢n dirigidos por mujeres, el 2,5%. En la lista de los discos m¨¢s sobresalientes, dado que se mezclan artistas en solitario, grupos y orquestas, es m¨¢s dif¨ªcil sacar una estad¨ªstica clara, aunque se ve a la legua que la presencia masculina al menos triplica a la femenina.
En cuanto al canon de los mejores libros, y const¨¢ndonos como nos consta que en muchos g¨¦neros literarios las mujeres son casi tan numerosas y fruct¨ªferas como los varones, la cosa no deja de sorprender (?o no?): en la lista de 180 nombres, s¨®lo aparecen 23 mujeres, un 13%. ?Y no se trata de un canon de la producci¨®n literaria de hace un siglo, sino de los ¨²ltimos veinte a?os! Tambi¨¦n hay que constatar que de los 18 cr¨ªticos de Babelia que confeccionan el inventario, s¨®lo tres son mujeres (una proporci¨®n similar a la anterior).
Es dif¨ªcil entender por qu¨¦. ?Acaso est¨¢ el talento tan mal repartido entre los sexos? ?Acaso el don creativo, el genio, la inteligencia y la disciplina son "naturalmente" m¨¢s propias del g¨¦nero masculino? O, m¨¢s bien, ?no ser¨¢ que los condicionantes sociales -tan diferentemente aplicados a hombres y mujeres- a¨²n frenan o dificultan en ¨¦stas el desarrollo necesario de la ambici¨®n y el talento que, en cambio, fomentan entre los varones? Aunque sean iguales ante la ley, las mujeres se siguen sintiendo m¨¢s culpables (y as¨ª se lo hace sentir su entorno) cuando no dedican gran parte de su tiempo al cuidado de sus hijos, de sus padres mayores, de otros familiares necesitados; cuando no se esmeran en las tareas dom¨¦sticas y culinarias; cuando no sacan tiempo de no se sabe d¨®nde para cuidar su cuerpo, hacer ejercicio e intentar permanecer atractivas. Dejar (casi) todo eso a un lado para dedicarse vorazmente, apasionadamente, a una labor creativa o investigadora, sigue siendo m¨¢s costoso para ellas que para ellos. Y, aunque lo consigan, a¨²n han de obtener el debido reconocimiento: ese reconocimiento que otorgan cr¨ªticos y especialistas como los que han confeccionado estas listas. Respecto a ¨¦stos, ?no podr¨ªa ser que, de manera inconsciente, tiendan a considerar con m¨¢s seriedad y m¨¢s positivamente las obras elaboradas por hombres? Al fin y al cabo, nuestros s¨®tanos mentales evolucionan mucho m¨¢s lentamente que las leyes...
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