Ordenando la reforma
Las iniciativas legales sobre el sector bancario anunciadas al inicio de esta semana han despertado todo tipo de reacciones. Si nos ce?imos estrictamente a los hechos, se han presentado un conjunto de medidas que pretenden elevar los requisitos de solvencia exigidos a las entidades bancarias, pero quedan por conocerse detalles importantes, que ser¨¢n probablemente los que acabar¨¢n por definir el alcance de estas medidas y su efecto sobre la ansiada recuperaci¨®n de la confianza exterior.
Hasta ahora, la comunicaci¨®n ha sido parcial y esto podr¨ªa ser un blanco demasiado f¨¢cil de cr¨ªtica. Sin embargo, la falta de una completa concreci¨®n se explica (y, en buena medida, justifica) por la convivencia de dos fuerzas cuyo equilibrio es dif¨ªcil de ajustar ante situaciones tan complejas como la actual. Por un lado, las expectativas, ya que nadie pondr¨ªa en duda que se esperaban nuevas medidas orientadas a incrementar, de alg¨²n modo, el escrutinio y la disciplina de mercado sobre el sector bancario espa?ol. Por otro, el tiempo, el ritmo que marcan los mercados, que debe suponer una referencia importante, pero no un dictado ni un mandato para bailar a su son. El anuncio de esta nueva reforma trata de conciliar estos dos aspectos porque era preciso anunciar las grandes bases de la misma, pero tambi¨¦n era razonable someter a algo m¨¢s de reflexi¨®n y escrutinio las medidas para calibrar su ajuste fino.
Habr¨¢ que tomar decisiones corporativas muy r¨¢pidamente
Ser¨¢ preciso definir qu¨¦ es temporal y qu¨¦ permanente en estas medidas
Eso s¨ª, lo que se trata de acometer es de una envergadura considerable. Los requerimientos m¨ªnimos fijados son elevados y las implicaciones estructurales, estrat¨¦gicas y organizativas para bancos y cajas son trascendentales. Como muestra la experiencia hist¨®rica, incrementar los requerimientos de capital de forma espec¨ªfica para un pa¨ªs o un conjunto de entidades puede implicar sacrificios presentes pero beneficios futuros. Asimismo, elevar la solvencia puede suponer un cierto conservadurismo respecto a la asunci¨®n de riesgos en el sector bancario a corto plazo, pero puede situar a las entidades implicadas en una posici¨®n de seguridad y fiabilidad que favorezca su acceso a los mercados y su crecimiento org¨¢nico a medio y largo plazo. Estas exigencias son dif¨ªciles de hacerlas llegar a buena parte de la ciudadan¨ªa, ajena a los tecnicismos de estos requerimientos, pero el argumento presentado por el Gobierno el pasado lunes es contundente y podr¨ªa resumirse en que el sector bancario espa?ol es solvente, pero debemos ser conscientes de que hay dudas externas y despejarlas con exigencias elevadas y disciplina de mercado.
Se ha recibido favorablemente que se haya reafirmado la vigencia del FROB -y sus posibilidades y l¨ªmites cuantitativos para recapitalizar entidades- y las opciones de configuraci¨®n jur¨ªdica de las cajas previstas en la Ley 11/2010. Permite mantener buena parte de la coherencia y las reglas del juego del proceso existentes. Pero tambi¨¦n es cierto que la nueva norma obliga a tomar decisiones corporativas de gran trascendencia r¨¢pidamente, lo que da pie a algo as¨ª como una recomposici¨®n de la coherencia conforme a las circunstancias. En los detalles, que ya no debieran tardar en anunciarse, estar¨¢ el resultado final de estos cambios. Y habr¨¢ que explicar algunas grandes cuestiones, como la de si el sistema dual que se crea -con dos requerimientos de solvencia distintos, uno del 8% y otro entre el 9% y el 10%- es temporal. No ser¨ªa conveniente, por pura se?alizaci¨®n y equiparaci¨®n competitiva, que perdurara mucho. La entrada de inversores privados puede llegar en alg¨²n grado para un conjunto de entidades y aquellos querr¨¢n conocer, entre otros aspectos, la vigencia y din¨¢mica temporal de estos requisitos. Gobierno y supervisor pueden tener que readaptar algunas premisas de esta reforma, puesto que faltan incluso detalles importantes por concretar respecto a la normativa internacional de Basilea III. Ser¨¢ preciso definir qu¨¦ es temporal y qu¨¦ es permanente en estas medidas. Tenemos nuevos retos, tenemos el FROB y tenemos un esfuerzo acumulado de provisiones, solvencia, cambios legales y consolidaci¨®n financiera muy importante. Solo ordenando esta informaci¨®n -y siendo cuidadoso y coherente con la cifra de recapitalizaci¨®n pendiente, con los aspectos de gobierno corporativo y con la b¨²squeda de una mayor profesionalidad- podremos convencer a los inversores y conciliar tiempo y expectativas.
Santiago Carb¨® Valverde es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Granada.
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