No te mueras, vida m¨ªa
La muerte es el catalizador de la vida. En las culturas apegadas a la tierra, los velatorios y los entierros son una gran fiesta de despedida que se reedita anualmente en la noche de difuntos con un fest¨ªn necrol¨®gico celebrado sobre la tumba, en la iglesia o en el comedor de casa. El ¨²ltimo acto de El burlador de Sevilla y convidado de piedra recoge esta tradici¨®n pagana de invitar al difunto a cenar, com¨²n en Europa hasta finales del siglo XIX, que pervive felizmente en M¨¦xico y Centroam¨¦rica.
Exitus, s¨¢tira impresionista laboriosamente construida, de vuelo ligero y mirada incisiva, entronca con una manera ancestral de entender la muerte como simetr¨ªa exacta de la vida y de tratar de t¨² a t¨² a los fallecidos. Pako Merino y Diego Lorca, sus autores, int¨¦rpretes y directores, se conocieron en una escuela parisina donde se cree en el actor factotum. A la salida, fundaron Titzina Teatre, que ha producido tres espect¨¢culos en diez a?os, porque la calidad requiere tiempo y respiro. Desde Folie ¨¤ deux, el primero, sobre la locura, hasta Exitus, han dado un gran salto.
EXITUS
Autores, directores e int¨¦rpretes: Diego Lorca y Pako Merino.
La Abad¨ªa. Del 2 al 13 de febrero.
El t¨ªtulo (extra¨ªdo de la expresi¨®n latina exitus letalis, utilizada en medicina para cerrar las historias cl¨ªnicas con desenlace fatal) es contrapunto cr¨ªptico de una funci¨®n di¨¢fana construida a base de sketchs de humor negro entrecruzados que confluyen en un argumento con nudo y final.
No conviene desvelar lo que sucede en Exitus, porque el factor sorpresa importa. Las peripecias de sus protagonistas, un directivo de un laboratorio farmac¨¦utico que enferma repentinamente, un desempleado dispuesto a todo para dejar de serlo, un tanatopractor amante de su oficio y un abogado sin tiempo que perder, sirven de pretexto a Lorca y Merino para embarcarnos en un viaje alucinado y desopilante por los lugares comunes f¨²nebres de las sociedades occidentales urbanas. Con chispa c¨®mica, los chicos de Titzina iluminan esa enorme zona de penumbra que rodea hoy todo lo relacionado con la parca, desde la frivolidad as¨¦ptica de los velatorios hasta el inextricable laberinto de las testamentar¨ªas.
Detr¨¢s, se adivina un trabajo de campo y un asesoramiento minuciosos, quiz¨¢ con pr¨¢cticas en tanatoest¨¦tica incluidas: tiene tela maquillar un cad¨¢ver imaginario con la precisi¨®n con que lo hacen ellos. La interpretaci¨®n de ambos, homog¨¦nea, contenida en el gesto, sin concesiones par¨®dicas y sin un gramo de farsa, satiriza la vida tal cual es, mediante una selecci¨®n de fragmentos significativos expuestos con precisi¨®n inteligente: si, vista desde fuera, la realidad es risible, ?para que caricaturizarla? La sencilla escenograf¨ªa de paneles corredizos de Jordi Soler i Prim y la sugerente luz contrastada de Miguel Mu?oz le dan al espect¨¢culo empaque alem¨¢n.
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