"Todos los discursos del Odio"
La matanza en Tucson, que acab¨® con la vida de seis ciudadanos estadounidenses e hiri¨® gravemente a otras, no tiene su ¨²nica explicaci¨®n en la actuaci¨®n asesina de una persona psicol¨®gicamente inestable. Ni siquiera se debe s¨®lo a esa libertad p¨²blica, que yo llamar¨ªa derecho fundamentalmente absurdo, a portar armas por doquier y utilizarlas. Tampoco es s¨®lo responsabilidad de esa cazadora creacionista que responde al nombre de Palin y que lidera un club del t¨¦ en la casa de la derecha del amigo americano. Esta matanza tiene mucho que ver con la cultura de la violencia, de la intolerancia y el ambiente dominado por todos los discursos del odio que impregnan el mundo social, pol¨ªtico y medi¨¢tico del microclima estadounidense. Clima del que no est¨¢n libres el resto de pa¨ªses del mundo. Sabemos por experiencia propia que no ha escapado de ellos Euskadi. Pero es evidente que no lo est¨¢ tampoco Espa?a. Y eso hay que decirlo para que se sepa.
Miedo a la creaci¨®n de un clima social en Espa?a de xenofobia, racismo y sectarismo
"Yo por mi hija, mato" -dice una que se llama princesa del pueblo al tiempo que hace una advertencia a los partidos pol¨ªticos de presentarse, arropada por las masas, a las pr¨®ximas elecciones"-. "El presidente es amigo de los terroristas", -descripci¨®n m¨¢s o menos consensuada por algunos influyentes intelectuales, periodistas y pol¨ªticos cuando hablamos del presidente de un Gobierno democr¨¢tico, el Espa?ol"-. "Estos s¨®lo quieren destruir Espa?a y a los parados de Espa?a" -advierten los que se creen formadores de opini¨®n de una sociedad liberada, desconociendo, siquiera aproximadamente, el importe de las ayudas de emergencia social que cobran millones de ciudadanos empobrecidos ante la crisis"-. "Esos no son pol¨ªticos democr¨¢ticos sino que colaboran con ETA -d¨ªcese esto de un gran n¨²mero de personas perseguidas en Euskadi durante d¨¦cadas por la banda terrorista para matarlas"-. "Esa consejera es una zorra y una guarra" - definici¨®n de consejera de un Gobierno auton¨®mico democr¨¢tico cuando establece leg¨ªtimamente, a pesar de que no te gusten, sus pol¨ªticas p¨²blicas de salud sexual"-. "El matrimonio entre homosexuales es menos v¨¢lido que contrato de m¨®vil", -novedosa definici¨®n jur¨ªdica de la uni¨®n legal de dos personas por matrimonio-. "Zapatero, vete con tu abuelo", -grupo de m¨¢s de 600 miembros en una de las redes sociales m¨¢s populares que env¨ªa al presidente del Gobierno a la muerte por fusilamiento. Y as¨ª, suma y sigue, hasta casi encontrar razones para la locura, por vilipendio y escarnio "en p¨²blico" de los valores democr¨¢ticos. D¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n. Casi ya sin l¨ªmites. Sin rubor. Sin respuesta. Sin negaci¨®n. Seguidos, cuando menos al escucharles, por millones de personas televidentes, oyentes, militantes y creyentes, en una u otra fe, en distintas ideolog¨ªas, en diferentes credos, en diversos grupos medi¨¢ticos.
Este clima de agresividad excepcional se alimenta de una dominaci¨®n de tertulia continuada, multiplicada por 100 canales de TDT entregados al debate. Y es defendido por unos l¨ªderes carism¨¢ticos de un nuevo populismo que no solo se da en los medios, sino tambi¨¦n en algunas organizaciones sociales, en muchos credos y en determinados c¨ªrculos pol¨ªticos.
Debemos diferenciar la l¨ªcita confrontaci¨®n pol¨ªtica, la imprescindible cr¨ªtica social, la libertad de prensa y de opini¨®n, del descontrol de algunos tertulianos y agentes populistas, desatados y ultramontanos, que no s¨¦ si son un peligro para la democracia, pero desde luego no hay duda que lo son para la convivencia. Debemos reflexionar ante la abundancia de este lenguaje violento, contraproducente para la pol¨ªtica, y malo para los derechos ciudadanos. Debemos reaccionar ante el argumento unineuronal de la demonizaci¨®n del otro, de la amenaza del mal absoluto, de este caldo de cultivo de aversi¨®n que facilita el sentimiento del odio y que puede alentar y preparar lo injustificable.
Esto es un desahogo c¨ªvico provocado por el miedo y una pesadilla. Miedo fundamentado, a la creaci¨®n de un clima social en Espa?a que en el que nos gu¨ªen esos nuevos l¨ªderes, imbuidos de puritanismo, xenofobia, odio, racismo y sectarismo; l¨ªderes que se sienten elegidos, y que pueden tener efectos letales, al dirigirse a una sociedad que, como la actual, est¨¢ convulsa, descre¨ªda, necesitada, defraudada de todos y confiada de nadie. Pesadilla de que la violencia impere; que cualquier persona en Espa?a, aquejada de una grave crisis psiqui¨¢trica, irrumpa en un mitin pol¨ªtico, en una asociaci¨®n pro derechos civiles, una reuni¨®n sindical o una organizaci¨®n para la cooperaci¨®n internacional y asesine "a tiros" o "a cuchilladas" a las personas all¨ª presentes. Luego no ser¨¢ posible -o ser¨¢ dif¨ªcil- encontrar la relaci¨®n entre el verbo violento, la crispaci¨®n y la llamada a la guerra, y esa pesadilla. Entre la intolerancia alimentada y esa persona desequilibrada, que espero no tenga un protagonista real. Pero ser¨¢n responsables. Y seremos responsables los dem¨¢s, si no lo decimos y si no lo evitamos.
Rafaela Romero es Presidenta de la Juntas Generales de Guip¨²zcoa.
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