Pensiones y conflicto generacional
De los temas incluidos en el Acuerdo Social y Econ¨®mico, el ¨²nico concretado es la propuesta de "Reforma y fortalecimiento del Sistema P¨²blico de Pensiones" que se presenta en el Parlamento para su posible aprobaci¨®n. De todo lo discutido durante esta semana, a favor y en contra, quiz¨¢s lo m¨¢s importante son dos puntos: uno, la necesidad de la propia reforma y, el otro, el de la oportunidad de la reforma en el momento de la crisis actual. Otro d¨ªa hablaremos de los efectos econ¨®micos de la reforma.
Respecto a la necesidad de la reforma hay que basarla en los datos demogr¨¢ficos y sociales que la justifican. El informe presentado por la Comisi¨®n no permanente de los Pactos de Toledo lo explica claramente: la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida de los espa?oles est¨¢n llevando a un envejecimiento de la poblaci¨®n que lleva a que cada vez seamos m¨¢s los que cobran una pensi¨®n p¨²blica y menos los que cotizan para pagarlas.
Las generaciones del 'baby boom' de los 60 y 70 deber¨ªan ser las m¨¢s interesadas en la reforma
Hay que impedir que la Seguridad Social cargue con costes derivados de las prejubilaciones
En concreto, los c¨¢lculos y previsiones realizados en la comisi¨®n permiten asegurar que de los 8,7 millones de pensionistas actuales se aumentar¨¢ en 2025 hasta 11 millones. Aunque es dif¨ªcil estimar cuantos cotizantes habr¨¢ en ese momento porque depender¨¢ de la evoluci¨®n y crecimiento econ¨®mico, la Seguridad Social estima que el sistema entrar¨ªa en d¨¦ficit para 2023 y el fondo de reserva podr¨ªa cubrirlo solamente hasta 2029.
Por lo tanto, se trata de una reforma que intenta asegurar la viabilidad financiera del sistema de reparto que tenemos. Al discutir sobre el mismo y entrar en los detalles del aumento de la edad de jubilaci¨®n y de los a?os de cotizaci¨®n para alcanzar el ciento por ciento de la pensi¨®n es necesario reflexionar sobre el diferente punto de vista generacional. La generaci¨®n que empieza ahora a cobrar la pensi¨®n o las que ya lo est¨¢n cobrando tienen asegurado su cobro aunque no se haga la reforma y solo les preocupa si aumenta o disminuyen, pero las generaciones del llamado baby boom, nacidas en los sesenta y setenta, son las que tendr¨ªan que estar m¨¢s interesadas en la reforma porque si no se hace el sistema actual no ser¨¢ sostenible. Existe por lo tanto un conflicto de intereses generacionales que se haya impl¨ªcito en las discusiones planteadas.
Con esta reflexi¨®n previa, podemos comenzar a discutir sobre la oportunidad de la reforma. La comisi¨®n lleva a?os estudiando los datos y somos muchos los economistas que hemos comentado su necesidad, pero ninguno de los Gobiernos anteriores se atrevi¨® a iniciarla. El argumento m¨¢s utilizado en su contra es que esta reforma puede ser contraindicada en un momento en que se contin¨²a destruyendo empleo y tenemos un paro muy elevado. Se aduce que al prolongar los a?os de actividad de los trabajadores se impedir¨¢ la incorporaci¨®n de los j¨®venes al mundo laboral.
Sin embargo, la reforma propone iniciar el aumento de la vida laboral a partir de 2013 y lo que es m¨¢s importante, hacerlo de forma gradual, un mes por a?o hasta 2020 y dos por a?o hasta llegar a los 67 a?os en 2027. Es de esperar que dentro de unos a?os la crisis habr¨¢ pasado y estaremos en un escenario de creaci¨®n de empleo. Es cierto que hay que corregir defectos de nuestro sistema como impedir que la Seguridad Social cargue con costes derivados de las prejubilaciones con tretas como enviar al paro a empleados que en realidad est¨¢n prejubilados, equiparar la cobertura de los aut¨®nomos y luchar contra el fraude de una econom¨ªa sumergida en la que no se cotiza a la Seguridad Social.
Otro elemento importante introducido en la reforma es el periodo exigido de cotizaci¨®n para cobrar una pensi¨®n, hasta ahora de 15 a?os. Como siempre el ingenio ha llevado a que personas que no hab¨ªan cotizado y por tanto se hab¨ªan ahorrado esa contribuci¨®n comenzando a hacerlo 15 a?os antes de jubilarse. No todas las personas (en especial las mujeres) contribuyen m¨¢s al final de su vida laboral, las hay que durante su juventud lo hicieron y despu¨¦s interrumpieron su cotizaci¨®n por diferentes causas. Lo justo ser¨ªa incluir todas las cotizaciones de la vida laboral en el c¨¢lculo de la pensi¨®n. La reforma tambi¨¦n lo plantea de forma gradual hasta contemplar la vida laboral de 25 a?os en a partir de 2022.
Carmen Alcaide es analista y ex presidenta del INE.
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