Los rostros de la resistencia
Un m¨¦dico, un investigador, una profesora, una estudiante y un parado cuentan por qu¨¦ seguir¨¢n en la plaza de la Liberaci¨®n hasta que Mubarak se vaya
Las protestas que desde hace dos semanas sacuden Egipto tienen su punto neur¨¢lgico en la plaza de la Liberaci¨®n, situada en el coraz¨®n de El Cairo. En este enorme recinto ha llegado a concentrarse un mill¨®n de personas al grito de "Mubarak erhad, erhad" (Mubarak fuera, fuera). Miles de ellos han optado por acampar en la plaza, cuyas entradas est¨¢n guardadas por tanques, que los manifestantes quieren que se queden porque el Ej¨¦rcito sigue siendo la instituci¨®n m¨¢s respetada de Egipto y los consideran su seguro contra el r¨¦gimen. Cada d¨ªa, decenas de miles de personas se acercan a la plaza para pedir la salida de Mubarak, reforzar la lucha de los acampados y ofrecerles comida, ropa y mantas. Estas son las historias personales y los motivos de cinco egipcios que aseguran que mantendr¨¢n la protesta hasta que Egipto inicie una andadura libre del dictador.
AMR NAGY "No me quiero ir de mi pa¨ªs"
Tiene 30 a?os, es cirujano, est¨¢ soltero y participa en la revuelta desde que estall¨®, el 25 de enero. Nagy asegura que resistir¨¢ en la plaza de la Liberaci¨®n hasta que el presidente Hosni Mubarak deje el poder. "Este r¨¦gimen est¨¢ podrido. Se ha quedado con todas las riquezas de Egipto o las ha vendido a otros pa¨ªses y a nosotros nos deja en la miseria", afirma. Estudi¨® siete a?os de Medicina y tres a?os de especializaci¨®n. Nagy trabaja en el Instituto Nacional de Hematolog¨ªa y Enfermedades Tropicales, donde cobra 315 libras egipcias (algo menos de 40 euros) al mes, pero vive de las dos o tres guardias de 24 horas que realiza a la semana en dos hospitales privados, por las que obtiene un total de 4.000 libras al mes. "No me quiero ir de mi pa¨ªs. Todos mis amigos se han ido de Egipto porque aqu¨ª no se puede vivir. Ahora le toca irse a Mubarak para que nosotros comencemos a tener un futuro mejor", dice. Nagy, junto a decenas de m¨¦dicos y enfermeros, atiende a los heridos. Solo se vio desbordado por el trabajo el pasado mi¨¦rcoles, cuando un grupo de matones seguidores de Mubarak irrumpieron en la plaza y se enfrentaron a los manifestantes. En dos d¨ªas de choques hubo unos 1.500 heridos.
ALI WAHIDA "Con Mubarak no hay salida"
F¨ªsico de 33 a?os, casado y con una ni?a de dos, Wahida trabaja en Investigaci¨®n Social por 1.000 libras egipcias al mes. Su mujer, como contable, gana 200. Ayer fue su segundo d¨ªa en la plaza, donde solo permanece un par de horas, pero piensa seguir viniendo a diario "hasta la victoria". Dice que est¨¢ harto de la dictadura, que ni siquiera le dejan investigar y que "Egipto necesita libertad e igualdad para que la gente tenga una vida digna". Wahida declara que vot¨® en las pasadas elecciones, cuyo fraude masivo llev¨® a la oposici¨®n a boicotear la segunda vuelta, celebrada en diciembre. "Vot¨¦ por un independiente y cuando gan¨® el esca?o se sum¨® al r¨¦gimen", dice con rabia por sentirse enga?ado. "Es urgente mejorar el sistema, la educaci¨®n y la seguridad con una polic¨ªa que respete al pueblo", se?ala. Wahida considera "positivo" los contactos iniciados con la oposici¨®n por el vicepresidente, Omar Suleim¨¢n, pero insiste en que para que haya una transici¨®n efectiva primero el rais debe marcharse. "Con Mubarak no hay salida. Si se queda solo podemos esperar una matanza, el caos y la desesperaci¨®n".
NURA GAMEL "Vivimos el inicio de un nuevo Egipto"
Tiene 26 a?os y un ni?o de dos, que lleva a una guarder¨ªa. Es ingeniera mec¨¢nica y trabaja como asistente de c¨¢tedra en la Universidad de Tecnolog¨ªa Moderna de El Cairo. Su salario es de 1.200 libras al mes. Hace ya cuatro d¨ªas que viene a la plaza de la Liberaci¨®n con su marido a primera hora de la ma?ana para dar el desayuno a los que han acampado. Reparte con una sonrisa pan y yogur. "Mubarak es un mentiroso y se ha llenado los bolsillos a costa de su pueblo", afirma. "Yo apoyo a toda esta gente que lucha por nosotros, por poner fin a este r¨¦gimen al que nunca hemos interesado. Es como si vivi¨¦ramos en otro planeta: van a lo suyo y no tienen ni idea de c¨®mo estamos o qu¨¦ pasa con nosotros. No nos ayudan, no nos escuchan", subraya. Gamel est¨¢ contenta: "Triunfaremos. Vivimos el inicio de un nuevo Egipto, un Egipto libre abierto para todos". Pese a ir cubierta de la cabeza a los pies, asegura que no pertenece a los Hermanos Musulmanes y que no quiere un Egipto gobernado por la ley isl¨¢mica. "Debe ser secular y dar cabida a todas las religiones".
NURHAN ZAKI "Quiero libertad"
Tiene 18 a?os y estudia segundo de Farmacia. Lleva una semana acampada en la plaza con sus dos hermanos mayores bajo una tienda improvisada con pl¨¢sticos y palos. "Estoy aqu¨ª porque quiero un futuro mejor para mi pa¨ªs. Quiero libertad y un trabajo cuando termine la carrera. No nos mover¨¢n hasta que no se vaya Mubarak", dice gritando su furia contra el r¨¦gimen. Tienen mantas para protegerse del fr¨ªo de la noche y la madre les trae la comida todos los d¨ªas. "Somos gente normal, con sue?os posibles de realizar, con ilusiones por cumplir. Luchamos por un Egipto nuevo y aunque todav¨ªa no sabemos c¨®mo ser¨¢, s¨ª sabemos que no queremos este", afirma Zaki, que con su ardor juvenil est¨¢ dispuesta a quedarse en la plaza el tiempo que sea necesario para tumbar al r¨¦gimen.
MOHAMED GABEL "Estoy aqu¨ª por mi hijo"
Tiene 29 a?os, es abogado pero hace m¨¢s de un a?o que no tiene trabajo. Vive en Heluan, en la periferia de El Cairo, a unos 20 kil¨®metros de la ciudad. Ayer fue su primer d¨ªa en la plaza de la Liberaci¨®n, pero va a quedarse "hasta el fin de Mubarak". Ha tra¨ªdo consigo a su mujer y a su hijo, que permanecer¨¢n tambi¨¦n "porque tienen que participar de este momento hist¨®rico". Gabel no tiene duda: "Estoy aqu¨ª por mi hijo, para que tenga un futuro, y ¨¦l tiene que vivirlo". Sostiene que no es miembro de los Hermanos Musulmanes, la principal fuerza opositora egipcia, ilegal aunque tolerada a ratos, y que su barba obedece a que es un religioso devoto. "Solo la barba fue el motivo de que en 2007 me detuviera la polic¨ªa. Me golpe¨® y me insult¨®. Desde entonces me saca y me mete en la c¨¢rcel cuando quiere. Por eso he perdido mi empleo", afirma. Gabel se saca a veces 30 libras al d¨ªa descargando mercanc¨ªa. Sus hermanos le ayudan a pagar las 300 libras al mes del alquiler de la vivienda. "Vamos a cambiar nuestro pa¨ªs. Tendremos un Gobierno m¨¢s justo, con una polic¨ªa que no torture y un presidente que no esquilme a su pueblo".
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