Sortu exigir¨¢ a sus candidatos el rechazo a la violencia de ETA
La nueva fuerza toma la forma de un partido democr¨¢tico
El nuevo partido de la izquierda abertzale, Sortu, exigir¨¢ a los participantes en sus listas electorales la asunci¨®n previa a su presentaci¨®n de una declaraci¨®n, presumiblemente escrita, de rechazo de la violencia de ETA. As¨ª se desprende de lo que figura en el art¨ªculo 16 de sus estatutos, que ayer fueron inscritos en el registro del Ministerio del Interior. Los estatutos se remiten al cumplimiento de su cap¨ªtulo preliminar y del art¨ªculo 3 para quienes aspiren a ser candidatos de esta nueva formaci¨®n. En el cap¨ªtulo preliminar se plantea la "definitiva y total desaparici¨®n de cualquier clase de violencia, en particular, la de la organizaci¨®n ETA" y rechaza hasta cuatro veces el terrorismo de la banda.
Las referencias al distanciamiento de la banda son frecuentes
El art¨ªculo 3, que se refiere a la democracia interna, precisa que Sortu "desarrollar¨¢ su actividad desde el rechazo a la violencia como instrumento de acci¨®n pol¨ªtica o m¨¦todo para el logro de objetivos pol¨ªticos, cualquiera que sea su origen y naturaleza; rechazo que, abiertamente y sin ambages, incluye a la organizaci¨®n ETA, en cuanto sujeto de conductas que vulneran derechos y libertades fundamentales de las personas".
Con estos requisitos, los estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale pretenden cumplir con las condiciones establecidas a los candidatos en la reciente reforma de la ley electoral, que aprob¨® el Congreso hace escasas semanas.
Precisamente, la principal singularidad de los estatutos de Sortu respecto a los convencionales de cualquier partido democr¨¢tico son sus frecuentes referencias al rechazo de la violencia en general y de la de ETA en particular. Y esa frecuencia, que aparece especialmente rese?ada en el cap¨ªtulo preliminar y en el art¨ªculo 3, aunque atraviesa todo el texto, se explica por la necesidad de sus promotores de cumplir los requisitos de la Ley de Partidos y la jurisprudencia del Tribunal Supremo para lograr su legalizaci¨®n.
As¨ª, en los estatutos de ning¨²n partido convencional aparece un art¨ªculo, como el 11, en el que se advierte que ser¨¢n expulsados quienes participen en actos violentos. O como el 16, sobre los candidatos, o la referencia expresa al compromiso de reconocimiento y reparaci¨®n de las v¨ªctimas del terrorismo, que aparece en el cap¨ªtulo preliminar.
Por lo dem¨¢s, los estatutos son convencionales y responden al modelo cl¨¢sico de partido democr¨¢tico tanto en su organizaci¨®n interna, en su funcionamiento y su financiaci¨®n. En este sentido, su novedad radica en el cambio sustancial de modelo organizativo respecto a la ilegalizada Batasuna. Si Batasuna ten¨ªa un funcionamiento asambleario -no celebraba congresos ni votaba a su equipo directivo ni eleg¨ªa secretario general-, Sortu celebrar¨¢ congresos cada cuatro a?os que elegir¨¢n una comisi¨®n ejecutiva y un secretario general. Y tendr¨¢ un ¨®rgano intermedio, la Asamblea Nacional, que recuerda, en su esquema organizativo, al Comit¨¦ federal del PSOE.
El nuevo partido tambi¨¦n se ha dotado provisionalmente de una comisi¨®n permanente, integrada por tres mujeres -Maider Etxebarria, Karmele Aguirregabiria y Rakel Jausoro- y un hombre, Javier Artola. Ninguno particip¨®, al menos activamente o que se conozca, en la antigua Batasuna. La secretaria general ser¨¢ Maider Etxebarria y su papel y el de su equipo ser¨¢ temporal hasta la celebraci¨®n del Congreso constituyente de Sortu. La pretensi¨®n de sus promotores es que este proceso transitorio dure el menor tiempo posible si se acepta su legalidad.
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