?Lince de pap¨¢ o de mam¨¢?
La duplicidad de pol¨ªticas y ¨®rganos estatales o auton¨®micos llega a veces al absurdo - Las ideas para mejorar la gesti¨®n se enredan en el debate
"Doce agencias p¨²blicas diferentes se ocupan de las exportaciones, al menos otras cinco de las pol¨ªticas de vivienda. Y aqu¨ª viene mi ejemplo favorito: el Departamento de Gobernaci¨®n regula sobre el salm¨®n mientras est¨¢ en agua dulce, pero pasa al Departamento de Comercio cuando est¨¢ en agua salada. Y me han dicho que la cosa se complica cuando son ahumados". La duplicidad administrativa ocup¨® un lugar preferente en el discurso sobre el estado de la Uni¨®n que dio a finales de enero el presidente de EE UU, Barack Obama. Es otro s¨ªntoma de la crisis econ¨®mica: los Gobiernos occidentales, acuciados por el d¨¦ficit p¨²blico y un horizonte de bajos ingresos, redescubren ineficiencias y solapamientos en la gesti¨®n que antes no eran tan urgentes de resolver.
La fauna tambi¨¦n brinda un ejemplo espa?ol: hasta hace bien poco, el lince ib¨¦rico pasaba de competencia auton¨®mica (parque natural) a competencia del Gobierno (parque nacional) en cuesti¨®n de metros. Una divisi¨®n administrativa que pudo ser letal para el felino m¨¢s amenazado del mundo. Las diferencias de criterio sobre las pol¨ªticas de protecci¨®n solo pudieron salvarse a finales de 2007, con la firma del Pacto Ib¨¦rico por el Lince. Y no es casualidad que ese a?o el Ejecutivo central asumiera en una ley lo que el Tribunal Constitucional hab¨ªa dictaminado en 2004, tras un largo litigio: que la gesti¨®n de los parques nacionales era tambi¨¦n competencia auton¨®mica.
En Espa?a, el debate sigue el rastro del lince y se confunde con la omnipresente controversia sobre las comunidades aut¨®nomas. En las ¨²ltimas semanas, el expresidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (PP), achac¨® la ineficiencia y el exceso de gasto p¨²blico a las comunidades -"el modelo auton¨®mico es financieramente inviable"-, para luego considerar que "los problemas del Estado auton¨®mico" son una amenaza para la econom¨ªa espa?ola. "Con la que est¨¢ cayendo es algo muy duro decir que en Espa?a hay 17 Defensores del Pueblo, 17 tribunales de cuentas o 17 consejos consultivos", apostill¨® la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal.
"Ante el problema de las ineficiencias y duplicidades hay dos actitudes, la de desfogarse, o la de intentar resolverlo", opina Jordi Sevilla, que fue ministro de Administraciones P¨²blicas en la primera legislatura de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (PSOE). Sevilla lamenta que se "l¨ªe el problema con otras cuestiones, casi siempre por aquellos que creen que fue un error haber creado el modelo auton¨®mico".
Al hilo de la crisis, es la vertiente econ¨®mica del mal funcionamiento de la Administraci¨®n la que impera. El presidente del Banco Santander, Emilio Bot¨ªn; el gobernador del Banco de Espa?a, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, o el m¨¢ximo responsable del Instituto de Empresa Familiar, Isak Andic, repiten estribillo: hay que acabar con las duplicidades administrativas. La lista de sospechosos es nutrida: hay entes municipales, auton¨®micos y estatales implicados en la pol¨ªtica de alquiler; tambi¨¦n se dan ayudas de empleo y cobertura social a la inmigraci¨®n en las tres ventanillas; se replican institutos de meteorolog¨ªa, institutos de estad¨ªstica, tribunales de competencia o agencias de protecci¨®n de datos; hay oficinas auton¨®micas y estatales de promoci¨®n empresarial en el exterior, como hay expositores auton¨®micos y provinciales en las ferias de turismo; ayuntamientos y comunidades abren guarder¨ªas o centros de d¨ªa para mayores. En algunas ciudades hay hasta cuatro cuerpos policiales operativos, como conviven en varias comunidades canales de televisi¨®n estatales y auton¨®micos deficitarios.
A bote pronto, una lista as¨ª solo lleva a una conclusi¨®n: derroche de recursos p¨²blicos. Pero para dictaminar si hay solapamientos y cu¨¢l es su dimensi¨®n econ¨®mica falta un trecho. Por contraponer algunos ejemplos, la existencia de Defensores del Pueblo auton¨®micos se ha traducido en la gesti¨®n de un volumen de quejas ciudadanas mucho mayor; las agencias meteorol¨®gicas en Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Galicia se han visto acompa?adas de inversiones que han mejorado las redes de detecci¨®n. Y, en muchos barrios, las guarder¨ªas p¨²blicas municipales han dado, durante a?os, el servicio que las comunidades aut¨®nomas no daban. Para concluir que hay derroche faltan, sobre todo, datos.
Como ha ocurrido con otras reformas recientes, la presi¨®n ejercida por la crisis econ¨®mica tambi¨¦n se deja notar aqu¨ª. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, hizo en diciembre un anuncio in¨¦dito: encarg¨® a la Agencia Estatal de Evaluaci¨®n (Aeval) un informe sobre "posibles duplicidades, solapamientos e ineficiencias" en la Administraci¨®n. En un estudio previo, elaborado a partir de una encuesta de la Agencia y de sondeos del Consejo de Investigaciones Sociol¨®gicas, cala la idea de que ha habido excesos en el gasto p¨²blico, algo que pasa factura a las comunidades: si entre 1994 y 2005 m¨¢s del 75% de los ciudadanos valoraba su creaci¨®n, el a?o pasado ese respaldo baj¨® al 55%.
"La Agencia trabaja para que el informe est¨¦ listo lo antes posible", se?ala Gaspar Zarr¨ªas, secretario de Estado de Cooperaci¨®n Territorial. Zarr¨ªas no concreta plazos, pero s¨ª aventura ya alguna conclusi¨®n: "En servicios fundamentales, las duplicidades pr¨¢cticamente no existen, son la excepci¨®n que confirma la regla".
La alusi¨®n del dirigente socialista no es ociosa. Sanidad, educaci¨®n y servicios sociales se llevan entre el 60% y el 70% de los presupuestos auton¨®micos. Y aqu¨ª la desaparici¨®n del Gobierno en favor de la gesti¨®n auton¨®mica es casi total. "Si hay ineficiencias, como ocurre con la decisi¨®n de crear universidades en cada provincia con planes de estudios muy parecidos, se debe a un mal dise?o de los gobiernos aut¨®nomos y a ellos hay que pedir cuentas", recalca N¨´ria Bosch, catedr¨¢tica de Hacienda P¨²blica de la Universidad de Barcelona. Santiago Lago, experto en financiaci¨®n auton¨®mica de la Universidad de Vigo, se?ala que en la formaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas ha habido "un mimetismo del aparato estatal m¨¢s que discutible". Y aboga por revisar si la dimensi¨®n de los ¨®rganos auton¨®micos est¨¢ en sinton¨ªa con sus funciones. "A veces, no es tanto una cuesti¨®n de suprimirlos como de rebajar su rango administrativo", a?ade. Pero Lago relativiza el coste de los solapamientos con la Administraci¨®n central. Y pone otro ejemplo: "En el presupuesto de la Xunta, el Parlamento, el Consejo de Cuentas, el Consejo de la Cultura Gallega, el Consejo Econ¨®mico y Social, el Defensor del Pueblo, el Consejo Consultivo y el resto de organismos apenas suponen el 0,5% de los gastos".
La Universidad de Vigo acaba de investir doctor honoris causa a Jorge Mart¨ªnez-V¨¢zquez, profesor en la Georgia State University (Atlanta, EE UU), que ha asesorado a una treintena de Gobiernos y organismos multilaterales en procesos de descentralizaci¨®n. "La descentralizaci¨®n en Espa?a ha sido muy positiva, aunque como ocurre en otros casos, hay errores que derivan de que no se ha hecho desde el principio una asignaci¨®n clara de competencias a cada nivel administrativo, sino que se ha primado el reparto de ingresos", afirma. Un error de partida que, a juicio de Mart¨ªnez-V¨¢zquez, se evidencia sobre todo en los conflictos de competencias entre comunidades, diputaciones y ayuntamientos. "En la descentralizaci¨®n espa?ola se ha dejado en la cuneta a las entidades locales, donde hay los mayores problemas de fragmentaci¨®n y duplicidades", concluye.
Las propuestas m¨¢s pol¨¦micas del ¨²ltimo estudio sobre la Administraci¨®n de la Fundaci¨®n FAES, que present¨® la semana pasada Aznar, se centran precisamente en la asignaci¨®n de competencias y en la propuesta de fusionar ayuntamientos y de explorar, incluso, la agrupaci¨®n de comunidades aut¨®nomas. "Somos el pa¨ªs europeo donde m¨¢s pesa el gasto p¨²blico regional, la descentraliza-ci¨®n de gasto hacia las comunidades no puede ir m¨¢s all¨¢", se?ala Gabriel Elorriaga, diputado del PP y coordinador del informe de FAES. "El problema con las comunidades es de indefinici¨®n del marco de competencias, en el caso de las corporaciones locales hay problemas de capacidad de gesti¨®n", diferencia Elorriaga, quien plantea un acuerdo al PSOE para reformar la Constituci¨®n, un ofrecimiento en el que los partidos nacionalistas ven una v¨ªa abierta a la "recentralizaci¨®n de competencias".
N¨´ria Bosch da la vuelta a la tortilla: "Hay duplicidades que se producen porque la maquinaria administrativa del Gobierno central no ha desaparecido del todo cuando ha habido transferencia de competencias". La catedr¨¢tica de la UB tambi¨¦n piensa que "el principal problema con las duplicidades est¨¢ en el nivel local, donde los ayuntamientos han asumido gastos no obligatorios que no tienen c¨®mo financiar". Y agrega: "Cada peque?o ayuntamiento no tiene por qu¨¦ tener una piscina cubierta o un centro para mayores, lo ideal ser¨ªa fusionar municipios, pero eso en Espa?a no es realista, es mejor insistir en la gesti¨®n mancomunada". Y en el disparadero vuelven a estar las instituciones provinciales: en Pa¨ªs Vasco y Canarias el debate sobre qu¨¦ hacer con diputaciones y cabildos vuelve a coger fuerza.
El Ejecutivo, que ha aparcado la reforma de la financiaci¨®n, s¨ª har¨¢ una delimitaci¨®n de las competencias municipales en la ley de Gobierno Local. "Pero habr¨¢ una cl¨¢usula que permita ampliarla con nuevas competencias, los ayuntamientos son descubridores de necesidades ciudadanas", apunta Zarrias.
El secretario de Estado ve en la cooperaci¨®n territorial y en la Administraci¨®n electr¨®nica las dos v¨ªas m¨¢s efectivas para mejorar la gesti¨®n p¨²blica. Jordi Sevilla coincide, aunque lamenta la falta de voluntad pol¨ªtica: "Todav¨ªa est¨¢n sin regular las conferencias auton¨®micas sectoriales y deber¨ªan crearse consorcios para facilitar la cooperaci¨®n en asuntos espec¨ªficos".
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