La RAE acoge a la primera fil¨®loga de su historia
In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez analiza en su discurso la formaci¨®n del espa?ol
Con todo su rigor y sus protocolos, la erudici¨®n esconde a veces peripecias de m¨¢s enjundia que muchas novelas. Una de ellas reson¨® ayer en el sal¨®n de actos de la Real Academia Espa?ola durante el ingreso en la instituci¨®n de In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez (Madrid, 1961), la primera fil¨®loga en ocupar un sill¨®n en una casa que en 2013 ser¨¢ tricentenaria.
La peripecia comenz¨® en los a?os veinte de siglo pasado cuando Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal, el padre de la moderna filolog¨ªa espa?ola, impuls¨® la elaboraci¨®n del Atlas ling¨¹¨ªstico de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, al que los especialistas llaman por su sigla ALPI. Pidal puso al frente de la obra a su disc¨ªpulo Tom¨¢s Navarro Tom¨¢s, que, con un equipo de dialect¨®logos realiz¨® encuestas de campo entre entre 1931 y 1936. Como tantas otras cosas, la Guerra Civil trunc¨® un proyecto para el que, por suerte, ya se hab¨ªa encuestado la mayor¨ªa del territorio previsto.
Nuestra lengua no puede identificarse sin m¨¢s con el castellano, afirma
La nueva acad¨¦mica ocupa la vacante que dej¨® el poeta ?ngel Gonz¨¢lez
Navarro Tom¨¢s, que hab¨ªa marchado al exilio con los materiales del ALPI, los devolvi¨® tiempo despu¨¦s. La fatalidad, sin embargo, volvi¨® a jugar contra la ciencia. Cuando se hab¨ªa publicado uno solo de los 10 vol¨²menes previstos, aquellos materiales desaparecieron en los a?os sesenta para no aparecer hasta 2001.
Partiendo de esos mismos documentos, In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, catedr¨¢tica de lengua espa?ola de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, ha llegado a algunas de las conclusiones que ayer desgran¨® en su discurso de ingreso en la RAE, La lengua de Castilla y la formaci¨®n del espa?ol. La paradoja es que los datos atesorados en el ALPI han servido para matizar la teor¨ªa de su impulsor sobre la expansi¨®n del castellano. Contra lo que, asumiendo acr¨ªticamente lo escrito por Men¨¦ndez Pidal, se ha dado por bueno durante d¨¦cadas, el espa?ol no puede identificarse sin m¨¢s con el castellano ni siempre estuvo en Castilla el origen de los rasgos ling¨¹¨ªsticos que lo caracterizan en la actualidad.
"Habr¨¢ palabras nuevas para la nueva historia". Ese verso de ?ngel Gonz¨¢lez sirvi¨® ayer a Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez como introducci¨®n a su brillante discurso de ingreso en una corporaci¨®n en la que pasa a ocupar el sill¨®n P, vacante desde la muerte del poeta asturiano en enero de 2008. Esa nueva historia deber¨¢, pues, tener en cuenta que el espa?ol es un crisol de rasgos ling¨¹¨ªsticos de diversa procedencia (asturleoneses, navarroaragoneses, gallegoportugueses, catalanes) que confluyeron sobre el territorio del centro peninsular, lo que impide, seg¨²n la nueva acad¨¦mica, que pueda identificarse solo con la lengua de Castilla, que, lejos de ser uniforme, ten¨ªa a su vez diversas variedades.
En una intervenci¨®n que ocupa m¨¢s de 100 p¨¢ginas -mapas incluidos-, la fil¨®loga fue contundente al reconocer el papel de Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal como faro de su disciplina, un ¨¢rbol frondoso que se prolong¨® en la figura de Diego Catal¨¢n, su propio maestro. Pero id¨¦ntica contundencia puso a la hora de matizar el "castellanismo ideol¨®gico" que llev¨® a Pidal a establecer que el castellano se extendi¨® desde el norte hacia el centro y el sur de la Pen¨ªnsula acompa?ando a la conquista de las tierras de Al-Andalus durante la Edad Media. Dicha extensi¨®n, en la que la lengua iba de la mano de la espada, habr¨ªa determinado la castellanizaci¨®n de las tierras conquistadas por Castilla.
Para In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, la visi¨®n de Pidal es la propia de un intelectual de la generaci¨®n del 98, alguien para el que Castilla representaba la esencia de lo hisp¨¢nico. Triunfante durante d¨¦cadas, esa visi¨®n condicion¨® la historia de la lengua, pero los datos del ALPI, la matizan rotundamente.
Entre otras cosas, esos datos demuestran que el espa?ol tiene unos m¨¢rgenes m¨¢s amplios que los de Castilla. Aunque el origen de muchos de sus rasgos fue indudablemente castellano, el origen de muchos otros fue, por el oeste, asturleon¨¦s, gallego o portugu¨¦s; y, por este, navarro, aragon¨¦s o catal¨¢n. El primero ser¨ªa el caso de la distinci¨®n entre quien y que, o el del indefinido alguien (el castellano utilizaba alguno). El segundo, el de pronombres tan habituales como nosotros y vosotros.
Experta en dialectolog¨ªa y literatura medieval -es una autoridad en la obra de Alfonso X-, In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez dirige el Corpus Oral y Sonoro del Espa?ol Rural. Su oficio qued¨® claro en una lecci¨®n que fue, con m¨¢s datos que met¨¢foras, "un acto de amor al espa?ol". As¨ª lo calific¨® en su discurso de contestaci¨®n Jos¨¦ Antonio Pascual, el acad¨¦mico que, junto a Margarita Salas y ?lvaro Pombo, propuso a la instituci¨®n el nombre de su nueva compa?era. Pascual agradeci¨® tambi¨¦n su ejercicio de libertad cient¨ªfica y su capacidad para demostrar que en ese viaje que es la historia del espa?ol -"una lengua mestiza"- tanto o m¨¢s que el origen, importa el recorrido.
"Pas¨® ya el tiempo en que 'creer con fuerza tal lo que no vimos / nos invita a negar lo que miramos", hab¨ªa dicho Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez citando, de nuevo, a ?ngel Gonz¨¢lez. Men¨¦ndez Pidal estableci¨® la imagen de la cu?a invertida para explicar el avance del espa?ol de norte a sur. La nueva acad¨¦mica demostr¨® que la formaci¨®n de nuestra lengua debe mucho a su contacto con otras variedades ling¨¹¨ªsticas. Y demostr¨®, de paso, que no hay, con permiso de los maestros, mejor cu?a que la de la misma madera.
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