'Tour' por la casa de las momias
El Museo Arqueol¨®gico reabre con las obras de rehabilitaci¨®n a¨²n en marcha
![Patricia Gos¨¢lvez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff5744da4-d9b2-4e2b-9ea3-976b6f2039cc.jpg?auth=461f59fda40b3bda3de89b30da6b7a6bbdfc0e3690ce7434e9a5b104080a80f5&width=100&height=100&smart=true)
Las frases m¨¢s repetidas por el gu¨ªa de la visita son "?recuerdan c¨®mo estaba?" e "imaginen c¨®mo estar¨¢". El Museo Arqueol¨®gico Nacional abre al p¨²blico sus salas con las obras todav¨ªa en marcha en una serie de tours privilegiados que permiten contemplar una transformaci¨®n arquitect¨®nica. Todav¨ªa huele a serr¨ªn, a escayola y pegamento. "?Uy, aqu¨ª estaban las momias, f¨ªjate!", dice una se?ora en medio de una enorme sala di¨¢fana, ba?ada de luz y a¨²n con polvillo sobre el suelo reci¨¦n pulido. "Ahora ser¨¢ el lobby, al que se entra por una rampa accesible para todos", explica el gu¨ªa. "Aparte de saciar el morbo que tiene ver una obra en marcha, las visitas muestran el enorme trabajo que hay detr¨¢s", dice Juan Pablo Rodr¨ªguez Frade, el arquitecto al cargo.
"Yo echo de menos el antiguo, tan acogedor y oscurito", comenta una se?ora
En otra sala, bargue?os del XVII esperan encontrar su sitio en la nueva casa cubiertos con telas. El gu¨ªa combina arquitectura, historia y arqueolog¨ªa en sus explicaciones. Habla del edificio original, levantado en el XIX por Francisco Jare?o como parte de la biblioteca y de la leyenda de la divisi¨®n, que se supone que se realiz¨® a mano alzada el propio C¨¢novas. Empez¨® siendo un gabinete para iniciados. La entrada al p¨²blico del siglo XXI cambia de lugar y consiste en tres enormes puertas de cristal que invitan a entrar desde la calle ("siempre fue un cofre cerrado, era fundamental convertirlo en un lugar de encuentro", explica Frade). El gu¨ªa se detiene en detalles arquitect¨®nicos, como el m¨¢rmol de travertino y la madera de Merbau que usa la obra, y explica c¨®mo la c¨¢mara acorazada cuelga del techo, porque el forjado de la sala Cervantes de la biblioteca que hay debajo no aguantar¨ªa el peso. La clave de la reforma es la recuperaci¨®n de los patios ¨¢rabe y romano, que nacieron cubiertos, pero se abrieron en los a?os setenta. Se han vuelto a acristalar y llenan de luz el coraz¨®n del museo. Eso s¨ª, en vez de vidrieras del XIX sus cristales son fotosensibles, autom¨¢ticos y calendarios.
Durante la visita el grupo se sorprende de la luz, la amplitud y la modernidad que destila un museo que siempre result¨® oscuro, angosto y algo atiborrado. Sin crecer, el museo ha pasado de 14.350 metros a 20.510, y estar¨¢ terminado en 2012. Las mejoras no son solo est¨¦ticas, hab¨ªa necesidades imperiosas como cumplir las normativas de seguridad antiincendios y de accesibilidad. Adem¨¢s, la reforma busca que el centro sea m¨¢s solvente. Se ha incluido una cafeter¨ªa con terraza y una vistosa tienda. Nada que ver con el rinc¨®n de souvenirs del antiguo, esta tiene cinco enormes escaparates. "Pero hemos evitado forzar la entrada y salida por ella", apunta Frade. El nuevo museo es alegre, f¨¢cil y luminoso comparado con el antiguo, pero no quiere convertirse en otra cosa, la tecnolog¨ªa est¨¢ escondida, el minimalismo se compensar¨¢ con las colecciones.
Dos se?oras de la visita cuchichean. "Yo voy a echar de menos el antiguo, era como muy acogedor, tan oscurito...". "Ya", le dice la otra, "pero siempre est¨¢bamos aqu¨ª t¨² y yo solas, y hace falta que venga la gente". "Comprendo la nostalgia", dice Frade al escuchar la an¨¦cdota, "por eso hay que combinar tradici¨®n y desarrollo, tan malo me parece que los visitantes se pregunten '?d¨®nde est¨¢ el museo que conoc¨ªa?', como que opinen que apenas ha cambiado nada". Le queda la mitad del trabajo por delante. Est¨¢ desarrollando la museograf¨ªa, para que las piezas expuestas tengan "un discurso".
La visita tiene una ¨²ltima sorpresa. Se adentra por almacenes, archivos y oficinas a los que solo tienen acceso los investigadores. El orden es hospitalario, limpio y blanco. Los extintores, del tama?o de personas. Es una ocasi¨®n ¨²nica para ver las as¨¦pticas tripas de un museo que renace. Quedan tres citas para colarse.
Visitas El Museo Arqueol¨®gico Nacional: obras en marcha. 26 de febrero y 12 y 26 de marzo. A las 12.00 y a la 13.00. Gratuitas, con cita previa en el 915 780 203. (http://man.mcu.es).
![Algunas piezas antiguas del Museo Arqueol¨®gico.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F3EO3TYOWEYPBBSZ3W2LZK5MAA.jpg?auth=24e207ff4b113deeeb9c51001ad0530f29ca5e4f65575012128edcba9e83364b&width=414)
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