Berlusconi se aferra al poder y afirma que acabará la legislatura
El líder de la Liga Norte no aclara si mantendrá su apoyo a Il Cavaliere
Ni el escándalo global, ni la presión de la oposición, ni siquiera la opinión mayoritaria de unos sondeos cada vez más claros en los que un 62% de los italianos afirma que debe dimitir. El primer ministro italiano no retrocede un metro. Tras reflexionar 24 horas, Silvio Berlusconi rompió ayer su silencio, descartó que vaya a presentar su renuncia y afirmó que no está "para nada preocupado" por el inminente juicio por prostitución de menores y abuso de poder, fijado por los jueces para el 6 de abril. "Por amor a la patria no hablo de eso", sonrió Berlusconi, "y solo digo que no estoy para nada preocupado".
Durante una conferencia de prensa sobre economía con el ministro Giulio Tremonti en el palacio Chigi, sede de la Presidencia del Gobierno, Berlusconi precisó además que agotará la legislatura porque sigue contando con el apoyo de la Liga Norte. "Umberto Bossi me ha mostrado su cercanía una vez más", desveló. "Estamos más cohesionados que nunca y creo que pronto ampliaremos nuestra mayoría en el Parlamento hasta los 325 diputados. La mayoría sigue adelante tranquila y acabaremos los dos a?os que restan de legislatura".
Después de un largo silencio que se interpretó como una negociación secreta, Bossi no declaró exactamente eso, sino que, mirando a unas bases cada vez más incómodas con la situación, se mostró ambiguo y sibilino: "Si la mayoría tiene los números para resistir, seguirá adelante, y si no los tiene, el Gobierno caerá".
Lo cierto es que la delicada situación judicial del jefe del Gobierno, que en las próximas semanas debe afrontar cuatro procesos, se complicaría más si dimitiera. Por un lado, las encuestas muestran un desgaste creciente, y en caso de ir a elecciones anticipadas Berlusconi perdería y no podría seguir siendo primer ministro. Por otro, mientras siga al frente del Gobierno mantiene la esperanza de utilizar el Parlamento para inventar leyes a medida que le ayuden a suspender, o al menos aplazar, las vistas. De los cuatro juicios abiertos, el magnate teme sobre todo los casos Ruby y Mills. En el segundo los jueces separaron la causa en dos partes por efecto de la ley de inmunidad, y condenaron a su abogado británico David Mills por haber cobrado un soborno de Berlusconi para que mintiera en dos juicios. Aunque el letrado acabó absuelto por prescripción, una segunda condena parece muy probable.
El caso de la joven marroquí parte de cero, pero al enviar a juicio a Berlusconi, la magistrada confirmó el martes que hay pruebas concluyentes de los dos delitos imputados. Según afirma el sumario, Karima el Mahroug, apodada Ruby, estuvo en Arcore 15 noches siendo menor de edad.
Ayer se conocieron además las declaraciones de la joven ante los fiscales. Según afirmó, Berlusconi le pagó 50.000 euros la primera vez que se vieron, en febrero pasado: "Me dijo que mi vida cambiaría y, aunque no habló explícitamente de relaciones sexuales, no era difícil entender que me estaba proponiendo tener relaciones sexuales con él".
Un mes después, Ruby confesó por fin a Berlusconi que era menor, cuando este quiso poner a su nombre un apartamento, y en ese momento, según la joven, el político le dijo: "Dirás a todos que eres la sobrina de Mubarak y así podrás justificar los recursos que pondré a tu disposición".
Aunque la ley no le obliga a sentarse físicamente en el banquillo, los abogados y diputados más próximos a Berlusconi buscan afanosamente un resquicio legal que le evite el trago de asistir a un proceso con las alegres chicas de Arcore testificando sobre el bunga bunga ante una sala formada por tres jueces mujeres.
El atajo más plausible sería una moción parlamentaria que niegue al tribunal milanés toda legitimidad para juzgar al primer ministro aduciendo que persigue "fines subversivos". Pero eso supondría un choque entre poderes de imprevisibles consecuencias.
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