Dependientes y a tientas
Los hijos invidentes de una pareja de ancianos con alzh¨¦imer luchan desde hace a?os contra las denegaciones de ayuda de las Administraciones locales
Eugenio y Lola son vecinos de San Blas y tienen alzh¨¦imer. La enfermedad les resta autonom¨ªa d¨ªa a d¨ªa desde 2006. Son dos ancianos. Tienen 81 y 76 a?os. Ya casi no se valen por s¨ª mismos. A veces sus hijos se los encuentran en la cocina picoteando jam¨®n de York a las cinco de la tarde. Se les olvidan las horas de las comidas. No tienen conciencia del tiempo. Tampoco saben donde est¨¢n los cacharros en la cocina o d¨®nde acaban de dejar la sal. Tienen la memoria a corto plazo llena de cortocircuitos. De huecos inmediatos que les dejan la mente en blanco.
Lola empieza a sufrir de incontinencia. Tambi¨¦n tiene la movilidad cada d¨ªa m¨¢s reducida y muchos problemas en las rodillas. Eugenio, alto y delgado, se conserva bien f¨ªsicamente, pero la cabeza cada d¨ªa le mantiene m¨¢s lejos de la realidad y ya apenas sale a la calle.
La Administraci¨®n, el Ayuntamiento, les ha facilitado una cuidadora media hora por las ma?anas para vestir y limpiar a cada uno de los dos ancianos y otra que va una hora y media por las noches para hacerles la cena. Entre medias, un centro de d¨ªa. Y los cuidados de sus hijos. Pero sus hijos tienen algunas dificultades para hacerse cargo de ellos. Problemas que van m¨¢s all¨¢ de sus horarios laborales o la atenci¨®n a sus propias familias. Sus hijos padecen retinosis degenerativa. Sus hijos, desde ni?os, son ciegos. No ven m¨¢s que luces y contornos. Nada m¨¢s. Otra hermana, que s¨ª ve perfectamente, est¨¢ diagnosticada de fibromialgia.Eugenio hijo tiene 41 a?os. Trabaja cerca del domicilio de sus padres para poderse escapar en caso de necesidad. Estudi¨® Ciencias de la Comunicaci¨®n y, seg¨²n su padre, que muestra orgulloso varias fotos de su hijo junto al Rey, "no tiene vista, pero s¨ª una cabeza muy bien amueblada". Un discurso bien hilado que le sirve a Eugenio para describir un calvario burocr¨¢tico que est¨¢ encallado desde el a?o 2008, aunque de vez en cuando emerge con "alg¨²n sobresalto". Ahora tiene presentados varios recursos pidiendo nuevas valoraciones para su madre, la m¨¢s deteriorada de la pareja. "No podemos darles nosotros las pastillas ni limpiarles bien y cambiar los pa?ales", explica Eugenio hijo. "Es un l¨ªo porque no distinguimos los colores de los medicamentos y tampoco los restos de las deposiciones", comenta junto a sus padres, que se r¨ªen.
Lola se queda encajada en el sof¨¢. Lo han rebajado para que pueda levantarse y sentarse con m¨¢s facilidad. Cuando coge el tel¨¦fono, en seguida se lo pasa a su marido. No recuerda los recados m¨¢s inmediatos. Y lo sabe. Se da cuenta de que su cabeza ya no es capaz de retener nada. Tambi¨¦n de que apenas puede vestirse sin ayuda y a veces los botones se le descuadran o no recuerda abrocharse. Eugenio y Lola viven en una casa con la entrada muy estrecha y bajita. Es blanca y est¨¢ encalada. Una vez atravesado el umbral hay tres tramos de escaleras empinadas. Imposible poner un ascensor. Las personas encargadas de trasladarlos todos los d¨ªas los recogen en la puerta de la calle. Pero no siempre consiguen llegar hasta all¨ª. Entonces pasan todo el d¨ªa en su casa.
El periplo burocr¨¢tico que ha seguido Eugenio hijo incluye varias situaciones exasperantes. Por ejemplo, el hecho de que la valoraci¨®n de la Comunidad a su padre sea mucho m¨¢s alta que a su madre, cuando el estado de ella es mucho peor. Tambi¨¦n el que en los expedientes bailen las fechas y varios documentos desmientan a otros. O aquella vez, en 2009, cuando le llamaron y le dijeron que su padre deb¨ªa marcharse inmediatamente a una residencia en Colmenar Viejo. "Les dije que eso no iba a suceder, que ellos son un matrimonio que llevan d¨¦cadas viviendo juntos y no se les puede separar de esa manera inhumana". Adem¨¢s, dice, nadie hab¨ªa reparado en que dos hijos ciegos no tienen muy f¨¢cil trasladarse m¨¢s de 30 kil¨®metros hasta un lugar en el campo, por muy id¨ªlico que parezca como destino. "Sabemos que al final acabar¨¢n en una residencia porque va a ser inevitable para su cuidado, pero queremos que est¨¦n en su casa lo m¨¢s posible", explica Eugenio.
Los documentos se acumulan en su ordenador port¨¢til escaneados. Distintas solicitudes y cartas de denegaci¨®n que archiva. El aparato tiene un sintetizador de voz que va avisando a Eugenio de por d¨®nde transita. Y ¨¦l rescata impresos con su membrete. En uno de ellos se recalca que a sus padres deben ponerles una ayuda domiciliaria de 44 horas semanales. Pero ya le han dicho que se vaya olvidando de las reclamaciones en ventanilla y las administraciones auton¨®mica y municipal se lanzan la pelota la una a la otra. ?l, sin embargo, anuncia que interpondr¨¢ un nuevo recurso.
La concejal socialista Carmen S¨¢nchez Carazo ya ha abanderado la protesta de Eugenio en varias instituciones madrile?as: "La situaci¨®n de estas personas no es una excepci¨®n y demuestra c¨®mo se gestionan las ayudas en la Comunidad". Hoy, varios agentes sociales se re¨²nen con la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce para mostrarle su preocupaci¨®n por la implantaci¨®n de la Ley de Dependencia en Madrid.


Madrid sigue a la cola en asistencia
La Comunidad de Madrid sigue a la cola en los datos sobre la Ley de Dependencia que publica mensualmente el Ministerio de Sanidad. En la informaci¨®n actualizada hasta el 1 de febrero, la Comunidad es la segunda por la cola en dict¨¢menes (1,78% de la poblaci¨®n) y la tercera en cuanto a personas beneficiarias, 53.821, lo que supone el 1,04%.
Dependencia
- Madrid es la segunda comunidad por la cola en cuanto al n¨²mero de dict¨¢menes en relaci¨®n a su poblaci¨®n. En total, han sido 115.043 los emitidos sobre una poblaci¨®n de 6.458.684 (un 1,78%). La r¨¦plica de la consejer¨ªa de Asuntos Sociales a estos datos es que en Madrid la poblaci¨®n no est¨¢ envejecida y que deber¨ªa calcularse en relaci¨®n a quien lo podr¨ªa necesitar, no a cualquier habitante.
- En total, por el momento son 53.821 las personas que son beneficiarias de ayudas con prestaciones en Madrid (un 0,83% con respecto a la poblaci¨®n).
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