Exjugadores, alarmados por la regulaci¨®n que prepara la Xunta
Presidencia autorizar¨¢ este a?o las apuestas deportivas
Lo m¨¢s suave que dicen las dos principales asociaciones de exjugadores de Galicia es que de una manera "sinverg¨¹enza y rastrera", la Xunta est¨¢ avanzando hacia una liberalizaci¨®n del juego m¨¢s parecida a la de Estados Unidos que a la que reg¨ªa en Espa?a hasta el momento. El Gobierno del PP hace lo mismo que est¨¢n poniendo en marcha otras comunidades aut¨®nomas ahora que las arcas p¨²blicas est¨¢n secas.
Primero fue el reglamento de Presidencia que permite que en los bingos se pueda pagar con tarjeta. Ahora estudia con los hosteleros, con los que se re¨²ne la pr¨®xima semana, la implantaci¨®n de las apuestas deportivas en los bares. La conseller¨ªa quiere darle luz verde este a?o a un decreto similar a los adoptados en Madrid, Navarra, Pa¨ªs Vasco o La Rioja.
Las asociaciones denuncian la importaci¨®n del modelo de EE UU
El s¨ªntoma que hace que la administraci¨®n se mueva es que la recaudaci¨®n de impuestos por el gasto en m¨¢quinas tragaperras, bingos y casinos cae en picado. En 2009 (¨²ltimos datos conocidos) la Xunta ingres¨® 70 millones de euros, un 5% menos que el ejercicio anterior (excluidos los juegos de la Loter¨ªa Nacional y ONCE). La facturaci¨®n total se eleva a 170 millones. Pero la Administraci¨®n est¨¢ al quite para elevar la recaudaci¨®n, incluso ignorando a colectivos de jugadores rehabilitados que se llevan las manos a la cabeza al ver que el juego se acerca cada vez m¨¢s a personas de cualquier edad.
Introducir el dinero de pl¨¢stico en los bingos estimula, seg¨²n Juan Lamas, director terap¨¦utico de Asaja, la Asociaci¨®n Gallega de Jugadores de Azar, a "perder el norte", porque la persona adicta "no va a tener ni un minuto de reflexi¨®n", si al menos no sale al cajero m¨¢s pr¨®ximo. Lamas lleva veinte a?os atendiendo a lud¨®patas cada vez m¨¢s j¨®venes y m¨¢s volcados en las apuestas por Internet, que se ha convertido en un terreno virgen donde apenas hay fiscalizaci¨®n ni control. La Conseller¨ªa de Traballo retir¨® a su asociaci¨®n la escasa ayuda econ¨®mica que ven¨ªa recibiendo del anterior departamento de Benestar. Tampoco les han preguntado por los efectos de la regulaci¨®n que se avecina. "Se est¨¢ enfocando como una v¨ªa de recaudaci¨®n en la hosteler¨ªa para contrarrestar las medidas contra el tabaco", reflexiona Lamas, "pero es mucho peor. Volvemos a lo que pasaba en Espa?a hace a?os. A las asociaciones ni se nos pregunta, se nos deja de lado".
En Agalure, la Asociaci¨®n Gallega de Lud¨®patas Rehabilitados, recuerdan que las apuestas deportivas ofrecen resultados tan inmediatos como una de las 12.038 m¨¢quinas tragaperras que hay en Galicia. El psic¨®logo Jos¨¦ Manuel Recouso tiene en su terapia a una persona que se lleg¨® a gastar 50.000 euros en esta modalidad. "En los bares no hay control de ning¨²n tipo porque no se les puede pedir a los empresarios que act¨²en de polic¨ªas". Asegura que no son contrarios a la existencia de bingos y casinos, sino a que el juego se extienda a otros ¨¢mbitos mucho m¨¢s dif¨ªciles de acotar. La queja de ambas entidades es un¨¢nime: "Parece que no contamos para la Administraci¨®n". La Conseller¨ªa de Presidencia replica que no tiene en agenda ninguna solicitud de entrevistas. "La pedimos en oto?o y nos ignoraron", responden de Agalure. En Galicia, con 16 salas de bingo, dos casinos y las mencionadas 12.000 tragaperras, el gasto medio real por habitante es de 137 euros (excluida la loter¨ªa), muy lejos de los 236 de La Rioja, 231 de Valencia o los 242 euros de Madrid.
Lo pr¨®ximo, dicen, son las m¨¢quinas de apuestas con premios en especie, como un caf¨¦ o una chocolatina.
83.000 lud¨®patas
Si son ciertas las estimaciones de las asociaciones de exjugadores de azar, en Galicia hay unos 83.000 lud¨®patas, el 3% de la poblaci¨®n. La adicci¨®n, que consiste en una alteraci¨®n progresiva del comportamiento por la que un individuo siente una incontrolable necesidad de jugar olvid¨¢ndose de las consecuencias negativas, est¨¢ considerada desde 1992 como una enfermedad por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
Los juegos que m¨¢s adicci¨®n crean, seg¨²n el presidente de Agalure, Antonio Pita, son los de premio inmediato. "En el bingo algunos jugadores patol¨®gicos se desesperan, no est¨¢n c¨®modos, porque pasa un tiempo desde que compran el cart¨®n hasta que ven el resultado". Por eso le parece a¨²n m¨¢s alarmante que las apuestas deportivas se extiendan a bares y cafeter¨ªas. En los bingos, los lud¨®patas "no son bien recibidos, as¨ª que cuantos m¨¢s locales tengan ser¨¢ mucho peor, porque no los conocer¨¢n y podr¨¢n ir cambiando de lugar".
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