Seguridad energ¨¦tica frente al riesgo geopol¨ªtico
La situaci¨®n que se est¨¢ viviendo en algunos pa¨ªses del norte de ?frica y de Oriente Pr¨®ximo, y los efectos que pueda tener sobre el suministro energ¨¦tico europeo, evidencian la importante influencia de la geopol¨ªtica en materia energ¨¦tica y deben hacernos reflexionar sobre nuestra seguridad de suministro, sus posibles vulnerabilidades y sus posibilidades de mejora.
Europa recuerda lo sucedido en el invierno de 2009, cuando "la crisis del gas" originada por el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania provoc¨® que varios pa¨ªses de la UE sufrieran dram¨¢ticos recortes en el suministro de gas natural. En aquella ocasi¨®n, Espa?a no se vio afectada de ning¨²n modo, puesto que nuestro pa¨ªs no importa gas ruso, y podr¨ªa haber contribuido a aliviar las consecuencias sufridas por los pa¨ªses vecinos de haber contado con las interconexiones precisas para transportar gas m¨¢s all¨¢ de la frontera francesa.
Sin embargo, Espa?a s¨ª importa gas natural de varios pa¨ªses del norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo. Por ello, en las ¨²ltimas semanas se han planteado las posibles repercusiones que la dif¨ªcil situaci¨®n que ha atravesado Egipto pudiera tener sobre nuestro suministro, en el caso de haberse producido una interrupci¨®n de los cargamentos de gas egipcio o de otras procedencias con paso por el canal de Suez.
El gas natural es un elemento fundamental en el mix energ¨¦tico de nuestro pa¨ªs. En 2010 represent¨® aproximadamente una cuarta parte de la energ¨ªa primaria consumida en Espa?a y con ¨¦l se produjo m¨¢s de un tercio de la electricidad utilizada por nuestros hogares y empresas.
En Espa?a no existen yacimientos de gas natural y es necesario importar del exterior el ciento por ciento de nuestra demanda. En este aspecto, y aunque dependiente de otros pa¨ªses que s¨ª son productores, Espa?a est¨¢ bien posicionada: nuestro Sistema Gasista, gracias en parte a su ubicaci¨®n geogr¨¢fica, con dos vertientes mar¨ªtimas y su proximidad al continente africano, es uno de los m¨¢s diversificados de Europa. Dispone de una doble v¨ªa de entrada del gas -a trav¨¦s de plantas de regasificaci¨®n y por gasoducto- y esto le proporciona un alto grado de disponibilidad de capacidad de entrada y le permite recibir gas natural desde cualquier lugar del mundo.
En 2010, aproximadamente el 8% del gas natural consumido en Espa?a proced¨ªa de Egipto. De Argelia, nuestro primer pa¨ªs suministrador, importamos casi un 30% del total. El resto de suministros provinieron de hasta 10 pa¨ªses diferentes, destacando entre ellos Nigeria (21%), Qatar (15%), Trinidad y Tobago (9%) y Noruega (5%).
Sin embargo, aunque Espa?a cuenta con un alto grado de diversificaci¨®n, casi un 40% del gas natural que consumi¨® el a?o pasado proced¨ªa de pa¨ªses de la orilla sur del Mediterr¨¢neo: Argelia, Egipto y Libia. A esto hay que a?adir las importaciones de gas natural que recibimos a trav¨¦s del canal de Suez, que constituye una de las principales arterias de tr¨¢nsito de gas natural licuado (GNL) hacia Europa y Espa?a. El a?o pasado, el gas importado de Om¨¢n, Qatar y Yemen, es decir, m¨¢s del 16% de nuestros aprovisionamientos totales, utilizaron esta v¨ªa de comunicaci¨®n.
Ante una hipot¨¦tica situaci¨®n de inestabilidad prolongada en el norte de ?frica, m¨¢s del 55% de nuestras importaciones de gas natural podr¨ªan verse afectadas. Sin olvidar el riesgo geopol¨ªtico de Nigeria, pa¨ªs del que importamos m¨¢s del 20% de nuestro aprovisionamiento de gas.
Este escenario, si bien no parece probable hoy por hoy, debe servirnos para recordar que en cualquier momento pueden surgir problemas de seguridad de suministro y que sus soluciones no se improvisan en el instante en el que suceden. Requieren de actuaciones a largo plazo y deben planificarse con anticipaci¨®n, sin depender de situaciones de mercado coyunturales.
Teniendo en cuenta el papel fundamental que el gas natural desempe?a en el abastecimiento energ¨¦tico espa?ol ?c¨®mo podemos blindarnos ante estas posibles contingencias y garantizar nuestra seguridad de suministro de gas?
La respuesta es doble. En primer lugar, es necesario desarrollar almacenamientos subterr¨¢neos que nos permitan disponer de un volumen suficiente de reservas de gas natural de car¨¢cter estrat¨¦gico, almacenadas de forma permanente en nuestro pa¨ªs. As¨ª sucede con los productos petrol¨ªferos, para los que es obligado mantener unas existencias m¨ªnimas de seguridad equivalentes a 92 d¨ªas de consumo. Frente a ello, para el sector del gas natural la exigencia de almacenamiento es la equivalente a un m¨¢ximo de 20 d¨ªas de demanda.
Espa?a dispone actualmente de una capacidad de almacenamiento subterr¨¢neo muy inferior a la de los principales pa¨ªses europeos de nuestro entorno, como Alemania y Francia, cuya capacidad de almacenamiento se sit¨²a en valores superiores a 90 y 100 d¨ªas de demanda, respectivamente, con elevadas capacidades de extracci¨®n que les permitir¨ªan soportar posibles problemas de abastecimiento de larga duraci¨®n.
El desarrollo de este tipo de infraestructuras es una asignatura pendiente de nuestro sistema gasista, que mejorar¨ªa en gran medida si todos los proyectos previstos o en desarrollo resultaran finalmente exitosos: Castor, Yela, Marismas y la ampliaci¨®n de Gaviota.
El segundo elemento clave para incrementar nuestra seguridad energ¨¦tica es el desarrollo de conexiones internacionales con Europa a trav¨¦s de Francia.
En este sentido, est¨¢ pendiente lograr una capacidad de interconexi¨®n adecuada, que integre definitivamente la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en el mercado europeo, y que a su vez permita a la Uni¨®n Europea beneficiarse de nuestra elevada capacidad de recepci¨®n y regasificaci¨®n de GNL, as¨ª como de nuestras conexiones por gasoducto con el continente africano. Esto contribuir¨ªa significativamente a la seguridad de suministro europea y espa?ola.
Durante los ¨²ltimos a?os, los agentes del sector gasista en Francia, Portugal y Espa?a han realizado un importante esfuerzo para el desarrollo de nueva capacidad de interconexi¨®n en el marco de la South Gas Regional Initiative, promovida por la Comisi¨®n Europea y coordinada en Espa?a por la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa. Fruto de estas iniciativas, se han aprobado incrementos de capacidad en las conexiones internacionales de Larrau e Ir¨²n. Sin embargo, es necesario seguir impulsando el proyecto Midcat, como prolongaci¨®n del Eje Mediterr¨¢neo que permitir¨ªa aumentar de manera decisiva el flujo de gas con Europa a trav¨¦s de los Pirineos.
Todos estos aspectos se contemplan en las iniciativas sobre infraestructura energ¨¦tica que ha propuesto el comisario europeo de Energ¨ªa, y que han merecido el respaldo del reciente Consejo Europeo celebrado el pasado 4 de febrero en Bruselas.
El desarrollo de interconexiones es un tema estrat¨¦gico para Espa?a, no solo desde el punto de vista de la seguridad de suministro frente al riesgo geopol¨ªtico. Supone tambi¨¦n una oportunidad ¨²nica de posicionarnos, gracias a nuestro liderazgo en GNL y regasificaci¨®n, como puerta de entrada del gas del sur de Europa y pa¨ªs de tr¨¢nsito, as¨ª como alternativa ante la dependencia rusa de muchos de nuestros vecinos europeos.
En definitiva, Espa?a cuenta con un buen nivel de seguridad de suministro en condiciones normales de funcionamiento de los mercados internacionales de gas. Sin embargo, tenemos que estar preparados para garantizar el suministro ante posibles conflictos geopol¨ªticos. Para ello, debemos disponer de las adecuadas reservas y capacidades en los almacenamientos subterr¨¢neos y de una capacidad de interconexi¨®n que permita aportaciones rec¨ªprocas significativas para la seguridad de suministro de Espa?a y la Uni¨®n Europea. .
Antonio Llard¨¦n es presidente de Enag¨¢s
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