La diana del golpe
Dif¨ªcilmente se hubiera evitado un ba?o de sangre si el golpe del 23-F de hace 30 a?os hubiera triunfado. Sus ejecutores sostuvieron luego, en el Juicio de Campamento, que su objetivo no era ese, y ni siquiera instaurar un r¨¦gimen militar, sino enderezar la situaci¨®n pol¨ªtica antes de volver a sus cuarteles; pero lo mismo podr¨ªa haber dicho Franco en 1936, y ya se sabe lo que pas¨®.
Hoy conocemos que la intentona fue el resultado de la convergencia inarm¨®nica de diversas operaciones conspirativas unidas por el com¨²n objetivo de sustituir a Adolfo Su¨¢rez, el presidente elegido por los espa?oles. Pero Su¨¢rez hab¨ªa dimitido el 29 de enero, lo que no impidi¨® que la flecha que estaba preparada partiera del arco. En materia de golpes militares, cuya esencia es la imposici¨®n por la fuerza, no es posible calcular por adelantado la violencia que producir¨¢n y su duraci¨®n. La l¨®gica del golpista consiste en lanzar primero la flecha y dibujar luego la diana all¨ª donde caiga.
Tres d¨¦cadas despu¨¦s se sabe casi todo sobre aquel 23-F y sus afluentes, aunque quedan algunos vac¨ªos sobre la parte civil de la trama. Entre lo que se sabe est¨¢ que hubo comportamientos imprudentes por parte de pol¨ªticos dem¨®cratas que fueron a su vez utilizados insidiosamente por algunos de los golpistas principales, y que el Rey escuch¨® sus opiniones; pero es asombroso que publicistas y otros contempor¨¢neos que no hicieron nada por oponerse al golpe den p¨¢bulo ahora a teor¨ªas conspiratorias que consideran inspirador de la intentona a quien la par¨®.
Lo seguro es que hubieran interrumpido la democracia, no se sabe por cu¨¢nto tiempo, y que al justificarse invocando el nombre de Espa?a estaban violentando las ideas y sentimientos de los espa?oles. El 70% de los ciudadanos considera que sin la actuaci¨®n del Rey la democracia no habr¨ªa sobrevivido, y cerca del 80% de ellos sigue pensando que ese sistema pol¨ªtico es preferible a cualquier otro.
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