Rajoy confirma a Camps y pone en juego su campa?a y la de los barones

Una pregunta recorr¨ªa ayer todas las conversaciones internas del PP: ?por qu¨¦? A media ma?ana se confirmaron los temores de la mayor¨ªa del partido. El Comit¨¦ Electoral Nacional remat¨® la jugada que se ven¨ªa gestando desde hace semanas y confirm¨® como candidato al Gobierno de la Comunidad Valenciana a Francisco Camps, junto al resto de presidentes auton¨®micos. Lo hizo una semana antes de lo previsto, para lo cual forz¨® a todos a convocar con urgencia comit¨¦s regionales, incluidos algunos que, como Luisa Fernanda Rudi, ya hab¨ªan tenido un acto de proclamaci¨®n con Mariano Rajoy y toda la c¨²pula en mayo de 2010. Camps nunca ha tenido nada parecido, y m¨¢s bien parece que no lo tendr¨¢.

Aunque todos daban por hecho que esto suceder¨ªa, nadie se lo explicaba. Por qu¨¦ arriesga tanto Rajoy, se preguntaban todos.

El caso G¨¹rtel trasciende con mucho a Camps. Todos los dirigentes, y Rajoy en especial, saben ya que el juicio por los trajes regalados llegar¨¢ muy probablemente en oto?o, cuando el l¨ªder ya est¨¦ lanzando su precampa?a a las elecciones generales de 2012. Adem¨¢s, los dirigentes mejor informados temen que la otra causa judicial, sobre presunta financiaci¨®n ilegal, malversaci¨®n y contratos irregulares, se una a la de los trajes m¨¢s o menos por entonces.

Solo hab¨ªa una manera de evitar que el caso explotara en las manos de Rajoy en el peor momento: sacando a Camps de la candidatura. Entonces ?por qu¨¦ arriesgar? Aparentemente, la decisi¨®n deber¨ªa ser f¨¢cil. Camps ya lleva ocho a?os de presidente, se le podr¨ªa encontrar en el PP un puesto importante, hay un relevo posible -Alberto Fabra- y el partido est¨¢ fuerte en la Comunidad Valenciana. Es decir, el PP ganar¨ªa con casi cualquier candidato.

Entones ?por qu¨¦ arriesgar no solo la campa?a del l¨ªder sino la de los dem¨¢s barones auton¨®micos, que ver¨¢n c¨®mo los periodistas les preguntan durante su periplo electoral por este asunto? Ah¨ª empiezan las especulaciones sin certezas. Los m¨¢s pr¨®ximos, los defensores de Rajoy, sostienen que se debe a dos cuestiones: por una parte la lealtad a quien le apoy¨® en 2008, cuando "le faltaba la peseta para el duro", en definici¨®n de Alfonso Rus, y por otro la dificultad de destituir a un l¨ªder que garantiza, seg¨²n las encuestas, un apoyo muy por encima del 50%. Se ha intentado todo para que Camps dimitiera, se?alan, pero si ¨¦l no quiere es muy dif¨ªcil echarle sin generar un cataclismo en Valencia de consecuencias imprevisibles. Aunque la situaci¨®n no es comparable, Rajoy ya ha tenido problemas en el pasado en tres autonom¨ªas: Navarra, Baleares y, sobre todo, Asturias.

El resto de dirigentes sigue sin entender el riesgo, que consideran excesivo. Rajoy sabe que esta decisi¨®n cuenta con la oposici¨®n de muchos barones regionales, que no quieren en su campa?a problemas como los que tuvieron Alberto N¨²?ez Feij¨®o o Antonio Basagoiti en las elecciones gallegas y vascas, que coincidieron con el inicio del caso G¨¹rtel.

La direcci¨®n nacional ha vivido en una contradicci¨®n permanente. Por un lado, todos deseaban que la investigaci¨®n judicial acabara pronto para poder forzar la dimisi¨®n de Camps. Por otro, Federico Trillo dirig¨ªa la estrategia de recursos para dilatar el proceso. Al final, gan¨® este ¨²ltimo. Camps argumenta que su juicio no llegar¨¢ antes de las elecciones. Sin embargo, casi seguro se producir¨¢ la se?alaci¨®n, en abril, con lo que no ir¨¢ como imputado sino como procesado por cohecho. Ser¨ªa as¨ª no s¨®lo el ¨²nico imputado del caso G¨¹rtel que no dimite, sino el ¨²nico candidato procesado de toda Espa?a.