El juez alega que el l¨ªder de Wikileaks no ha colaborado con los tribunales
La justicia brit¨¢nica acept¨® ayer la demanda de extradici¨®n de Julian Assange, fundador de Wikileaks, para que afronte en Suecia las alegaciones de violaci¨®n y asalto sexual que pesan sobre ¨¦l, aunque todav¨ªa no ha sido oficialmente encausado. El pa¨ªs n¨®rdico "es el mejor lugar para decidir si se ha cometido alg¨²n tipo de delito", sentenci¨® el juez de la corona brit¨¢nica Howard Riddle, echando por tierra los argumentos de la defensa del australiano, que se dispone a presentar un recurso. La vista de Londres no es, por tanto, la ¨²ltima palabra en un proceso que puede dilatarse hasta el pr¨®ximo verano.
El magistrado Riddle se aline¨® n¨ªtidamente con la tesis de la fiscal Clare Montgomery -que represent¨® a la acusaci¨®n sueca- al sostener que la justicia de Suecia ha actuado de acuerdo con el derecho internacional y que los cargos de los que Assange es sospechoso tambi¨¦n constituir¨ªan delito en Reino Unido. Y, en el mayor rev¨¦s para la defensa, el juez subray¨® que el antiguo hacker australiano no ha mostrado una verdadera disponibilidad para colaborar con la justicia y dejarse interrogar.
El australiano recurrir¨¢ la decisi¨®n para evitar el proceso por delitos sexuales
A pesar de la contundente sentencia, los abogados del alma m¨¢ter de Wikileaks ya han adelantado que en el recurso no modificar¨¢n su l¨ªnea de defensa, cuyos argumentos van mucho m¨¢s all¨¢ de meras cuestiones legales. Esgrimen que su cliente no tendr¨ªa un juicio justo en Suecia, con la prensa, la opini¨®n p¨²blica y el propio primer ministro, Frederik Reinfeldt, abiertamente dispuestos en su contra. Si Assange acaba recalando en Estocolmo, permanecer¨¢ detenido e incomunicado hasta que se celebre un juicio o bien sea puesto en libertad, porque as¨ª lo prescribe la ley sueca en los casos de delitos sexuales.
El factor estadounidense, sin embargo, es el que tiene mayor peso en el debate sobre la causa contra Assange. El fundador de Wikileaks alega que su persecuci¨®n est¨¢ pol¨ªticamente motivada, despu¨¦s de que su plataforma digital difundiera m¨¢s de 250.000 cables secretos del servicio diplom¨¢tico de Estados Unidos, en una filtraci¨®n que fue definida por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, como "un ataque contra la comunidad internacional". Assange y una legi¨®n de seguidores temen que su traslado a Suecia facilite una supuesta demanda de extradici¨®n por parte de Washington, bajo los cargos de espionaje y alta traici¨®n que podr¨ªan conducirle a la pena de muerte, tal como reclaman las fuerzas ultraconservadoras desde el otro lado del Atl¨¢ntico.
Un sector mayoritario de la ciudadan¨ªa sueca reclama que el caso se circunscriba a las cuatro acusaciones de delito sexual formuladas por dos mujeres, denominadas a efectos legales Miss B. y Miss A., aunque sus nombres reales son bien conocidos en los foros de Internet. La acusaci¨®n m¨¢s grave relata c¨®mo Assange mantuvo relaciones sexuales con la primera sin su consentimiento y sin utilizar preservativo, mientras ella estaba dormida. Seg¨²n la ley sueca, ese episodio constituye violaci¨®n y es penado hasta con cuatro a?os de prisi¨®n. Pero el impacto de un hipot¨¦tico proceso al hombre que desnud¨® los entresijos de la diplomacia de Washington adquirir¨ªa la dimensi¨®n de terremoto pol¨ªtico.
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