Derroche, lujuria y, sobre todo, incompetencia
Los esc¨¢ndalos y la corrupci¨®n son moneda com¨²n entre los 'reto?os' del aut¨®crata libio. Wikileaks refleja en sus cables un panorama familiar entre el culebr¨®n y la tragedia shakesperiana
El dictador Libio Muamar el Gadafi tiene siete hijos varones y una hija. De ellos, dos han mantenido una lucha indisimulada por suceder al padre y el resto son simplemente unos "incompetentes", solo interesados en llevar una vida de "derroche y despilfarro". Las peleas por el poder y el dinero dentro de la familia eran conocidas en Libia, pero poca gente pudo seguirlas m¨¢s de cerca que los diplom¨¢ticos estadounidenses asignados en Tr¨ªpoli. Los cables filtrados por Wikileaks reflejan un panorama de codicia a medio camino entre los culebrones y las tragedias de Shakespeare.
El "reformista" era Saif el Islam, el hijo mayor de Muamar el Gadafi, de 38 a?os, arquitecto y estudiante de la London School of Economics. Es el que, vestido con traje y corbata, amenazaba recientemente a su pueblo con el dedo ¨ªndice y advert¨ªa que estaba dispuesto a provocar una guerra civil si no cesaban las revueltas.
"Libia es una cleptocracia, donde el r¨¦gimen saca tajada de todo lo que merezca la pena comprar, vender o apropiarse"
Mutasim Gadafi, teniente coronel de 36 a?os, era visto como un tipo "pendenciero y sediento de sangre"
Su hermano Mutasim, m¨¦dico de formaci¨®n y teniente coronel del Ej¨¦rcito, de 36 a?os, era visto como un tipo "pendenciero y sediento de sangre". Cuando uno ped¨ªa en p¨²blico reformas, los secuaces del pendenciero golpeaban en la calle duramente a Dhaw al Mansuri, un conocido cr¨ªtico del r¨¦gimen, como advertencia a Saif. O bien, arrestaban a sus socios y amigos. Uno de los casos m¨¢s ilustrativos fue el de Abdulrahman Karfakh, socio y asesor financiero de Saif al Islam. Karfakh fue arrestado en la primavera de 2008 por corrupci¨®n y solo fue puesto en libertad despu¨¦s de que Saif le dijera a su padre que si insist¨ªan en mantenerle en la c¨¢rcel, podr¨ªan meterlo a ¨¦l mismo tambi¨¦n, seg¨²n coment¨® una fuente de la Embajada de Estados Unidos. Karfakh fue liberado, pero entre diciembre de 2008 y enero de 2009 el hijo m¨¢s violento de Gadafi se le acerc¨® y le dijo que si segu¨ªa interfiriendo en sus negocios e intereses lo matar¨ªa. Saif el Islam deb¨ªa saber que su hermano no bromeaba porque le pidi¨® al amigo que se fuera discretamente al extranjero por un tiempo indeterminado. Y Karfakh se march¨® a Australia.
Pero la batalla entre los dos no iba a terminar ah¨ª. Si Saif viajaba a finales de 2008 a Estados Unidos, Mustasim organizaba otro viaje despu¨¦s, para no quedarse relegado ante la comunidad internacional. Si en 2009 Muamar el Gadafi viajaba a Mosc¨² para firmar un contrato de compras de armas y se llevaba con ¨¦l a Mustasim, reci¨¦n nombrado entonces consejero Nacional de Seguridad, el otro se quedaba en Libia rumiando la venganza.
En 2009 ya ve¨ªan los diplom¨¢ticos que Saif se estaba imponiendo en la carrera. Un episodio determinante ocurri¨® cuando Mustasim orden¨® a los residentes expatriados de unas casas pertenecientes a la Empresa Nacional del Petr¨®leo que recogieran sus cosas y las desalojaran "inmediatamente". Al parecer, pretend¨ªa demolerlas para que su hermana Aisha, de 34 a?os, "conocida por sus desacuerdos con Saif", pudiese construirse ah¨ª una residencia, junto a un parque pr¨®ximo. Saif intervino para ofrecer a los inquilinos m¨¢s tiempo para la mudanza.
Saif estaba ganando el pulso a su hermano. Pero Mutasim, aunque no se prodigaba en comparecencias p¨²blicas, manten¨ªa bastante fuerza en las entretelas del poder. Khamis Gadafi, otro hermano m¨¢s joven, era el comandante de la brigada 32 Khamis, conocida por ser la mejor entrenada y equipada del Ej¨¦rcito libio. Khamis estaba m¨¢s pr¨®ximo a Mutasim que a Saif, seg¨²n los cables. Como Libia no dispone de Constituci¨®n ni de un plan abierto y declarado de sucesi¨®n, las zancadillas y los navajazos dentro de la familia eran frecuentes. La hija Aisha, quien form¨® parte del equipo jur¨ªdico que defendi¨® a Sadam Husein frente a Estados Unidos, era "m¨¢s astuta e inteligente" que sus hermanos, pero no parec¨ªa desempe?ar ning¨²n papel en la lucha por la sucesi¨®n.
Y mientras tanto, Muamar el Gadafi hac¨ªa juegos malabares no ya para mantener unida a la familia, que eso parec¨ªa imposible, sino para mantener cohesionado a un pa¨ªs con una estructura de tribus bien marcada. "Libia es una cleptocracia donde el r¨¦gimen saca tajada directa en cualquier cosa que merezca la pena comprar, vender o apropiarse. El magisterio de Gadafi para las maniobras t¨¢cticas le ha permitido mantenerse en el poder cerca de cuarenta a?os; sin embargo, la alianza nefasta entre corrupci¨®n y culto a la personalidad pol¨ªtica en que se ha basado el sistema, parece tener un l¨ªmite", escribi¨® un diplom¨¢tico visionario en enero de 2009. Otro, en 2006, ya hab¨ªa despachado: "Gadafi habla a menudo en p¨²blico contra la corrupci¨®n del Gobierno, pero la ¨¦lite bien conectada pol¨ªticamente tiene acceso directo a los contratos lucrativos. Este acceso comercial puede ser f¨¢cilmente cortado cuando los individuos se ven privados del favor. La familia Gadafi y otros favoritos del Gobierno tienen fuertes intereses en los sectores del gas y el petr¨®leo, telecomunicaciones, desarrollo de infraestructuras, hoteles, medios de distribuci¨®n y consumo".
Si Gadafi hubiese pretendido evitar la corrupci¨®n tendr¨ªa que haber hablado seriamente con alguno de sus hijos. En enero de 2009 diversos medios occidentales publicaron que Saif hab¨ªa pagado un mill¨®n de d¨®lares a la cantante Mariah Carey por cantar cuatro canciones en la fiesta de fin de a?o en una isla caribe?a. Saif difundi¨® en su peri¨®dico Oea que ¨¦l se encontraba en Tailandia y que fue su hermano Mutasim el que organiz¨® aquella fiesta. Esa fue la verdad, en efecto. [Mutasim tambi¨¦n fue filmado con la cantante Beyonc¨¦ en las Antillas francesas, a finales de 2010, contratada para una fiesta por una elevada suma].
Gadafi est¨¢ m¨¢s que acostumbrado a los esc¨¢ndalos de sus hijos. An¨ªbal Gadafi, el m¨¢s alocado de ellos, viaj¨® a Suiza en julio de 2008, fue arrestado por golpear a dos empleados de un hotel en Ginebra y provoc¨® un conflicto diplom¨¢tico entre Suiza y Libia. Los que pagaron los platos rotos en Tr¨ªpoli fueron los funcionarios que hab¨ªan permitido a An¨ªbal salir del pa¨ªs. En ese caso en concreto, el castigado fue Abdullah Sanussi, antiguo director de espionaje militar, encargado de vigilar estrechamente al hijo.
Gadafi ha alimentado sus viejas man¨ªas de viajar a cualquier parte del mundo con su enfermera, una "rubia voluptuosa" de 38 a?os procedente de Ucrania. Ha exigido siempre alojarse en el primer piso de los hoteles o en cualquier lugar donde pueda instalar su carpa, evita volar m¨¢s de ocho horas o sobrevolar grandes extensiones de agua, disfruta con el baile flamenco, con los espect¨¢culos de equitaci¨®n; mientras, sus hijos han seguido con la vieja costumbre de enriquecerse. "Todos los hijos de Gadafi y sus favoritos reciben, supuestamente, importantes ingresos de la Compa?¨ªa Nacional de Petr¨®leo. (...) Aisha tiene adem¨¢s intereses financieros en la cl¨ªnica San James, de Tr¨ªpoli, una de las dos mejores instalaciones privadas de Libia", recoge un telegrama diplom¨¢tico. El mismo documento de mayo de 2006 indicaba que tres de los hijos (Saadi, Mohamed y Mutasim) compet¨ªan por hacerse con el control de la licencia de Coca-Cola en Libia.
Saadi planeaba levantar una ciudad en el oeste de Libia y ped¨ªa informaci¨®n para ver c¨®mo pod¨ªa ayudarle Estados Unidos. Su segunda esposa y su hija Aisha se hicieron con la propiedad o participaciones de los nuevos almacenes de ropa abiertos tras la era de las sanciones. "Los rumores dicen que la esposa dijo a las autoridades de la frontera que s¨®lo permitieran la entrada de los cargamentos destinados a sus almacenes", se?alaba un cable.
Mohamed, de 41 a?os, es el primog¨¦nito. Controlaba el servicio de tel¨¦fonos e Internet, con un objetivo muy claro: (...) "Dado el papel que desempe?aron los tel¨¦fonos en los disturbios de Bengazi en 2006, la familia quiere preservar definitivamente su fuerte control sobre el sector de las comunicaciones". Pero el pa¨ªs viajaba ya de forma irremediable hacia su encuentro con el verdulero de T¨²nez que se iba a prender fuego el 26 de enero de 2011.
Pr¨¢cticamente ninguno de los hijos de Gadafi ha escapado a alg¨²n esc¨¢ndalo. Como Saadi, de 37 a?os, que se hizo futbolista en Italia hasta que fue suspendido por dopaje.
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