El tirano que compr¨® a Occidente
Hasta hace poco los l¨ªderes mundiales se disputaban un encuentro con el coronel. Europa compra a Libia el 90% de su petr¨®leo y la familia Gadafi ha penetrado en el coraz¨®n de las finanzas europeas
En Italia nos respetan. En Estados Unidos nos respetan!", bram¨® el coronel, tocado con un turbante y blandiendo iracundo ora el Libro Verde, ora la funda de las gafas. "?Dejad de aplaudir y escuchad lo que digo!". Su grito reson¨® en el vac¨ªo de las ruinas del palacio-cuartel bombardeado por Estados Unidos en 1986. Eran otros tiempos: Muamar el Gadafi era entonces el gran promotor del terrorismo internacional, un gobernante paria, el "perro loco" de Ronald Reagan. Hace solo dos a?os, el coronel lleg¨® a la cumbre del G-20 como invitado especial a la reuni¨®n celebrada en L'Aquila (Italia), y los l¨ªderes del mundo occidental se rifaban un encuentro de cinco minutos con ¨¦l. Ahora, las cosas han cambiado otra vez. En las ciudades de Libia es el Ej¨¦rcito de la Jamahiriya el que usa los helic¨®pteros, tanques, misiles, granadas y cazas vendidos por las potencias occidentales para reprimir a sangre y fuego las protestas de los ciudadanos que exigen el final de un r¨¦gimen que dura 41 a?os.
La Administraci¨®n de Bush decidi¨® condenar a Sadam Husein al tiempo que sacaba a Gadafi del ostracismo
Mientras la ONU y la UE balbuceaban sus condenas, Libia compraba el 2% de la firma militar italiana Finmeccanica
Angela Merkel se dice aterrada por un discurso de Gadafi. Pero su pa¨ªs tiene todo tipo de negocios con Libia El tirano debe poseer pocas cuentas en el extranjero: dispon¨ªa de todo el pa¨ªs, que es un Estado sin instituciones
Mil muertos, decenas de millares de heridos... Nadie lo sabe a ciencia cierta. Quiz¨¢ nadie lo sabr¨¢ hasta dentro de algunos a?os. Las milicias de Gadafi est¨¢n borrando las pruebas del terror, y el tirano que escup¨ªa amenazas y disparates a la c¨¢mara es hoy un agente importante en la escena econ¨®mica y financiera global. Un socio de peso para muchas empresas y pa¨ªses de Occidente. Su principal socio comercial es Italia, el segundo es Alemania. Y sobre todo, Libia es el octavo Estado mundial en reservas de petr¨®leo, con 44.300 millones de barriles por extraer, y el decimoctavo en producci¨®n, con 1,65 millones de barriles diarios.
Gadafi tiene raz¨®n en sentirse respetado en Estados Unidos; y en Italia, pero tambi¨¦n en Reino Unido, donde ha invertido en sectores como educaci¨®n, prensa, f¨²tbol o inmobiliario. O en Espa?a, que en 2007 firm¨® acuerdos para vender armas a Tr¨ªpoli por valor de 1.500 millones de euros y confiaba en cerrar contratos comerciales por un monto de 12.300 millones, seg¨²n revela un cable secreto del portal Wikileaks despachado por el embajador de Estados Unidos en Madrid.
Desde que, hace seis a?os, la Administraci¨®n de George W. Bush decidi¨® condenar al sanguinario Sadam Husein y sacar del ostracismo a Gadafi, olvidando sus numerosos delitos terroristas, el dictador libio ha utilizado su poder absoluto, sus fondos soberanos -el dinero l¨ªquido procedente de las ganancias del petr¨®leo- y en menor medida sus empresas familiares para invertir en Occidente, reedificar su pa¨ªs con la ayuda de empresas extranjeras y ayudar a capitalizar muchas compa?¨ªas importantes de Europa y Estados Unidos.
El ambiente de rapacer¨ªa queda bien dibujado en este despacho diplom¨¢tico de Tr¨ªpoli hace un par de a?os. "El jefe del Consejo Libio de Viviendas e Infraestructuras, Mohamed Abujela al Mabruk, dijo al embajador el 15 de febrero que aproximadamente la mitad de la inversi¨®n prevista de 62.000 millones de dinares libios (47.000 millones de d¨®lares) en proyectos de construcci¨®n para 2008 ha sido ya adjudicada, b¨¢sicamente a compa?¨ªas extranjeras. A?adi¨® que esperaba que la inversi¨®n aumentara en unos 10.000 millones de dinares en los pr¨®ximos a?os".
Y agregaba el cable: "Aunque China y Turqu¨ªa han recibido la mayor parte de los contratos adjudicados hasta ahora, Mabruk subray¨® que hay todav¨ªa mucho espacio para que las compa?¨ªas de Estados Unidos compitan potencialmente en proyectos todav¨ªa m¨¢s grandes que los adjudicados hasta la fecha".
El l¨ªder de la revoluci¨®n libia empez¨® el siglo XXI en lo alto de las listas de apestados internacionales y de Estados terroristas, pero su metamorfosis ha sido mete¨®rica: hace solo una semana era un ejemplo de inversor civilizado y emp¨¢tico. Lo dijo en p¨²blico el verano pasado Cesare Geronzi, presidente de Generali y prohombre de las finanzas italianas: "No he conocido nunca socios mejores que los libios".
El ba?o de sangre ha cogido a la comunidad internacional con las manos en la caja. La crisis se est¨¢ viviendo con creciente repulsa ciudadana en Washington y en la Uni¨®n Europea, que ultimaba ya su acuerdo comercial con Libia cuando Gadafi decidi¨® resucitar su ret¨®rica genocida y su rostro de carnicero y contratista de mercenarios.
El lugar donde el estallido libio ha producido m¨¢s temor e incertidumbre es Italia, quiz¨¢ el pa¨ªs que m¨¢s ostentosamente se ha comprometido con el r¨¦gimen de Gadafi. En los dos ¨²ltimos a?os, el primer ministro Silvio Berlusconi ha visitado ocho veces Libia, y el coronel ha plantado sus jaimas (tiendas n¨®madas) en Italia en cuatro ocasiones. La relaci¨®n entre ambos ha sido en apariencia c¨¢lida, con la triste broma del bunga bunga (el rito er¨®tico libio importado) como piedra de toque. El coronel ha puesto en el platillo de la balanza su tesoro personal-estatal acumulado en los ¨²ltimos a?os con las ganancias del crudo, estimado en unos 50.000 millones de euros, y su compromiso para frenar la salida de inmigrantes. Il Cavaliere pudo cumplir as¨ª su promesa electoral (reducir la inmigraci¨®n clandestina) y abri¨® de par en par las puertas de Italia a los fondos libios, ayudando a legitimarlos en los mercados internacionales y pilotando con mimo las inversiones m¨¢s importantes.
Gracias al Tratado de Amistad, Asociaci¨®n y Cooperaci¨®n, firmado el 30 de agosto de 2008 en la hoy rebelde Bengasi, Italia pas¨® a ser uno de los caladeros financieros favoritos de Gadafi: tras dos a?os de amistad, el coronel es hoy el quinto inversor individual por volumen de negocio de la Bolsa de Mil¨¢n.
Por ejemplo, Lafico, la empresa del coronel para inversiones en el extranjero, tiene el 7,5% del capital de la Juventus, el equipo de f¨²tbol de la FIAT (de la que Libia posee algo menos del 2%). El fondo soberano Lybian Investment Authority (LIA) es due?o del 1% de ENI, el coloso energ¨¦tico italiano. Y Tr¨ªpoli es el primer accionista de Unicredit, el mayor banco de Italia, con una cuota del 7,5%, valorada en unos 2.500 millones. En septiembre de 2010, el fondo Libian Investment Authority (LIA) compr¨® un 2% de las acciones del banco, que se sum¨® al 4,9% que hab¨ªan adquirido dos a?os antes LIA, el Banco Central de Libia y el Libyan Foreign Bank.
A trav¨¦s de esa escalada en uno de los gigantes de la banca europea (m¨¢s de 10.200 sucursales en 22 pa¨ªses), Libia -es decir, el r¨¦gimen de Gadafi- se hizo con el sill¨®n principal de un consejo de administraci¨®n donde el segundo accionista es Mediobanca, del que es consejera la hija mayor de Berlusconi, Marina. La compraventa produjo en septiembre pasado un se¨ªsmo en el sector financiero, incluida la dimisi¨®n del consejero delegado de Unicredit, Alessandro Profumo. La xen¨®foba Liga del Norte se quej¨® en p¨²blico, pero de hecho aument¨® su poder en el banco. Y para que no quedara nadie descontento, el LIA cre¨® un fondo conjunto de 500 millones de d¨®lares con Mediobanca, banco en teor¨ªa rival, para rescatar a compa?¨ªas en apuros.
La operaci¨®n catapult¨® a Gadafi al coraz¨®n de las instituciones financieras italianas y europeas: de los 316 votos que administran el Banco de Italia, Unicredit posee 50, tantos como el San Paolo. El Banco de Italia posee el 12,5% de los derechos del Banco Central Europeo.
La fuerza de la presencia de Gadafi en Europa -pa¨ªses de la UE importan casi el 90% del crudo libio- se pudo medir el pasado martes. Ese d¨ªa sucedi¨® un hecho raro en la historia del capitalismo. La Bolsa de Mil¨¢n estuvo cerrada toda la ma?ana a causa de una nunca aclarada "aver¨ªa t¨¦cnica". El mercado de Piazza Affari par¨® por completo durante seis horas. Casi nadie entend¨ªa nada. El regulador ped¨ªa explicaciones, los brokers protestaban. Poco despu¨¦s se supo la verdad. No hab¨ªa tal aver¨ªa, sino solo miedo al derrumbe de Gadafi. El cierre se produjo por temor a que se hundieran los t¨ªtulos de las empresas italianas con intereses en Libia y de las sociedades en las que ha invertido el l¨ªder libio. El miedo es libre.
El d¨ªa anterior, lunes, empezaron a llegar noticias sangrientas desde Tr¨ªpoli. En solo unas horas, los t¨ªtulos de la crema industrial, energ¨¦tica y bancaria italiana (Finmeccanica, Impregilo, Mediobanca, Generali, Fiat, ENI...) perdieron en el parqu¨¦ milan¨¦s porcentajes cercanos al 5%. Petr¨®leo y sangre es una mezcla que huele mal. Apesta. Libia es el pa¨ªs africano con mayores reservas de petr¨®leo; su crudo, seg¨²n los expertos, se encuentra entre los de mayor calidad del mundo. Y tambi¨¦n tiene gas. El martes, ENI anunciaba con una escueta nota oficial que hab¨ªa cerrado el gasoducto Greenstreeam que transporta a Italia desde Libia el 10% del total de gas natural que importa Roma. El personal de las plantas volv¨ªa a casa.
Aun no est¨¢ claro si el cierre fue voluntad de ENI o de los opositores a Gadafi, en represalia por el silencio de Italia y del conjunto de Europa ante las matanzas de Gadafi. ?Silencio? Tampoco tanto. El mi¨¦rcoles, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE balbuceaban un comunicado de condena, y el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, hac¨ªa acrobacias verbales para defender lo indefendible, en Roma se anunciaba que Libia acababa de comprar el 2% de las acciones del grupo estatal Finmeccanica, octavo vendedor de armas y equipos aeroespaciales del mundo.
Iron¨ªas de la vida: ese mismo d¨ªa, Finmeccanica tambi¨¦n ordenaba repatriar a sus trabajadores desplazados al pa¨ªs norteafricano. La noticia de la venta del 2% del gigante militar italiano no debi¨® sentar demasiado bien en la Casa Blanca. Despu¨¦s de adquirir DRS en 2008, Finmeccanica es uno de los principales suministradores del Pent¨¢gono. Pero nadie se siente especialmente orgulloso estos d¨ªas en el mundo pol¨ªtico y financiero.
La pregunta que muchos se hacen es si pod¨ªa esperarse otra cosa de un tirano exaltado, que en el pasado orden¨® derribar dos aviones llenos de civiles y de bombardear un bar de copas en Berl¨ªn. Sergio Romano, exdiplom¨¢tico e historiador italiano, autor de un libro sobre Libia y asesor del Gobierno de Roma en la relaci¨®n con Tr¨ªpoli, responde saliendo por la tangente. "Lo que ha pasado era imprevisible. No podemos entrar ahora en el juego del 'ya te lo dije'... Las revueltas en el Magreb han sido un movimiento espont¨¢neo sin ideolog¨ªa, ha crecido mucho la masa cr¨ªtica de j¨®venes, la corrupci¨®n se ha unido a la chispa del suicidio de un tunecino y a la subida de los precios de los alimentos..."
"Lo triste es que estamos ante un problema ¨¦tico sin soluci¨®n", a?ade Romano. "Ning¨²n Gobierno lo dir¨¢, pero por desgracia es as¨ª. Todo lo que est¨¢n diciendo ahora es ret¨®rica vac¨ªa. Giulio Andreotti lo explic¨® con mucha gracia una vez: 'Desgraciadamente, no podemos elegir a los vecinos de casa'. Espa?a lo sabe bien con Marruecos, y eso que el rey Mohamed es mejor que Gadafi. Si tienes un vecino, debes llevarte con ¨¦l lo mejor posible".
La duda es si era necesario llevarse tan bien. En Reino Unido, muchos ciudadanos habr¨¢n sonre¨ªdo esta semana al recordar que Libia es due?a del 3% de Pearson, el grupo editor de uno de los peri¨®dicos m¨¢s prestigiosos del mundo, el Financial Times. El a?o pasado, LIA puso en la mesa 224 millones de libras: hoy es uno de los accionistas de referencia del grupo, un modelo en el sector de la educaci¨®n.
La ola de estupor, forzada o real, se extiende por el planeta. El senador John Kerry ha pedido al presidente estadounidense, Barack Obama, que retire de inmediato a las petroleras del pa¨ªs y que se impongan sanciones a Libia. Y en Turqu¨ªa la oposici¨®n pide cuentas al primer ministro Erdogan por haber adobado los millonarios contratos bilaterales recibiendo en Tr¨ªpoli, hace un par de meses, el Premio Gadafi a los derechos humanos...
Tampoco Alemania se queda a la zaga: la canciller Angela Merkel dijo que el discurso de Gadafi fue "aterrador". Quiz¨¢ le asuste menos saber que su pa¨ªs tiene todo tipo de negocios con Libia, que tocan al transporte, la construcci¨®n de infraestructuras tur¨ªsticas y, por supuesto, el petr¨®leo. Libia suministra algo m¨¢s del 10% del crudo importado por Alemania: es su cuarto proveedor, despu¨¦s de la Rusia de Putin, Noruega y Reino Unido.
La gran arma de seducci¨®n empleada por Gadafi para conquistar al mismo mundo que una vez le conden¨® al ostracismo se llama LIA. Muchas de las inversiones en el extranjero que ha ordenado llevan la marca de este fondo soberano, creado en 2006 para reinvertir los beneficios generados por la extracci¨®n y venta del crudo.
Ideado como una forma de diversificar las inversiones, el LIA se considera en ambientes financieros m¨¢s opaco y primitivo que otros de su g¨¦nero, y ha funcionado hasta ahora usando a bancos europeos y norteamericanos como intermediarios mientras aprende los secretos del negocio. Seg¨²n afirma un cable de Wikileaks del 28 de enero de 2010, el responsable del fondo es (o al menos era entonces) Mohamed Layas, quien afirm¨® al embajador de EE UU que en aquel momento el LIA ten¨ªa "una liquidez de 32.000 millones de d¨®lares". Layas a?adi¨®: "Varios bancos americanos manejan, cada uno, entre 300 y 500 millones de d¨®lares de los fondos de LIA".
De acuerdo con una fuente espa?ola del sector, el LIA es menos sofisticado que otros de su especie con mayor experiencia, como los de Abu Dabi, que utilizan a muchos asesores y analistas para tomar cada decisi¨®n. Tambi¨¦n es bastante menos rico: en la actualidad, se estima que el Libyan Investment Authority tiene en caja unos 65.000 millones de euros l¨ªquidos. Poca cosa comparada con los 470.000 millones de euros de los fondos de Abu Dabi.
La misma fuente, un conocido gestor de fondos, cree que el LIA no pertenece a la fortuna personal de la familia Gadafi. "Son fondos institucionales, y con la crisis se han quedado en una especie de limbo, puesto que pertenecen al Estado, y en situaciones de incertidumbre sobre el futuro de ese Estado, los fondos quedan bloqueados. As¨ª ser¨¢ hasta que aparezca una nueva estructura estatal, porque ahora est¨¢n custodiados con las m¨¢ximas garant¨ªas por bancos internacionales. Se puede decir que quedan a la espera del nuevo Estado libio".
Pero entonces, ?con qui¨¦n hemos cerrado los tratos? ?Con Gadafi o con un improbable y virginal Estado libio? Seg¨²n Sergio Romano, "no es relevante qui¨¦n haya hecho la inversi¨®n, da lo mismo si la hizo el LIA o el Banco Central. Libia es un Estado patrimonial. El Estado libio es Gadafi. Gadafi es el capo y el due?o de todo. El gestor ¨²nico. Seguramente ser¨¢ uno de los tiranos que menos cuentas secretas tenga en el extranjero: dispon¨ªa de todo el pa¨ªs. Su renuncia a los cargos le ha dado parad¨®jicamente la libertad de hacer lo que quiere. Libia es un pa¨ªs sin instituciones. Nosotros (habla por el Gobierno italiano) le pedimos que privatizara algunas cosas, y lo hizo, pero poniendo a la familia al frente de ellas".
Un asunto de familia, en definitiva. Hace dos a?os, seg¨²n recordaba recientemente el Financial Times, algunos de los operadores m¨¢s potentes del sector financiero anglosaj¨®n viajaron a Libia para cortejar a los responsables del LIA. El Grupo Carlyle, el gigante estadounidense al que se considera inspirado por la ideolog¨ªa neocon, fue de los primeros en obtener recursos libios, en 2007. Un a?o despu¨¦s, Saif el Islam Gadafi, uno de los hijos del coronel, se reuni¨® en una cena privada con Frank Carlucci, exsecretario de Defensa de Estados Unidos y expresidente de Carlyle. Antes que ellos, los protagonistas de la famosa foto de las Azores tendieron los primeros puentes con el nuevo Gadafi estadista ejemplar y no repararon en gastos ni en reuniones privadas. Los mismos l¨ªderes que decidieron invadir Irak y acabar con el r¨¦gimen dictatorial de Sadam Husein buscaron petr¨®leo y d¨®lares frescos en el r¨¦gimen dictatorial de Gadafi.
De los cuatro jinetes del Apocalipsis, Tony Blair fue quiz¨¢ el m¨¢s eficaz. Desde que se hizo la primera foto con Gadafi, en 2004, unas 150 compa?¨ªas brit¨¢nicas han sentado sus reales en Libia. En marzo de 2004, la Comisi¨®n para la Verdad y la Reconciliaci¨®n de Sierra Leona estableci¨® que Libia y Liberia hab¨ªan adiestrado y apoyado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU), la sangrienta guerrilla que entre 1991 y 2001 contribuy¨® a la muerte violenta de 50.000 personas. Libia fue condenada por la ONU a pagar compensaciones al Gobierno de Sierra Leona. Eso no impidi¨® que, el 25 de marzo, Blair visitara Tr¨ªpoli y se entrevistara con Gadafi. Era el segundo jefe del Gobierno brit¨¢nico que visitaba el territorio: el anterior fue Churchill. Coincidiendo con la visita, la angloholandesa Shell firm¨® un contrato con la petrolera estatal libia. Antes hab¨ªa llegado Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y despu¨¦s lo hicieron Gerard Schr?der, Berlusconi, Sarkozy, Zapatero... Nada nuevo bajo el sol. Ha pasado siempre y volver¨¢ a pasar. Lo llaman realpolitik.
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