Control normalizado
El nuevo convenio deber¨ªa ser el principio del fin de la excepcionalidad del control a¨¦reo
El laudo elaborado por el exministro de Trabajo Manuel Pimentel que fija el nuevo convenio colectivo de los controladores a¨¦reos puede ser, por fin, el punto de partida de la definitiva normalizaci¨®n de un sector que ha vivido durante a?os en un permanente estado de excepci¨®n, como en su d¨ªa lo calific¨® la Audiencia Nacional. El laudo es de obligado cumplimiento, pero su aceptaci¨®n por ambas partes ser¨ªa la mejor se?al, dado que los controladores fueron capaces de paralizar, sin previo aviso ni convocatoria de huelga mediante, el tr¨¢fico a¨¦reo durante el ¨²ltimo puente de la Constituci¨®n.
El desgaste que aquel desaf¨ªo supuso para el Gobierno, que declar¨® por vez primera en democracia el estado de alarma y militariz¨® el servicio, se ve ahora recompensando con un convenio colectivo que, a grandes rasgos, consolida lo que el propio Ejecutivo aplic¨® por decreto en febrero del pasado a?o: una jornada de 1.670 horas anuales (frente a las 1.200 de a?os anteriores) y un sueldo medio de 200.000 euros (frente a los 350.000 anteriores). De esta manera, los controladores (cuya jornada disminuir¨¢ en el futuro ligeramente) aproximan sus condiciones a las de sus colegas europeos y pierden parte de los privilegios de los que gozaron, como la jubilaci¨®n remunerada a los 52 a?os y la potestad de organizar su trabajo y formar a los nuevos profesionales.
Lo que puede ser interpretado como un ¨¦xito del Gobierno es tambi¨¦n una clara se?al de que la reforma de la gesti¨®n aeroportuaria que se est¨¢ acometiendo es imprescindible y de que AENA debe asumir su responsabilidad como gestora de este servicio p¨²blico esencial. El plante de diciembre estall¨® cuando decenas de controladores consideraron que las 1.670 horas ya las hab¨ªan cubierto a esas alturas del a?o, lo que demostrar¨ªa que la plantilla o es insuficiente o est¨¢ mal gestionada. Pimentel ha ampliado de manera excepcional el horario de aqu¨ª a 2013, a?o en el que tales problemas se deber¨¢n haber solventado con, entre otras medidas, servicios de control de gesti¨®n privada y nuevos profesionales que, de paso, hurten al colectivo existente su capacidad de chantaje. El laudo demuestra tambi¨¦n la irresponsabilidad de ese colectivo, toda vez que debe aceptar ahora lo que en su momento fue motivo para abandonar masivamente sus puestos de trabajo.
El acuerdo deber¨ªa poner t¨¦rmino a las sobreactuaciones en las que ambas partes han ca¨ªdo en el pasado. Ni es de recibo que 2.300 trabajadores pongan en jaque a un Gobierno democr¨¢tico y a todo un pa¨ªs por una reivindicaci¨®n laboral, ni lo es que, en correspondencia, se recurra a medidas tan extraordinarias como el estado de alarma. A este acuerdo deben sumarse las reformas previstas y la determinaci¨®n de los poderes p¨²blicos en hacer cumplir la ley y el convenio, lo que incluye la continuidad de los 430 expedientes abiertos a los controladores, que en cualquier otro colectivo ya se habr¨ªan saldado con m¨¢s de un despido.
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