Fuego real en el 'crematorio' de Chirbes
El escritor habla de su novela, germen de la serie que hoy estrena Canal +
Llegas a la plaza de Beniarbeig y all¨¢, como estatua en un banco, est¨¢ quiet¨ªsimo Rafael Chirbes (Tavernes de Valldigna, Valencia, 1949), ?esperando qu¨¦, adem¨¢s de al visitante de turno? Qui¨¦n sabe, lo sabr¨¢ ¨¦l, o ni eso, a lo peor le pasa como a todos, que creemos esperar cosas sin caer en la cuenta de que las cosas nos esperan. Por ejemplo, aquel d¨ªa raro de sol amordazado, en la monta?a de Beniarbeig, al norte de Alicante, carretera arriba, muy, muy, muy arriba, rozando las crestas de la sierra de Segar¨ªa, donde el eremita Chirbes vive con dos perros, dos gatos, un brasero y pilas de libros, y donde se suele cruzar con una familia de jabal¨ªes que son ya como del vecindario, al visitado y al visitante les esperaban cosas. Cosa. Una inesperada e inquietante cosa en forma de incendio.
"A los tres meses de acabar un libro ya no tiene nada que ver contigo"
"Crematorio', la novela, huye de la trama, se sostiene en el puro lenguaje"
"Quer¨ªa contar c¨®mo la modernidad ha dado como fruto algo que nos asfixia"
"La literatura no est¨¢ para hablar de buenos y malos, sino de cosas complejas"
-Pues eso, te dec¨ªa que Dos Passos ya habl¨® en sus novelas de... Espera, pero, ?qu¨¦ les pasa a los perros, por qu¨¦ ladran? Voy a mirar, no vaya a ser que haya entrado alguien.
-Vale, vale, espero aqu¨ª tan tranquilo.
-?Ay¨²dame! ?Ven, ven, corre!
Una columna de humo blanco del tama?o de una voluta imposible se alzaba orgullosa e insistente hacia el cielo de la sierra. Se estaba quemando el contenedor donde el escritor tira las cosas inservibles, zarzas, ramas, escombros, cosas... y, ay, las cenizas del brasero, lanzadas all¨ª hace cuatro d¨ªas y a las que justo hoy, justo ahora, les ha dado por arder.
As¨ª que, mayormente, hay un incendio en casa de Chirbes y hay que apagar la grabadora y espabilarse con la manguera. D¨ªgase todo: esto sucede en casa de -ya tiene bemoles la cosa- el autor de Crematorio, el novel¨®n que en 2007 gan¨® el Premio Nacional de la Cr¨ªtica y en el que se inspira la serie del mismo t¨ªtulo que esta noche estrena Canal + y que tiene el vendaval de la corrupci¨®n urban¨ªstica como trasfondo tem¨¢tico. En esta versi¨®n teleserie, Pepe Sancho encarna al ilustrado y sensible rufi¨¢n Rub¨¦n Bertomeu, caudillo de la corruptela inmobiliaria y cementera en tierras levantinas. ?Suena?
-?Trae cubos de agua, cubos de agua!
-?Pero no hay manguera?
-?Es verdad, la manguera, la manguera!
Y de ah¨ª en adelante, dos horas echando agua al contenedor.
-Rafael, perdone la co?a, pero esto se podr¨ªa titular Crematorio II.
Pero volvamos a la conversaci¨®n previa a la humareda. Volvamos al Crematorio literario previo al crematorio real. Le cuesta a Chirbes coger el retrovisor y mirar atr¨¢s cuando de hablar de libros suyos se trata. "Cuando acabas un libro, tienes tres meses de citaci¨®n y despu¨¦s de los tres meses eso ya es China, no tiene nada que ver contigo, est¨¢s en otro sitio, te da horror echar la vista atr¨¢s".
Dicho esto, se aviene con destellos de renuencia a hablar del libro y de la serie. "La serie, s¨ª, bueno, pues es otra cosa... Han cogido la novela y han hecho su lectura, esto... Es que Crematorio, la novela, huye de la trama, huye de lo policiaco, huye del misterio, se sostiene en el puro lenguaje, pretende ser una catarsis a partir del lenguaje, es decir que ser¨ªa un ejercicio casi jesu¨ªtico, dir¨ªamos, loyolesco, de que el lector se enfrente a toda una serie de cosas que intuye que est¨¢n dentro de ¨¦l y no quiere ver. Y la serie, pues es otra cosa. La televisi¨®n necesita tensi¨®n e intriga, son lenguajes y cosas distintas".
Militante ac¨¦rrimo de una corriente de la literatura que defiende a ultranza el sentido moral del oficio de escribir -y del de leer- Rafael Chirbes no pretendi¨® con Crematorio -ni con ninguna de sus otras novelas- hablar de "temas", de "cuestiones" o "sucesos", sino m¨¢s bien de territorios muchos m¨¢s dif¨ªciles de descifrar como los estados de ¨¢nimo, las frustraciones, las traiciones y las deudas de la vida. "Crematorio no quiere ser una denuncia de la corrupci¨®n urban¨ªstica, eso de la corrupci¨®n es solo uno de los temas que circulan por detr¨¢s. Lo que se quiere contar aqu¨ª es c¨®mo nuestra modernidad, lo que se supon¨ªa que ¨ªbamos a traer detr¨¢s del franquismo, ha dado como fruto esta especie de planta venenosa que nos asfixia. La novela trata tambi¨¦n de si los ideales se han cumplido o no, y de la deriva de los individuos".
Sobre la dicotom¨ªa novela / cine o, en este caso, novela / televisi¨®n, explica mientras va dando sorbitos a su taza de caf¨¦: "?Se podr¨ªa hacer otra serie? Pues s¨ª, se podr¨ªa hacer otra serie totalmente distinta con elementos que est¨¢n ah¨ª, no s¨¦, ?qui¨¦n soy yo para hablar de eso! Escrib¨ª esta novela con toda la libertad del mundo, que evidentemente es algo que el cine no tiene, porque necesita que las cosas quepan en un plano, que haya dinero para montar el plano, que haya actores adecuados que lo representen... En cambio un escritor es el ser m¨¢s libre del mundo".
Crematorio es uno de los hijos literarios que peor relaci¨®n mantienen con su padre: el libro le resulta bastante antip¨¢tico a Rafael Chirbes: "En mis libros, antes de Crematorio, estaba todo muy controlado. Y de repente, ?fumm!, Crematorio, que es mucho m¨¢s ca¨®tico, que me daba una sensaci¨®n como de poco control, de poca pureza. Y luego est¨¢ el tema, que me desagradaba, porque es el testamento de alguien que ha fracasado y no deja m¨¢s que deudas y ruinas".
En todo caso, este escritor ajeno a corrientes y capillas mantuvo su compromiso ¨¦tico y est¨¦tico mientras redact¨® las m¨¢s de 400 p¨¢ginas del libro. "La literatura no est¨¢ para hablar de buenos y malos, est¨¢ para otras cosas m¨¢s complejas, como el mal que anida en nosotros, el bien, nuestras contradicciones, nuestros remordimientos... De c¨®mo y por qu¨¦ se mueven las cosas y las personas. Y al primero que le fastidia lo que cuenta es a m¨ª. As¨ª que cuando termino una novela no me quedo consolado, sino destrozado. Termino como para ir al psiquiatra, pero entonces, si fuera al psiquiatra, a lo mejor ya no seguir¨ªa siendo novelista".
Rafael Chirbes habla (lo har¨¢ varias veces durante la charla) del Torquemada de Gald¨®s como posible modelo inspirador del personaje central de Crematorio, el arquitecto y constructor Rub¨¦n Bertomeu: "el Torquemada de Gald¨®s es ese especulador sucio e indeseable que todo el mundo desprecia, pero que todo el mundo vive alrededor de ¨¦l; es un personaje que me gusta mucho, simboliza la idea de que no hay clase inocente, de que nadie goza de nada inocentemente y de que alguien tiene que pagar siempre con la culpa".
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