Impresiones plastificadas
"Muchos a?os despu¨¦s, frente al pelot¨®n de fusilamiento, el coronel Aureliano Buend¨ªa hab¨ªa de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llev¨® a conocer el hielo"; as¨ª comienza Cien a?os de soledad de Garc¨ªa M¨¢rquez. Y el que en ese trance (del que finalmente se libra) Buend¨ªa se acuerde de aquella escena de cuando era ni?o habla de las im¨¢genes que en la vida son fundacionales, que presenciamos una vez y luego nos acompa?an siempre. Y muchas de esas im¨¢genes o impresiones est¨¢n conectadas con la infancia. Lo pens¨¦ el otro d¨ªa, al pasar por delante de la exposici¨®n Human Bodies que ha recorrido distintos lugares del mundo y que en este momento se presenta en Ir¨²n. En ella se exhiben varios cuerpos y ¨®rganos humanos reales, tratados con una t¨¦cnica de plastificaci¨®n. Pas¨¦ por ah¨ª y me acord¨¦ de Cien a?os de soledad, imaginando el efecto que una visita a esa exposici¨®n tendr¨ªa en un ni?o de hoy, un ni?o que supiera o entendiera que lo que all¨ª se expone como una obra o como una figura de pl¨¢stico de tama?o natural es, en realidad, una persona. Iba a poner "fue" pero, ?se puede poner "fue una persona"?
Imagin¨¦ distintos efectos, desde un temor cercano (el temor siempre lo es) hasta una distanciadora indiferencia, la misma que producen las creaciones animadas de los dibujos o los videojuegos, pasando por la incredulidad o la confusi¨®n entre la vida y la muerte. Ninguno de esos efectos me pareci¨® apetecible, la verdad. En ninguno de ellos pude ver o recoger la noci¨®n de un "hielo" extraordinario, feliz, liberador como el de la novela de Garc¨ªa M¨¢rquez; s¨®lo se me represent¨® la sensaci¨®n de lo helador.
Los organizadores de la exposici¨®n insisten en subrayar su car¨¢cter exclusivamente did¨¢ctico, en verla como un excelente instrumento para conocer a fondo el cuerpo humano. No s¨¦ si realmente, con los medios pedag¨®gicos y tecnol¨®gicos hoy a nuestro alcance, necesitamos unas momias plastificadas para hacernos una idea cabal de d¨®nde residen, por ejemplo, el cerebro y el coraz¨®n humanos. Pienso m¨¢s bien que ese estatismo en la postura y esa plastificaci¨®n pueden reforzar o completar la "pedagog¨ªa" que ya difunden muchos productos multimedia destinados a los j¨®venes, y que consiste en representar personas como cosas, como mu?ecos, como pretextos para un juego o trama, mayormente de batalla.
En cualquier caso, y por reconocerle una dimensi¨®n did¨¢ctica a Human Bodies, creo que nos ense?a que nuestra reactividad social anda tambi¨¦n algo o bastante plastificada. Porque en otros pa¨ªses donde se ha presentado la exposici¨®n ha venido acompa?ada, como m¨ªnimo, de un debate; se ha hablado y discutido de su c¨®mo, su porqu¨¦ y su para qu¨¦. Entre nosotros este debate social no se ha producido, y me parece deseable que se produzca: que esas im¨¢genes plastificadas de lo humano se sometan a la materia viva, pensante, de un contraste.
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