La pesadilla de las tuneladoras del AVE en Redondela
El ruido nocturno de los trabajos supera los niveles legales permitidos
Los vecinos de Maceiras, en Santo Estevo de Negros (Redondela) duermen mal desde que comenzaron las obras del t¨²nel del AVE a Vigo. D¨ªa y noche, las tuneladoras trabajan a pleno rendimiento y las cintas que transportan la piedra y el material de construcci¨®n al exterior hacen m¨¢s ruido del legalmente permitido. Ello, unido al polvo en suspensi¨®n que provocan las obras, desespera a los habitantes, que llevan dos a?os estrell¨¢ndose contra las administraciones en busca de alguna soluci¨®n.
"Esto antes era un valle", se?ala Manuel Fern¨¢ndez desde la terraza de su casa, con el dedo apuntando hacia el enorme socav¨®n que los trabajos han ocasionado. Su casa, pegada al linde superior de la zona donde se realizan las obras, da la impresi¨®n de ser la superviviente de un corrimiento de tierras. Pero una infraestructura de la magnitud del AVE transforma el paisaje y ni Fern¨¢ndez ni sus compa?eros de la Asociaci¨®n de Afectados por las obras del AVE en el Val do Maceiras se opone a que se ejecute. "No estamos en contra de la obra", insiste Julio Alonso, otro de los afectados.
Los vecinos reclaman que se paralicen las obras de forma cautelar
Si protestan es porque entienden que los trabajos vulneran el propio estudio de impacto ambiental, que declara que la actividad debe paralizarse entre las diez de la noche y las siete de la ma?ana. Tambi¨¦n insisten en que el Ayuntamiento rechaz¨® autorizar las obras -que ejecuta una uni¨®n de empresas de FCC y Acciona y compa?¨ªas subcontratadas-, pero que no hace nada por paralizarlas escud¨¢ndose en el car¨¢cter supramunicipal de la actuaci¨®n. El a?o pasado decidieron denunciar el caso, que tramita ahora en los juzgados de Redondela. Entre las ¨²ltimas actuaciones registradas, destaca un informe del Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil fechado el pasado noviembre, que constata que los niveles de ruido en el interior de las casas superan el permitido. Fern¨¢ndez rebusca entre los documentos y muestra tambi¨¦n varios partes m¨¦dicos de vecinos afectados por la presencia del polvo en suspensi¨®n y una carta del Valedor do Pobo que apoya sus argumentos.
La asociaci¨®n, que re¨²ne a vecinos de una veintena de casas de la zona, reclama que las obras se paralicen al menos de forma cautelar, en vista de que no parece que el proceso se vaya a resolver pronto. "Les pedimos que nos instalasen dobles ventanas, que fijasen pantallas que redujesen el ruido o que realojasen en pisos a los que viv¨ªan en las casas m¨¢s afectadas, pero no nos hicieron caso", recuerda Julio, que habla tambi¨¦n de una reuni¨®n con responsables de Fomento hace m¨¢s de un a?o. En aquel encuentro, en Pontevedra, los responsables de la obra se comprometieron a resolver uno de los primeros problemas que provocaron las excavaciones. Los acu¨ªferos y pozos de donde muchos de los vecinos obten¨ªan el agua fueron cegados. "Algunos estuvieron hasta cuatro meses sin agua", incide Fern¨¢ndez, que admite que en ese extremo la situaci¨®n s¨ª se arregl¨®.
Algunos "han acabado por rendirse", seg¨²n ?scar Benavides, coordinador local de Izquierda Unida en Redondela. Llama la atenci¨®n sobre el elevado tr¨¢fico de camiones en la carretera de acceso -unos cien diarios, seg¨²n sus c¨¢lculos- y el riesgo de accidentes. "Esto parece la entrada a una cantera", describe. A ello se suman adem¨¢s los vertidos de s¨®lidos al r¨ªo, que se repiten peri¨®dicamente y ti?en las aguas del Maceiras de blanco pese a la decantaci¨®n a la que se las somete en el propio recinto. "Unos vertidos puntuales acabaron con las tres especies que mas poblaban el r¨ªo, la trucha fario, la solla y la boga. Ni el Ayuntamiento ni Augas de Galicia recogieron sus restos".
Las prisas por terminar cuanto antes la obra parecen ser las responsables de unas irregularidades que no solo afectan a la calidad de vida de los vecinos, sino a las propias condiciones laborales de los operarios. De esas infracciones ya dio fe la Xunta en oto?o cargando la responsabilidad en el Gobierno estatal. En alg¨²n caso el trabajo ha conllevado turnos de 12 horas sin descanso durante el fin de semana e incumplimientos en las condiciones y cantidades que se cobran. Todo por apurar el trabajo de las tuneladoras, bautizadas como Mi?oca y Lebre.
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