Como un casino de Las Vegas
A veces da la impresi¨®n de que los festivales musicales de Madrid son como un casino de Las Vegas. Un batiburrillo incoherente donde queda estupendo que los canales de Venecia pasen por debajo de la Torre Eiffel. De d¨®nde ha salido esa idea no queda claro, pero no es algo que el p¨²blico comparta. Si en los ¨²ltimos conciertos en la capital de Band Of Horses, Eels o Crystal Castles alguien hubiera preguntado "?A cu¨¢ntos os gusta My Chemical Romace?", no se habr¨ªan visto muchas manos levantadas. Y, a la inversa, es m¨¢s que probable que la mayor¨ªa de los fans de la banda emo no supieran de qui¨¦n demonios les estaban hablando.
Aunque la programaci¨®n de DCODE es el colmo de la precisi¨®n estil¨ªstica comparada con lo habitual en Madrid. Hasta ahora el festival m¨¢s coherente que ha pasado por aqu¨ª ha sido Summercase, y era b¨¢sicamente porque lo montaba una promotora de Barcelona. Festimad, el de verdad (lo de este a?o es una parodia hecha para mantener vivo un nombre agonizante), llamaba eclecticismo a lo que a veces parec¨ªa falta de criterio. El fallido Metrorock potenci¨® esa idea seg¨²n la cual, Chambao y Franz Ferdinand casan perfectamente y la franquicia Rock In Rio -en la que participa Live Nation, la promotora de este DCODE- lo llev¨® hasta el paroxismo con maravillas de la programaci¨®n creativa como meter la misma noche a Manolo Garc¨ªa, Neil Young y Dj Ti?sto.
A poco que se conozca el entramado de promotoras y agencias que se mueven en la capital, se entiende el porqu¨¦ de muchas de estas decisiones. La confecci¨®n de los carteles se hace combinando un concepto de lo que es independiente tan amplio que resulta irreconocible, en el que caben artistas nacionales de escuder¨ªas vinculadas con la organizaci¨®n; grupos internacionales de relleno que est¨¢n disponibles en las fechas elegidas y alguna estrella que se ha puesto a tiro. Venga o no a cuento, se considera indispensable que haya un nombre que conozca hasta un concejal aficionado a la Zarzuela.
Porque sobrevuela la idea de que hacer algo coherente significa condenarlo a un nicho poco rentable econ¨®micamente. No se dice en p¨²blico, pero se presupone que cert¨¢menes como el Primavera Sound o el S¨®nar, que son un ¨¦xito a?o tras a?o en Barcelona, no funcionar¨ªan aqu¨ª. Al parecer son demasiado especializados para el p¨²blico madrile?o. Es como pensar que para que un equipo de f¨²tbol fuera atractivo en Madrid lo mejor ser¨ªa fusionar al Real Madrid y el Atleti en algo llamado Real Atl¨¦tico y que jueguen contra los Harlem Globetrotters. Vale, no ser¨ªa f¨²tbol, pero oye, menudo espect¨¢culo.
Sin embargo, en la vuelta a la capital de los festivales hay uno que, de momento, se sale del estrambote: El D¨ªa de la M¨²sica Heineken 2011. Aunque todav¨ªa faltan al menos 15 bandas por anunciar, los grupos confirmados siguen un criterio. Artistas de calidad, independientemente de si son conocidos, que hace un tiempo que no han tocado en la capital (Janelle Mon¨¢e, Destroyer, Ron Sexsmith) o nacionales con disco fresco (Vetusta Morla, Russian Red, Ellos). Tampoco parecen reglas muy ex¨®ticas, ?no?
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