Encerrados en casa y pensando en huir al sur
Un grupo de personas cuenta c¨®mo vive la alerta nuclear- Muchos intentan viajar hacia Osaka para alejarse de las centrales siniestradas
Un grupo de personas cuenta c¨®mo est¨¢n viviendo las horas posteriores al terremoto. Algunos se plantean abandonar Jap¨®n, otros tratan a¨²n de regresar a su casa y la mayor¨ªa mira la televisi¨®n y las webs de noticias para evaluar cu¨¢l es el peligro real, mientras ven c¨®mo en los supermercados escasea la comida y se raciona la gasolina.
AMIR GARC?A "Necesito alejarme de las centrales"
"Por favor, intente ponerse en contacto con mi abuelo y d¨ªgale que me llame cuando pueda para que me eche una mano. Quiz¨¢s tenga que gastar en trenes para escapar a Osaka", reza el mensaje de correo electr¨®nico de Garc¨ªa recibido ayer por este diario. Su abuelo, Arturo Garc¨ªa, finalmente logr¨® ponerse en contacto con ¨¦l por la tarde e ingresar dinero en su cuenta corriente para que pueda tomar los trenes -muy caros en Jap¨®n- que necesite para salir de la localidad de Toride, donde lleva dos d¨ªas durmiendo en un colegio.
La ciudad est¨¢ en la prefectura de Ibaraki, a unos 200 kil¨®metros al sur de la central nuclear Fukushima I y a apenas 60 de la de Tokai, cuyos sistemas de refrigeraci¨®n han empezado tambi¨¦n a fallar. Desde el viernes, Garc¨ªa no ha podido volver a su casa en Iwama, 45 kil¨®metros m¨¢s al norte de la prefectura, porque no circulan trenes en esa direcci¨®n. "Ahora tengo que salir de aqu¨ª, quiero alejarme lo m¨¢s posible de las centrales", cuenta muy preocupado este vigu¨¦s cuando logramos contactar con ¨¦l m¨¢s tarde por tel¨¦fono. Hoy, lunes, espera poder estar ya en Tokio y de ah¨ª intentar coger el shinkansen (tren bala) a la regi¨®n de Kansai, donde est¨¢n las ciudades de Kioto, Osaka y Kobe. "Tengo varios amigos en la zona que se han ofrecido a acogerme", explica. Teme que se repitan m¨¢s terremotos fuertes. "Tengo en la cabeza metido el pitido del kinkyu, la alarma para terremotos que suena segundos antes de que se produzca el temblor. He perdido la cuenta de las veces que la he escuchado desde el viernes".
YUKO MIYAI Y LINH TRONH "Si la situaci¨®n empeora, nos vamos a Par¨ªs"
"Estamos algo preocupados, viendo la televisi¨®n", cuenta Tronh, franc¨¦s de origen vietnamita, desde la casa que comparte en el distrito tokiota de Shinagawa desde hace a?o y medio con su novia. Ayer, domingo, no salieron del apartamento, y en todo momento han estado pendientes de las informaciones que va dando la televisi¨®n japonesa sobre lo que est¨¢ pasando en las centrales de Fukushima y Tokai, esta ¨²ltima a unos 150 kil¨®metros al norte de Tokio. "Ahora mismo no podemos hacer nada. Pero si la situaci¨®n se pone cr¨ªtica estamos barajando coger un avi¨®n a Par¨ªs, donde vive mi familia", a?ade, pese a que el Ministerio de Asuntos Exteriores franc¨¦s ha recomendado a sus ciudadanos que no abandonen Jap¨®n todav¨ªa. En cambio s¨ª ha instado a salir de la regi¨®n de Kanto, donde est¨¢ Tokio.
AI YAMAMOTO "Me planteo ir a trabajar"
"Estamos toda la familia en nuestra casa de Nakano [un distrito al noroeste de Tokio], siguiendo la televisi¨®n e Internet", cuenta por tel¨¦fono Yamamoto. La ¨²nica que sali¨® a la calle el domingo fue su madre. Camin¨® al supermercado para comprar comida. "Pero me ha dicho que no queda mucho. La gente est¨¢ comprando bastante comida y los camiones que reponen productos no est¨¢n llegando a los comercios", matiza. Dice que en Tokio todo el mundo est¨¢ intentando hacer vida normal dentro de lo posible. "Hoy hemos cenado todos juntos pescado asado, como cualquier otra noche. Y yo me estoy planteando ir el lunes a Kachidoki, en pleno centro de Tokio, donde trabajo, si no pasa nada".
MEGUMI KATAYAMA Y MAR?A CASTELLANO "No sabemos qu¨¦ informaci¨®n creer"
A estas dos amigas les pill¨® el terremoto del viernes en el distrito tokiota de Shinagawa. Caminaron unos 10 kil¨®metros durante seis horas hasta la residencia en la que vive Castellano, en el barrio de Sendagaya. Aunque Katayama vive en Yokohama, a media hora en tren de Tokio, no han querido separarse desde entonces. "No sabemos qu¨¦ informaci¨®n creernos. La televisi¨®n dice que todo va bien, pero no sabemos si lo hacen para evitar un estallido de p¨¢nico. Los medios extranjeros en Internet se muestran m¨¢s alarmistas en cuanto al estado de las plantas at¨®micas y tambi¨¦n nos est¨¢n llegando e-mails diciendo que la situaci¨®n es mucho peor de lo que se cree", cuenta Castellano, una madrile?a que lleg¨® hace tres meses a Jap¨®n con un visado para estudiar el idioma.
"Una amiga alemana est¨¢ ya en el aeropuerto, intentando volar de vuelta a Europa", a?ade. Katayama y Castellano est¨¢n muy preocupadas y han tomado ya la decisi¨®n de coger hoy lunes el tren bala a Osaka. No conocen a nadie ah¨ª y a¨²n no saben d¨®nde se alojar¨¢n. "Tampoco sabemos a qu¨¦ hora saldremos, porque mi hermana y mi madre est¨¢n en Utsunomiya [en la prefectura de Tochigi, 150 kil¨®metros al sur de las centrales de Fukushima y 50 al oeste de Tokai] y ellas dicen que de momento no quieren moverse. Hablar¨¦ con ellas por la ma?ana", dice Katayama. De momento han logrado comprar algo de comida. "Agua embotellada no tenemos mucha, porque no queda en las tiendas. Hemos tenido que comprar ocho litros de bebidas isot¨®nicas", revela en tono cansado Castellano.
ALBERTO GARC?A Y YUKIKO GARC?A "Quiz¨¢ necesitemos la gasolina para huir"
"Ahora mismo estamos toda la familia en casa discutiendo la situaci¨®n", cuenta Garc¨ªa, un m¨²sico tinerfe?o casado con una tokiota desde el verano pasado. "Yo estoy pensando en la posibilidad de dirigirnos al sur, aunque mi mujer y mi suegro creen que a¨²n es pronto para tomar una decisi¨®n", se?ala. Al margen del nerviosismo que se vive debido a la situaci¨®n de las nucleares y de los cortes de luz, dice que por lo dem¨¢s la situaci¨®n en Tokio est¨¢ bastante normalizada. "La gente est¨¢ saliendo a cenar a restaurantes para distraerse", cuenta Garc¨ªa desde su casa tokiota en Shinagawa, mientras por la otra l¨ªnea intenta tranquilizar a sus familiares en Espa?a. "Mi mujer, Yukiko, tiene que coger ma?ana el coche para ir a trabajar. Pero estamos pendientes de lo que pase hoy porque como est¨¢n racionando la gasolina, no queremos gastar la que tenemos en el dep¨®sito en caso de que tengamos que salir de Tokio".
JOS? CONTRERAS Y RIKA ENDO "No queda agua, leche, pan, arroz ni fideos"
"Llevamos casi todo el d¨ªa pegados a la tele", detalla Endo desde su apartamento de Yotsuya, en Tokio, donde ahora se encuentra en compa?¨ªa de su novio barcelon¨¦s. Ambos han llevado el casco puesto en casa dos d¨ªas por miedo a las r¨¦plicas. "Por la tarde ya no pod¨ªamos m¨¢s y hemos salido a dar una vuelta por el barrio de Shinjuku para airearnos un poco". Aunque los tokiotas tratan de aparentar normalidad, "en los combinis [las tiendas de 24 horas que est¨¢n en casi cada esquina de las urbes niponas] no queda agua, leche, arroz, pan ni fideos instant¨¢neos. Son tiendas donde se puede comprar de todo, desde comida hasta ropa interior, y verlas tan vac¨ªas no resulta nada tranquilizador", a?ade. Explica que hay muchas colas en los cajeros y oficinas postales, donde la mayor¨ªa de los japoneses tiene sus ahorros. En Bic Camera, una de las famosas tiendas que venden dispositivos electr¨®nicos, han dispuesto una secci¨®n llamada "?tiles para emergencias", donde venden bater¨ªas, cascos, mantas y hasta un eje con ruedas para colocar en las maletas sin rodamientos.
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