'Nadie tiene una sola identidad'
Elias Khoury (Beirut,1948) celebra las revueltas ¨¢rabes como "algo extraordinario". Traducidas a 10 idiomas -el hebreo entre ellos-, sus novelas se cuentan entre las m¨¢s valoradas de la narrativa actual en ¨¢rabe. Ahora reside temporalmente en Berl¨ªn gracias a una beca que le permite terminar su nuevo libro en un tranquilo barrio residencial. Su novela Yalo acaba de publicarse en Espa?a.
PREGUNTA. En
Yalo, las escenas extremas de violencia contrastan con la apasionada historia de amor del protagonista.
RESPUESTA. Es una historia sobre la tortura y sobre el amor. Pero los torturadores del protagonista, Yalo, usan una t¨¦cnica especial: no s¨®lo abusan de ¨¦l f¨ªsicamente, sino que le obligan a contar la historia de su vida.
P. Una y otra vez, para obligarle a confesar lo que ellos quieren.
R. La historia entera son las confesiones que ¨¦l escribe. Las diferentes versiones de su vida. Cuando te obligan a confesar una y otra vez, siempre cosas distintas, al final acabas desapareciendo. Te destruyen. Pero Yalo descubre que escribir tambi¨¦n le puede servir para construir su personalidad. Se produce una lucha entre la deconstrucci¨®n y la construcci¨®n de una historia, en dos contextos: la guerra civil de L¨ªbano, que no est¨¢ presente pero juega un papel crucial en la memoria, y la historia familiar de Yalo. La p¨¦rdida de su lengua, el sirio, y lo variado de su formaci¨®n recuerdan que nadie tiene una sola identidad. El abuelo, que es un cura, fue educado por un musulm¨¢n que ocup¨® su pueblo natal... todos tenemos identidades diversas. Si alguien le dice que s¨®lo tiene una identidad, est¨¦ seguro de que es un fascista.
P. Yalo es, a la vez, v¨ªctima de la guerra y verdugo.
R. Pero la escritura y el amor le permiten reconstruir su propia historia. Se da cuenta de lo que ha hecho cuando se enfrenta a la opresi¨®n.
P. Hay un momento de la novela en el que decide, por primera vez, escribir por su propia iniciativa. Lo primero que escribe son tres frases: "Nadie puede escribir una vida; los deseos, deseos son; todas las ideas son robadas".
R. Escribir tambi¨¦n es reescribir. Tambi¨¦n es un acto de reconstrucci¨®n. Todos los escritores pasamos por ese proceso de altibajos, de reescritura, de p¨¦rdida y recuperaci¨®n de la confianza... Yalo descubre esa clave de la escritura, que no es la realidad, sino la imaginaci¨®n. Empieza a imaginar para entender su propia vida. No s¨®lo los escritores lo hacemos, sino todo el mundo. Inventamos la vida, que no viene dada. Incluso la memoria es imaginaci¨®n. Yalo no tiene una narraci¨®n para su vida, lo mismo que la ciudad en la que vive. Al final la compone y se da cuenta de que su material es el dolor.
P. Su personaje, Yalo, se miente mucho y miente a los dem¨¢s.
R. Como escritor, llega un punto en el que tienes que decidir si crees a tus personajes o no. A m¨ª me sucedi¨® con Yalo, nos hicimos amigos.
P. No es un tipo al que coger cari?o con facilidad...
R. No estoy de acuerdo. Es un criminal contradictorio, pero al final queda purificado por el amor y por la escritura. Todos tenemos aspectos oscuros.
P. Pero no todos son violadores y ladrones.
R. No sabemos por qu¨¦ no hacemos algunas cosas. Quiz¨¢ no nos atrevemos o no tenemos la posibilidad de hacerlas. En mis experiencias de la guerra civil, fui testigo de las cosas horribles de las que es capaz el hombre. No quiero defender al personaje, pero tambi¨¦n ¨¦l es una v¨ªctima. Lo que hace es muy propio de la guerra y muy propio de los soldados. Los cr¨ªmenes de Yalo s¨®lo se entienden en su contexto social y pol¨ªtico. Es producto de una sociedad colapsada, con un sistema pol¨ªtico que depende de las religiones, en una regi¨®n destruida por una invasi¨®n extranjera, por parte de Israel. No es una novela realista, porque creo que la literatura es una realidad paralela a la realidad, pero hay una l¨ªnea de sangre que puede seguirse en el pasado hasta la locura inicial de los movimientos nacionalistas. Desde las masacres de armenios por parte del Imperio otomano.
P. ?C¨®mo valora el reciente desarrollo pol¨ªtico en la regi¨®n?
R. Es algo gigantesco. 2011 es el inicio del siglo XXI en el mundo ¨¢rabe. Algunos hemos luchado por esto toda nuestra vida. Lo que pasa es esperanzador, y tambi¨¦n es una verg¨¹enza para Europa y Occidente, que nos daban lecciones de democracia mientras se llevaban de maravilla con los dictadores m¨¢s sangrientos, como Gadafi. Otra lecci¨®n es la que da Israel, que sigue prefiriendo aliados sanguinarios como Mubarak. El discurso, hasta hoy, era que los ¨¢rabes no nos merecemos democracias, porque en el fondo somos una mierda. El mundo ¨¢rabe sigue bajo las botas de reg¨ªmenes brutales. La revoluci¨®n tiene algo misterioso: llega un momento en el que el miedo se disipa. Est¨¢ sucediendo ahora. Los libios siempre supieron que Gadafi es un idiota que compraba a todo el mundo. Su r¨¦gimen es una combinaci¨®n de terror y dinero. Parecen haberle perdido el miedo. Creo que lo pr¨®ximo ser¨¢ una gran Intifada en Palestina. Pero una Intifada pac¨ªfica, con cientos de miles tomando las calles.
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