En manos de la oscuridad
La novela m¨¢s vendida en Jap¨®n en el a?o 2009 evoca el universo terminal de la novela de Orwell 1984, pero con un imaginario que le debe m¨¢s a Lewis Carroll, y abunda en repeticiones pedag¨®gicas y explicativas, destinadas a facilitar la comprensi¨®n de la historia incluso a lectores muy torpes y despistados. Todos los personajes que circulan por la narraci¨®n rozan el estereotipo, y muy especialmente la vieja dama justiciera y su guardaespaldas. Sentado el hecho de que esta vez Murakami ha querido moverse en un territorio muy pr¨®ximo al best seller, hay que decir que nos hallamos ante un artefacto narrativo que pretende atrapar al lector desde el principio, con la menci¨®n de los misteriosos seres que conforman la Little People, la peque?a gente de la oscuridad que est¨¢ siempre vigilante y que determina desde las sombras las conductas y los pensamientos de los personajes.
1Q84. Libros 1-2
Haruki Murakami
Traducci¨®n de Gabriel ?lvarez Mart¨ªnez / Jordi Mas L¨®pez
Tusquets / Emp¨²ries. Barcelona, 2011
744 / 784 p¨¢ginas. 26 euros
La primera parte de la novela tiende a ser bastante ralentizada, como si de una novela japonesa tradicional se tratara, pero en la segunda parte se remonta, sin perder una cierta morosidad que no decae ni siquiera en los momentos m¨¢s cr¨ªticos, y que en lugar de contribuir al realismo de la historia la llena de irrealidad.
La trama est¨¢ ubicada en 1984 y va desvelando las experiencias interiores y exteriores de un hombre y una mujer que se conocieron a los diez a?os, que se enamoraron de modo m¨¢s bien m¨ªstico y permanente, y que a esa misma edad se dejaron de ver. Los dos ignoran que conforman dos l¨ªneas paralelas que s¨®lo podr¨ªan juntarse en el infinito. Lo ignoran, pero a la vez lo saben de esa oscura forma con que lo sabe el inconsciente. Y tambi¨¦n ignoran que son vigilados y que est¨¢n en manos de la Little People, como otros personajes fundamentales de la historia.
Al mismo tiempo 1Q84 informa de la violencia de g¨¦nero, pero de forma bastante oportunista, y siguiendo la estela de Larsson. Pero hasta en ese territorio hay sorpresas, porque casi nunca en 1Q84 las cosas son lo que parecen, y como ya se indica en los primeros cap¨ªtulos, las apariencias enga?an casi siempre y sobre todo a los que carecen de mirada interior. La narraci¨®n trascurre en dos planos igualmente paralelos: 1984 y 1Q84. El primero representa el tiempo cotidiano y real, el segundo es sin embargo el tiempo de la oscuridad, de los fen¨®menos sobrenaturales, de la lucha entre los principios del bien y el mal, y del despertar de la Little People: una gente menuda y maligna que nos est¨¢ vigilando desde otra dimensi¨®n que se entrelaza ¨ªntimamente con nuestra realidad.
Al llegar al final del libro, el lector piensa que quedan demasiados cabos sueltos, entonces consulta en Internet y se percata de que el volumen que tiene en sus manos conforma solamente las dos primeras partes de una trilog¨ªa, y que a¨²n queda la tercera, para redondear a¨²n m¨¢s la imitaci¨®n de Millennium. No me parece el mejor proceder en una novela de las caracter¨ªsticas de 1Q84. Despu¨¦s de tanta morosidad y tantas escenas in¨²tilmente alargadas y tanta niebla argumental el lector quiere una m¨ªnima satisfacci¨®n, pero no se la dan.
Hasta ahora me hab¨ªa gustado Murakami, pero es el problema de los escritores demasiado endiosados: acaban creyendo que todo lo que sale de su cerebro es palabra de Dios.
Para los lectores que quieran conocer en el futuro el desenlace de la historia, les anuncio que las dos l¨ªneas paralelas acaban convergiendo y que esa otra dimensi¨®n oscura que se va anunciando desde el principio acaba conquistando palmo a palmo todo el tejido de la historia. El tono general es bastante apocal¨ªptico, y corriendo los tiempos que corren en Jap¨®n, es posible que al final Murakami tenga su parte de raz¨®n.
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