La ecologista gana y se va del pueblo
La justicia da la raz¨®n a Paca Blanco y ordena derribar un complejo tur¨ªstico de lujo en una localidad de C¨¢ceres - La activista sufre acoso y agresiones
Lo que para muchos es un sue?o a punto de hacerse realidad: disfrutar del macrocomplejo tur¨ªstico Marina Isla de Valdeca?as, en C¨¢ceres, para Paca Blanco, coordinadora de Ecologistas en Acci¨®n en la comarca de Campo Ara?uelo, es un infierno. Hace cinco a?os que sufre acoso y agresiones por haber denunciado la ilegalidad del complejo, construido en un paraje protegido, que pertenece a la red natura 2000, y que ha sido declarado por la UE como Zona de Especial Protecci¨®n de Aves (ZEPA) y Lugar de Inter¨¦s Comunitario (LIC). Muchos de los vecinos de El Gordo, municipio en el que se levanta el complejo, ven en las denuncias de Blanco una amenaza a los intereses econ¨®micos del pueblo, de 300 habitantes.
"Me lanzaron un c¨®ctel molotov que casi impacta en una bombona"
La sentencia ser¨¢ recurrida por la Junta ante el Tribunal Supremo
Marina Isla de Valdeca?as se encuentra a 160 kil¨®metros de Madrid, de donde proceder¨¢n muchos de sus clientes, algunos de ellos, seg¨²n Blanco, famosos del papel cuch¨¦, y contar¨¢ con dos hoteles de 4 y 5 estrellas; casi 200 villas de lujo; un campo de golf y un puerto deportivo. El entorno de esta urbanizaci¨®n tambi¨¦n es de lujo, est¨¢ ubicada en una isla del Embalse de Valdeca?as, enmarcada a por las Sierras de Gredos y de Las Villuercas.
Ecologistas en Acci¨®n lleva peleando en los tribunales desde 2007, cuando la Junta de Extremadura, entonces presidida por Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, aprob¨® un decreto para poder construir en la Isla de Valdeca?as, como Proyecto de Inter¨¦s Regional (PIR). Ahora el Tribunal Superior de Justicia ha dado la raz¨®n a los ecologistas por considerar que la urbanizaci¨®n no cuenta con las condiciones necesarias para ser un PIR, y por lo tanto ordena su derribo. La Junta recurrir¨¢ al Supremo.
El mi¨¦rcoles, d¨ªa en que se conoci¨® la sentencia, Blanco puso un fax a la Subdelegaci¨®n del Gobierno en C¨¢ceres pidiendo protecci¨®n. Ten¨ªa miedo de que las agresiones que, presuntamente, viene sufriendo estos ¨²ltimos cinco a?os pudieran acabar con una desgracia. Relata con aplomo que han tirado a su vivienda c¨®cteles molotov. "Uno de ellos estuvo a punto de impactar contra una bombona de butano", cuenta. Le han roto varias veces los cristales de sus ventanas, han lanzado contra su casa huevos, incendiado su buz¨®n y provocado da?os en su coche por valor de m¨¢s de 2.000 euros. Asegura que con ella no van a poder, pero tambi¨¦n reconoce que no quiere poner en peligro a su familia y, en concreto, a su nieto de seis a?os que vive con ella. As¨ª, ha puesto su casa en venta, quiere irse del pueblo.
"Agredirme y acosarme se ha convertido aqu¨ª en el deporte nacional. Hace cinco a?os lo hac¨ªa un grupo de menores, ahora han tomado el relevo otros. Lo hacen por lo que oyen en sus casas", dice. Los j¨®venes a quienes ha denunciado solo se han disculpado por el incidente del buz¨®n, el ¨²nico del que existen pruebas. Lo han hecho a petici¨®n del alcalde, que no quiso hacer declaraciones a este peri¨®dico.
Blanco, de 62 a?os y 20 como ecologista, est¨¢ acostumbrada a vivir con miedo. "Una vez en Navalmoral de la Mata (a 25 km de la Central Nuclear de Almaraz) me quemaron el coche por llevar una pegatina contra las centrales nucleares", relata.
Que no despierta simpat¨ªas en el pueblo es algo palpable. El propietario del Bar Las Cig¨¹e?as, Teodoro Guti¨¦rrez, lo confirmaba. "Esa mujer est¨¢ empe?ada en que por all¨ª pasan aves, y por all¨ª no pasa nada. Ha puesto el grito en el cielo, quiz¨¢s demasiado alto, y en esas condiciones no puede tener a nadie del pueblo de su lado; el complejo beneficia a los bares, las tiendas y da trabajo". Guti¨¦rrez sabe que se ha construido en zona protegida. "No pasa nada, no hace ning¨²n da?o", dice.A pesar de los sustos y sinsabores, Blanco est¨¢ satisfecha con el fallo de los tribunales. Sabe que no se va a derribar el macrocomplejo pero espera que se condene a los implicados en la iniciativa, por la que se recalific¨® 1,3 millones de metros cuadrados no urbanizables de especial protecci¨®n.
Ecologistas en Acci¨®n ha redactado un manifiesto de apoyo a Blanco, al que se est¨¢n adhiriendo colectivos conservacionistas, intelectuales y artistas como la escritora Rosa Reg¨¢s, el actor Alberto San Juan, el periodista y escritor, Isacc Rosa o los directores de Greenpeace y WWF-Espa?a, Mario Rodr¨ªguez y Juan Carlos del Olmo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.