El terremoto no es una cat¨¢strofe econ¨®mica
Los japoneses son diferentes. Es tan imposible no conmoverse con las im¨¢genes de sufrimiento y destrucci¨®n que nos llegan de Jap¨®n como lo es no sorprenderse con el estoicismo de las v¨ªctimas. Mientras que en otros pa¨ªses las escenas que siguen a una cat¨¢strofe suelen ser de p¨¢nico, desorden y saqueos, en Jap¨®n vemos largas filas de gente esperando en calma atenci¨®n m¨¦dica o comprando alimentos. Y rostros que reflejan un inimaginable dolor, que no se expresa con estridencias. Los japoneses merecen la admiraci¨®n y la solidaridad del mundo.
Los mercados financieros tambi¨¦n son diferentes. Pero de otra manera. Est¨¢n apostando a que la econom¨ªa japonesa se recuperar¨¢ antes de lo que las im¨¢genes de la devastaci¨®n podr¨ªan hacer pensar. Tambi¨¦n apuestan a que el impacto financiero en otros pa¨ªses ser¨¢ menor y que los efectos econ¨®micos a largo plazo no ser¨¢n significativos.
Los mercados est¨¢n apostando a una r¨¢pida recuperaci¨®n de Jap¨®n
Menos de una semana despu¨¦s del terremoto y del tsunami, con las plantas nucleares a¨²n incendi¨¢ndose y la Bolsa nipona en ca¨ªda, los fondos de inversi¨®n internacionales especializados en comprar acciones de empresas japonesas recibieron vol¨²menes r¨¦cord de dinero: en esa semana los inversores depositaron 956 millones de d¨®lares, cuando la semana anterior al terremoto el monto hab¨ªa sido de 180 millones.
Lo mismo pas¨® con la moneda. D¨ªas despu¨¦s de la tragedia, el yen alcanz¨® su nivel m¨¢s alto desde la II Guerra Mundial. Una moneda tan fuerte tiene efectos muy perniciosos para las exportaciones del pa¨ªs y causa m¨²ltiples desajustes internacionales. Por eso los bancos centrales de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos intervinieron con gran eficacia en los mercados de divisas, logrando estabilizar la moneda japonesa. Esto tambi¨¦n fue una novedad: la intervenci¨®n coordinada de los bancos centrales no ocurr¨ªa desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
El fortalecimiento del yen se debe a que los mercados anticiparon una masiva repatriaci¨®n de capitales japoneses depositados en otros pa¨ªses y monedas. Como este dinero tendr¨¢ que retornar para financiar la reconstrucci¨®n, aumentar¨¢ la demanda de yenes. Suponiendo que esto elevar¨ªa el valor de la moneda, los especuladores se lanzaron a comprar yenes. Pero en este caso algunos perdieron: la intervenci¨®n de los bancos centrales impidi¨® que la divisa nipona siguiera subiendo.
Quienes probablemente no van a perder son quienes han apostado a la r¨¢pida recuperaci¨®n de Jap¨®n. Si bien este accidente fue devastador, el estimado m¨¢s alto de sus costes es de 300.000 millones de d¨®lares, y la mayor¨ªa de los analistas lo sit¨²a m¨¢s bien en 200.000 millones de d¨®lares. Esta cifra equivale solo al 4% de la actividad econ¨®mica japonesa y al 1% de la riqueza del pa¨ªs. El columnista Martin Wolf recuerda que, en Jap¨®n, la crisis financiera mundial tuvo un impacto equivalente al 10% de su econom¨ªa. Si bien las im¨¢genes que vimos en Jap¨®n despu¨¦s de la crisis financiera no tuvieron el dramatismo de las que ahora observamos, la realidad es que el crash de 2009 afect¨® a un n¨²mero mucho mayor de japoneses.
El otro c¨¢lculo que est¨¢n haciendo los mercados financieros es que la recuperaci¨®n de Jap¨®n ser¨¢ tan veloz como la que se ha registrado en otras cat¨¢strofes. Garry Evans, del banco HSBC, estudi¨® los impactos financieros de los terremotos de Kobe (Jap¨®n) en 1995, Taiw¨¢n en 1999, Chile en 2010 y los ataques terroristas de 2001. Encontr¨® que tras una ca¨ªda inicial, las respectivas bolsas de valores se recuperaron a su nivel precat¨¢strofe entre 23 y 78 d¨ªas despu¨¦s, y 100 d¨ªas m¨¢s tarde estaban por encima de ese nivel. Adem¨¢s, las econom¨ªas afectadas por estos desastres crecen gracias al est¨ªmulo de las inversiones destinadas a la reconstrucci¨®n. En 2010, Chile sufri¨® un devastador terremoto y creci¨® al 5%.
Obviamente la tragedia de Jap¨®n tiene otros efectos negativos, ya que all¨ª est¨¢n los eslabones cr¨ªticos de muchas de las cadenas de suministro de las que depende la industria mundial, y ahora esos n¨®dulos est¨¢n parados. Las aseguradoras sufrir¨¢n y el futuro de la industria nuclear est¨¢ en cuesti¨®n. A esto ¨²ltimo tambi¨¦n le apuestan los inversores: el precio del uranio ha ca¨ªdo un 30%.
mnaim@elpais.es
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