?ltima parada: una chabola en el campo

Hoy a las ocho de la ma?ana vienen. Llegan para demoler el lugar que ha sido su casa desde hace tres a?os. No son hogares est¨¢ndar, uno es un autob¨²s, y el otro una caravana, pero han sido creados con trabajo y amor. En el autob¨²s vive Fran Stan, su esposa Grazieria y ocho de sus hijos. Al lado, en la caravana, est¨¢ la hija mayor, Persida, que vive con su esposo Cipri¨¢n y sus dos hijos, que pronto, en un par de meses, ser¨¢n tres.

La familia, de origen rumano, lleva desde 2008 en el camino de Fuencarral a Hortaleza, en Las Tablas, al norte de la capital. Se instalaron all¨ª cuando el jefe de Stan, que ten¨ªa un negocio de veh¨ªculos que ¨¦l vigilaba, les dio un autob¨²s. Entonces, salieron de la Ca?ada Real, donde, seg¨²n Stan, "la vida era muy conflictiva". "Estamos muy bien aqu¨ª, ?qu¨¦ vamos hacer?", se lamentaba ayer en un castellano perfecto delante del viejo autob¨²s. Todos los ni?os de la familia que est¨¢n en edad escolar van al colegio de al lado. Ayer disfrutaron del d¨ªa casi veraniego correteando y alternando el rumano y el castellano para comunicarse.

La familia tiene preparada una caseta a 50 minutos de su lugar actual

"No nos queremos ir de aqu¨ª, estamos muy bien", afirma Stan, el padre

La polic¨ªa les visit¨® el s¨¢bado para decirles que los desalojar¨ªan hoy. A finales de 2010 el Ayuntamiento mand¨® una orden administrativa que requer¨ªa la salida voluntaria de varias familias rumanas que viv¨ªan en chabolas por la zona. Todos se marcharon menos la familia de Stan. "No ten¨ªan los papeles para echarnos, as¨ª que nos quedamos", explica el padre.

Ahora, el Consistorio tiene los papeles necesarios. El Ayuntamiento les mand¨® una carta el pasado 10 de marzo en la que hac¨ªa referencia a una sentencia del Juzgado n¨²mero 19 de Madrid y les requer¨ªa a que procedieran "de forma inmediata al desalojo de personas y enseres". En caso de no salir voluntariamente, se proceder¨ªa "a la ejecuci¨®n forzosa por parte de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad".

Dos voluntarios de la parroquia de Santo Domingo de la Calzada, al sur de Madrid, cargaban su coche ayer con las pertenencias de la familia. Victoria, una voluntaria, explicaba que la familia tiene preparada una peque?a chabola "en el campo". Nadie quiere decir d¨®nde est¨¢ para que las autoridades no los sepan. Solo confirma que "est¨¢ muy lejos de aqu¨ª". Seg¨²n Victoria, a 50 minutos en transporte publico. Por eso, ella teme que la distancia haga casi imposible que los ni?os puedan seguir yendo a su colegio. "Va a ser una pena enorme si pierden est¨¢ oportunidad", dice.

Stan y su mujer llegaron a Espa?a desde Ruman¨ªa en 2001. En octubre de 2011 har¨¢ 10 a?os que se empadronaron y, seg¨²n ellos, tendr¨¢n "derecho a pedir una casa". Hasta entonces, necesitar¨¢n ayuda de los servicios sociales para conseguir un techo digno, pero no creen que puedan ayudarles a buscar la estabilidad que necesitan.

En Las Tablas la familia tiene agua y luz. Pero no de forma convencional. Un empalme casero les conecta al alumbrado p¨²blico, y el agua corriente la sacan de una toma de agua en la calle. La llevan en cubos al lavabo y la ducha que tiene instalados en el autob¨²s.

A unos 150 metros, en el bajo de un bloque de pisos nuevos est¨¢ el bar El Rinc¨®n de las Tablas. El due?o, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªn, lleva cuatro a?os aqu¨ª y afirma que la familia del autob¨²s "no causa problemas".

Un coche de la polic¨ªa pasa y Stan lo se?ala: "Mira, los agentes que nos dijeron que nos tenemos que ir". Pero no cree que sea su responsabilidad. "La culpa la tienen los del juzgado que ni se ha pasado a ver la realidad".

Stan lo tiene claro: "No nos queremos ir. Mis hijos est¨¢n bien aqu¨ª. No quieren perder su cole". Pero parece que la "ejecuci¨®n forzosa" del desalojo est¨¢ ya en marcha y que cuando usted lea este art¨ªculo las dos peque?as casas, el autob¨²s y la caravana, habr¨¢n sido demolidos.