Aguirre inaugura un ala del Cl¨ªnico con cuatro plantas a¨²n en obras

Esperanza Aguirre es de esas jefas que todo lo supervisan, lo preguntan y, si es menester, lo critican. Es legendaria su propensi¨®n a pedir cambios y mejoras en el ¨²ltimo momento, cuando toca presentar las estaciones, los trenes o los hospitales en cuesti¨®n. Cuando inaugur¨® el metro ligero dijo que le parec¨ªan "molest¨ªsimas" las "campanitas" que se o¨ªan al acercarse a las paradas y que hab¨ªa que quitarlas. "Hay que echarle tres en uno", a?adi¨® sobre el traqueteo de los vagones. En una visita al puerto de Navacerrada, cambi¨® el discurso oficial porque no le gustaba el plan dise?ado por su propio Gobierno. Ayer, durante la "inauguraci¨®n de la nueva ala norte" del hospital Cl¨ªnico, hizo la auditor¨ªa de rigor. Inspeccion¨® pasillos, mostradores, salas de espera, habitaciones y hasta los lavabos. "?Por qu¨¦ has hecho tan grande el ba?o?", le solt¨® al arquitecto.

La reforma oblig¨® a dispersar a 650 trabajadores entre siete hospitales

El centro sustituye habitaciones de cuatro camas por otras de una o dos

Pero su visita no fue todo lo concienzuda que cab¨ªa esperar. Los numerosos asesores le dise?aron un recorrido perfectamente calculado: entr¨® por el moderno hall principal, mont¨® en un ascensor y sali¨® directamente a la planta octava, ya remodelada, rematada y que luc¨ªa incluso carritos bien surtidos de medicamentos, cuando a¨²n no hay pacientes ni se los espera hasta, m¨ªnimo, el 15 de abril. De all¨ª volvi¨® al ascensor y baj¨® a la sexta planta, donde tambi¨¦n pudo comprobar que las nuevas habitaciones (160 dobles y 131 individuales) son amplias, confortables y tienen, es cierto, unos ba?os muy grandes. Nada que ver con lo que hab¨ªa sido este hospital, que hasta hace apenas a?o y medio a¨²n conservaba en el ala norte, la m¨¢s antigua, estancias para cuatro y seis pacientes con ba?os compartidos en los pasillos.

Aguirre dio su discurso, la condujeron de nuevo al ascensor y, de all¨ª, a la planta baja y a la calle y al coche oficial. Solo habr¨ªa tenido que bajarse en las plantas cuarta, tercera, segunda o primera para comprobar que las obras de la zona de hospitalizaci¨®n del ala norte no est¨¢n, ni mucho menos, terminadas. El hospital se cuid¨® mucho de que las puertas met¨¢licas de acceso al ala norte desde la sur estuvieran ayer cerradas con llave y de que los ascensores no permitieran acceder a las plantas a¨²n en obras. Lo que se ve¨ªa en esos pasillos dif¨ªcilmente hubiera conseguido la aprobaci¨®n de la presidenta: paredes sin rematar, cables colgando del techo, carretillas de obra, generadores y sacos por los pasillos, habitaciones convertidas en almacenes improvisados...

Lo que Aguirre inaugur¨® ayer fue, si acaso, la mitad de la nueva ala norte. La empresa encargada de la reforma solo ha entregado cuatro plantas, de la quinta a la octava. El resto, excepto la primera y la planta baja, que a¨²n tardar¨¢n m¨¢s -hasta pasadas las elecciones, seg¨²n fuentes del hospital-, podr¨ªan ir remat¨¢ndose a partir de mediados de abril. Es decir, demasiado tarde para que la presidenta pudiera pasear por sus relucientes pasillos sin incumplir la recientemente reformada ley electoral. Era ahora (antes del martes 29) o nunca.

No es, ni mucho menos, la primera vez que Aguirre se hace la foto en un hospital inacabado. En la campa?a de 2007, sin embargo, solucionaba la papeleta llamando al evento "visita a las obras culminadas", entre otros circunloquios. Ayer ni se molest¨®. Empez¨® su intervenci¨®n asegurando que estaba all¨ª para "inaugurar la nueva ala norte" del hospital Cl¨ªnico. Las obras, record¨®, empezaron en octubre de 2009. Hubo que cerrar 380 camas y trasladar a 650 trabajadores, que quedaron dispersados entre siete hospitales: Gregorio Mara?¨®n, Carlos III, La Paz, Santa Cristina, Ni?o Jes¨²s, Rodr¨ªguez Lafora (psiqui¨¢trico) y Cruz Roja. Ellos, y los pacientes, que han tenido que ir a uno u otro hospital seg¨²n de qu¨¦ especialidad necesitasen consulta.

Con la reforma del ala norte de hospitalizaci¨®n, se?al¨® ayer Aguirre, concluye la segunda fase de modernizaci¨®n del hospital Cl¨ªnico, que incluy¨® la ampliaci¨®n de las urgencias y sigue con la construcci¨®n de un Instituto de Salud Mental. En realidad, el centro acumula dos d¨¦cadas de obras casi ininterrumpidas. Se ha ido reformando poco a poco y sin detener la actividad. La presidenta aprovech¨® para dar las gracias a los trabajadores y los usuarios por su paciencia. Y tuvo su momento emotivo: "Para m¨ª es una satisfacci¨®n enorme y me produce una gran emoci¨®n volver al hospital Cl¨ªnico San Carlos, que yo eleg¨ª, con un gran acierto por mi parte, para tratarme de la dolencia que ten¨ªa y para ser operada aqu¨ª", asegur¨®, sobre su intervenci¨®n de un c¨¢ncer de mama el pasado 22 de febrero.

Aguirre no pudo irse del hospital por donde hab¨ªa entrado. "Hay que buscar otra salida", comentaban los escoltas de la presidenta mientras ella firmaba en el libro de visitas y se desped¨ªa. Trataban as¨ª de evitar que volviera a encontrarse con la treintena de trabajadores -muchos pertenecientes al sindicato MATS- que la hab¨ªan recibido con pancartas, pitidos y gritos de "Sanidad p¨²blica" y "Menos inauguraciones y m¨¢s contrataciones" en la puerta principal. Se hicieron notar pese a que varios guardias de seguridad los arrinconaron en una esquina. Aguirre pas¨® -con cierta dificultad porque se form¨® una aglomeraci¨®n en el camino al ascensor- sin inmutarse.