Una carrera contra la c¨¢rcel

El detenido vio la que se le ven¨ªa encima y no le dio demasiadas vueltas: empuj¨® al mosso d'esquadra que le custodiaba y ech¨® a correr. Nadie, ni el vigilante del juzgado de guardia de Reus (Baix Camp), pudo detenerle. El huido debi¨® pensar que no hab¨ªa para menos. El juez acababa de ordenar su ingreso en prisi¨®n. Anoche era libre. Pero los Mossos d'Esquadra peinaban su barrio. El fugado est¨¢ en busca y captura.

El abandono inesperado del juzgado ocurri¨® el jueves pasado. A las siete de la tarde los agentes sub¨ªan, como suelen hacer, a un detenido. El juez ten¨ªa que ver su expediente y decidir qu¨¦ hac¨ªa con ¨¦l. El caso en cuesti¨®n no presagiaba nada bueno: el sujeto, de unos 25 a?os, ten¨ªa numerosos antecedentes por robos.

Su abogado se ausent¨® un momento para deliberar con el magistrado. ?l se qued¨® con el mosso que le custodiaba. Juntos y sin esposas. Algo que, seg¨²n una portavoz policial, no es tan raro. Al volver, su abogado le dio la noticia: "Entras en prisi¨®n". Entonces el hombre, de etnia gitana, corri¨®. Corri¨® hasta alcanzar la calle y la libertad que estaba a punto de perder. A ¨²ltima hora de ayer, los Mossos d'Esquadra no hab¨ªan dado todav¨ªa con ¨¦l.

Los intentos de fuga en los juzgados son m¨¢s habituales de lo que puede parecer. La semana pasada un menor magreb¨ª caminaba por la Ciudad de la Justicia de Barcelona custodiado por una pareja de mossos d'esquadra. El joven mov¨ªa la cabeza y protestaba mientras era llevado a la fuerza ante el fiscal de menores. Se tem¨ªa lo peor. Aprovech¨® un despiste para deshacerse de los agentes. Y empez¨® a correr como alma que lleva el diablo. Un polic¨ªa le dio el alto. ?l sigui¨® su camino a la salida, por donde entraba el sol de mediod¨ªa. Los vigilantes de seguridad andaban despistados. Pero un ciudadano an¨®nimo le par¨® los pies. Los mossos se le echaron encima y ya solo atin¨® a gritar: "?Que alguien me ayude!".