Portugal no se da por vencida
El partido que gane las elecciones anticipadas deber¨¢ aplicar un plan de ajuste muy duro
Jos¨¦ S¨®crates es un apasionado de las carreras de fondo. No es raro verle correr en un marat¨®n en Portugal o en el extranjero. Sostienen los especialistas que el corredor de fondo requiere un cerebro y un cuerpo entrenados para resistir el cansancio y el dolor. Y una gran capacidad de lucha, obsesiva incluso, por alcanzar una meta. El personaje encaja a la perfecci¨®n con el perfil del fondista. Su carrera pol¨ªtica ha estado plagada de obst¨¢culos que ha ido superando con una determinaci¨®n fuera de lo com¨²n, dejando en el camino un reguero de enemigos dispuestos a pasarle factura. En sus horas bajas, el primer ministro portugu¨¦s encara un doble desaf¨ªo colosal: recuperar en las urnas la legitimidad para gobernar que le acaba de negar el Parlamento y lograr la recuperaci¨®n econ¨®mica de Portugal sin pedir ayuda externa. En una partida de p¨®quer pocos apostar¨ªan a estas dos cartas. Pero este hombre nunca se da por vencido.
S¨®crates lleg¨® el jueves al Consejo Europeo con las manos vac¨ªas
En n¨²meros redondos, Portugal debe pagar 80.000 millones este a?o
El BCE ya ha intervenido en la pr¨¢ctica mediante la compra de bonos
Todos los partidos rechazaron su ¨²ltimas medidas de austeridad
El Gobierno en funciones no lo tendr¨¢ f¨¢cil hasta la cita con las urnas
El primer ministro asegur¨® en Bruselas que el pa¨ªs no necesita un rescate
La sociedad civil portuguesa parece despertar de d¨¦cadas de letargo
Hay gran malestar en los sectores m¨¢s afectados por los recortes del gasto
S¨®crates lleg¨® el jueves al Consejo Europeo de Bruselas como jefe de Gobierno en funciones y con las manos vac¨ªas. La v¨ªspera, todos los partidos de oposici¨®n, desde la derecha a la izquierda radical, hab¨ªan rechazado en la Asamblea de la Rep¨²blica las nuevas medidas de austeridad incorporadas al Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que hab¨ªa consensuado en d¨ªas anteriores con las instituciones comunitarias y la canciller alemana, Angela Merkel. Cuarenta y ocho horas despu¨¦s, regres¨® a Lisboa con el apoyo inequ¨ªvoco de los socios de la zona euro a su plan de ajuste. En el momento m¨¢s cr¨ªtico para Portugal, el socialista S¨®crates puede exhibir el respaldo no solo de su amigo Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sino de l¨ªderes de la derecha europea como la propia Merkel, Nicolas Sarkozy y Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso y del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet. Parad¨®jicamente, estos l¨ªderes discrepan abiertamente del conservador Partido Social Dem¨®crata (PSD), su aliado portugu¨¦s en el Partido Popular Europeo, por colocar al pa¨ªs al borde del abismo al provocar la dimisi¨®n del primer ministro.
El 12 de marzo pasado, centenares de miles de portugueses salieron a la calle en Lisboa, Oporto y otras ciudades para protestar contra la precariedad laboral. "Protestamos por el derecho al trabajo, a la educaci¨®n y al reconocimiento de calificaciones, competencia y experiencia, que se refleje en salarios y contratos dignos", dec¨ªa la convocatoria bajo el t¨ªtulo "gera??o ¨¤ rasca" (generaci¨®n en apuros), efectuada a trav¨¦s de Facebook por un grupo de amigos, antiguos compa?eros de Facultad, al margen de los partidos y sindicatos. Una convocatoria que parec¨ªa de broma dio pie a una de las mayores movilizaciones desde la revoluci¨®n del 25 de abril de 1974.
El despertar de la sociedad civil
Fue una sorpresa may¨²scula para pol¨ªticos y analistas, que trataban de interpretar el fen¨®meno y empezaron a imaginar un escenario nuevo, con un protagonista llamado sociedad civil, que parec¨ªa despertar de un letargo de d¨¦cadas. No fueron solo j¨®venes sin futuro quienes abarrotaban el centro de Lisboa. All¨ª hab¨ªa gente de todas las edades y condiciones. "El pa¨ªs est¨¢ en apuros", dec¨ªa la pancarta que abr¨ªa la manifestaci¨®n. La precariedad laboral tiene cifras: Portugal es uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con mayor porcentaje de trabajadores temporales (14%). Tres de cada diez empresas portuguesas tienen empleados sin contrato. El desempleo alcanza el 11,2% de la poblaci¨®n activa.
No cabe duda de que el malestar es generalizado en amplios sectores de la poblaci¨®n que padecen los efectos de la crisis y los sucesivos planes de ajuste aprobados por el Gobierno. El PEC 1 (marzo de 2010) introduc¨ªa recortes a las deducciones y beneficios fiscales, subida de impuestos a los salarios superiores a 150.000 euros anuales, suspensi¨®n de grandes obras p¨²blicas y reducci¨®n del gasto social. El PEC 2 (junio de 2010) supuso un duro golpe a los m¨¢s desfavorecidos, con el recorte de subsidios sociales que afect¨® a muchos beneficiarios del bono familiar, el aumento del IVA al 21% y del impuesto equivalente al IRPF entre 1% y 1,5%. Por ¨²ltimo, el PEC 3 (noviembre de 2010) supuso un recorte del 5% de promedio de los salarios de los empleados p¨²blicos y un nuevo aumento del IVA, hasta el 23%.
El 12 de marzo se respiraba decepci¨®n y cabreo contra los pol¨ªticos. Nadie hablaba todav¨ªa de elecciones anticipadas, aunque empezaba a respirarse un ambiente de crisis generado por las nuevas medidas de austeridad que anunci¨® al pa¨ªs la noche anterior el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos. Sal¨ªa a la luz la cuarta versi¨®n del PEC, que hab¨ªa sido negociado con la Comisi¨®n Europea y el BCE, cuyas misiones t¨¦cnicas hab¨ªan estado en Lisboa varios d¨ªas. S¨®crates, por su parte, presentaba el plan en la reuni¨®n del Eurogrupo que se celebr¨® el mismo d¨ªa en Bruselas.
Cuarto plan de ajuste
El PEC 4 consiste en un nuevo cat¨¢logo de austeridad para lograr un ahorro del 0,8% del PIB hasta fin de a?o, del 2,5% en 2012 y del 1,2% en 2013, y garantizar as¨ª el cumplimiento de las metas de consolidaci¨®n presupuestaria y reducci¨®n del d¨¦ficit los pr¨®ximos tres a?os. Este es el asunto que preocupa de verdad a los socios de la eurozona: lograr una reducci¨®n del d¨¦ficit hasta el 4,6% del PIB en 2011, del 3% en 2012 y del 2% en 2013. La v¨ªa elegida para lograrlo importa menos. Es decisi¨®n del Gobierno portugu¨¦s, dicen los responsables comunitarios.
Tres de las medidas que contiene el nuevo programa de austeridad provocaron el rechazo frontal de los partidos de oposici¨®n, especialmente los de izquierda: un impuesto extraordinario a las pensiones superiores a 1.500 euros mensuales y el congelamiento de las restantes, exceptuando las pensiones m¨ªnimas; privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas en sectores como construcci¨®n, energ¨ªa, servicio postal, infraestructuras aeroportuarias y transporte ferroviario; y reducci¨®n de las deducciones fiscales en gastos de salud y educaci¨®n y de los beneficios fiscales de las empresas.
Los acontecimientos se precipitaron a un ritmo vertiginoso. Nadie dudaba de que el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista dar¨ªan la espalda a las nuevas medidas, tal y como hicieron con las tres versiones anteriores del PEC. La situaci¨®n dio un vuelco con el cambio de postura del principal l¨ªder de la oposici¨®n, Pedro Passos Coelho, jefe de filas del PSD, que hasta ahora hab¨ªa apoyado al Gobierno socialista (sin mayor¨ªa parlamentaria), al hacer posible la aprobaci¨®n de los presupuestos del Estado para 2011 y de los otros tres PEC.
Esta vez, el presidente del PSD dijo al Gobierno que no contara con su partido y anunci¨® el rechazo a las medidas de austeridad. Sonaron tambores de crisis pol¨ªtica, porque sin el apoyo del mayor partido de la oposici¨®n (con el voto a favor o la abstenci¨®n), el Ejecutivo no lograr¨ªa la aprobaci¨®n del PEC en el Parlamento. Estaba descontado el no de los partidos a la izquierda del PS y del derechista Centro Democr¨¢tico Social (CDS). La misma semana, varios ministros y el propio S¨®crates contribuyeron a agitar las aguas al afirmar que sin la aprobaci¨®n del PEC no habr¨ªa condiciones para gobernar. El runr¨²n de una crisis pol¨ªtica que podr¨ªa desembocar en elecciones anticipadas se extendi¨® como una mancha de aceite.
Errores de forma empujan la ca¨ªda
El giro copernicano del PSD tiene que ver m¨¢s con la forma que con el fondo. No es de recibo, han reiterado varios dirigentes del partido conservador, que el primer ministro presente el programa de austeridad en Bruselas y deje a su ministro de Finanzas que lo haga en Portugal, que no consulte previamente dicho programa con los partidos parlamentarios y que no informe al presidente, An¨ªbal Cavaco Silva. S¨®crates fue blanco de los ataques de la oposici¨®n y de buena parte de los medios de comunicaci¨®n, que le acusaron una vez m¨¢s de arrogante y de despreciar a las instituciones, empezando por la Presidencia de la Rep¨²blica.
?Justifica un problema de forma la ca¨ªda de un Gobierno? El PSD hizo c¨¢lculos y concluy¨® que ha llegado la hora de lanzar un ¨®rdago, negando el apoyo parlamentario al Ejecutivo. No es una decisi¨®n un¨¢nime en las filas del partido, pero su l¨ªder, Passos Coelho, no ha tenido otra opci¨®n que encabezar la estrategia de acoso y derribo si no quiere poner en riesgo su puesto. "Passos Coelho est¨¢ bajo una intensa presi¨®n interna en el partido para forzar la ca¨ªda de S¨®crates", dice Filipe Lu¨ªs, editor ejecutivo del semanario Vis?o. "Su dilema es elecciones legislativas o elecciones internas en el PSD".
La suerte estaba echada el d¨ªa 23 cuando empez¨® el debate parlamentario del PEC 4, que Portugal deber¨ªa presentar a la Comisi¨®n Europea no m¨¢s tarde del 15 de abril. S¨®crates apenas estuvo en el hemiciclo la primera media hora que dur¨® el discurso inaugural del ministro de Finanzas. Todos los grupos parlamentarios reafirmaron su posici¨®n de rechazo frontal a las medidas de austeridad. Prevalecieron los ataques al primer ministro ausente por encima de las alternativas al programa del Gobierno. Esta fue la t¨®nica de muchas intervenciones, especialmente la de la diputada del PSD, Manuela Ferreira Leite, candidata a jefa de Gobierno en las ¨²ltimas elecciones legislativas, que representa el polo apuesto a Passos Coelho en el partido.
Los diputados no votaron el PEC, propiamente, sino los proyectos de resoluci¨®n en contra presentados por todos los grupos de la oposici¨®n. El resultado fue equivalente a una moci¨®n de censura, porque el Partido Socialista que respalda al Gobierno se qued¨® solo y en minor¨ªa en las cinco votaciones. Minutos despu¨¦s de levantarse la sesi¨®n en la Asamblea de la Rep¨²blica, el primer ministro entraba en el palacio presidencial de Belem para presentar la dimisi¨®n a Cavaco Silva, en una reuni¨®n breve, de la que no se difundieron im¨¢genes. S¨®crates dirigi¨® despu¨¦s un mensaje a la naci¨®n, en el que dijo haber sido derribado "por una coalici¨®n negativa", al referirse a los votos coincidentes de derecha e izquierda radical, y dibuj¨® un escenario cercano a la cat¨¢strofe para Portugal.
La decisi¨®n de disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas en un plazo m¨ªnimo de 55 d¨ªas corresponde al presidente de la Rep¨²blica. Mientras tanto, el Gobierno en funciones no lo tendr¨¢ f¨¢cil hasta la cita con las urnas. En su nueva condici¨®n de primer ministro en funciones, S¨®crates reiter¨® en Bruselas que Portugal tiene condiciones para financiarse en el mercado y no precisa ayuda externa. Tajante a la hora de rechazar un eventual rescate financiero, dijo: "S¨¦ lo que signific¨® para griegos e irlandeses, y no deseo esto para mi pa¨ªs".
Endeudamiento millonario
Los tres primeros meses de 2011 Portugal ha tenido que desembolsar 10.756 millones de euros para vencimientos de deuda. El mes pr¨®ximo tendr¨¢ que pagar 4.532 millones de euros, y el 15 de junio asoma como la fecha fat¨ªdica, porque el Tesoro necesitar¨¢ 4.957,6 millones para el mayor pago de deuda vencida del a?o, m¨¢s otros 2.000 millones de intereses de varios pr¨¦stamos. Para conseguir el dinero, el Instituto de Gesti¨®n de Tesorer¨ªa y de Cr¨¦dito P¨²blico (IGCP) tiene que emitir peri¨®dicamente obligaciones de corto, medio y largo plazo, con una penalizaci¨®n insostenible que, en algunos casos, ha superado el 8% de inter¨¦s. Hasta el 9 de marzo, hab¨ªa colocado m¨¢s de 11.000 millones de euros en t¨ªtulos de deuda soberana.
No solo el Estado tiene en el cuello la soga del elevado endeudamiento. Seg¨²n cifras del IGCP, el sector privado debe este a?o 20.000 millones de euros; el sistema financiero, 15.000 millones, y las grandes empresas, 1.500. En n¨²meros redondos, Portugal tendr¨¢ que pagar a lo largo de 2011 unos 80.000 millones de euros, cerca de la mitad del PIB (165.000 millones). En las actuales condiciones de los mercados, que aprovechan para mantener la presi¨®n de los elevados tipos de inter¨¦s, la ¨²ltima esperanza del Gobierno para evitar la intervenci¨®n externa es que el reforzamiento y la flexibilizaci¨®n del Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEG), cuyos detalles no est¨¢n perfilados, le d¨¦ un respiro al intervenir en el mercado primario con la compra de t¨ªtulos de deuda p¨²blica de los pa¨ªses de la eurozona a intereses razonables. En la pr¨¢ctica, Portugal est¨¢ siendo ayudado desde el exterior, por el Banco Central Europeo (BCE), que ya ha intervenido mediante la compra de t¨ªtulos de deuda lusa cuando los tipos se mantienen en niveles insoportables.
Tras el estallido de la crisis pol¨ªtica, las consecuencias son imprevisibles. Todos los partidos coinciden en que los pr¨®ximos meses, antes y despu¨¦s de las elecciones, ser¨¢n dif¨ªciles. "Gane quien gane en las urnas, tendr¨¢ que aplicar un plan de austeridad muy duro. La crisis es muy seria y de larga duraci¨®n", advert¨ªa en un debate de televisi¨®n Jos¨¦ Pacheco Pereira, historiador y diputado del PSD, una de las voces m¨¢s cr¨ªticas de S¨®crates, pero que no comparte la v¨ªa elegida por su partido para provocar la dimisi¨®n del primer ministro.
"S¨®crates insiste con su discurso de que no gobierna con ayuda externa, a pesar del alto precio que est¨¢ pagando para financiar la deuda p¨²blica. Es un patriotismo incomprensible. Sabe que m¨¢s pronto que tarde tendr¨¢ que pedir ayuda", se?ala Pacheco Pereira, que acusa al primer ministro de haber provocado la crisis "para salvar la piel", y al PSD de "caer en la trampa", al votar contra el PEC "sin presentar ninguna alternativa".
Tras el fracaso de un Gobierno en minor¨ªa, aumentan las voces que reclaman un Ejecutivo con "consenso alargado", con amplia base parlamentaria. Una suerte de Gobierno de coalici¨®n. A dos meses de las elecciones, el clima de polarizaci¨®n pol¨ªtica que vive Portugal impide imaginar una coalici¨®n entre el PSD y el PS, los dos partidos mayoritarios, si el resultado electoral negara la mayor¨ªa a cualquier otra combinaci¨®n. De momento, nadie parece dispuesto a enarbolar la bandera blanca. La carrera de fondo no ha terminado.
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