Boda forzosa, mejor prohibida
Los casos de menores casadas a la fuerza plantean su conversi¨®n en delito - Catalu?a sigue los pasos de Reino Unido, que lo persigue desde un departamento especial
Cuando Mar¨ªa (nombre ficticio) pis¨® L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) se busc¨® la vida para decirle a una maestra suya en Italia lo que le ocurr¨ªa: la hab¨ªan casado a la fuerza con su primo. La cr¨ªa, de 16 a?os, le env¨ªo un mensaje de texto desde el m¨®vil y le indic¨® d¨®nde se encontraba. La maestra contact¨® con los Mossos d'Esquadra, que la rescataron de lo que consideran un matrimonio forzado, que acarre¨® abusos sexuales y violencia. Mar¨ªa naci¨® en un peque?o pueblo del Atlas, en Marruecos.
Mar¨ªa cumple con el perfil de mujer que puede ser v¨ªctima de una boda forzosa: es menor de edad, procede de una zona rural y de un pa¨ªs musulm¨¢n, donde este tipo de pr¨¢cticas siguen vigentes en algunas ¨¢reas.
La justicia va contra los enlaces indeseados porque implican abusos
Las v¨ªctimas son menores cuyas familias proceden de zonas rurales
En Marruecos, el 10% de los enlaces en zonas rurales afecta a menores
"No hay nada en la doctrina del islam que lo tolere", afirma una experta
Los enlaces muchas veces se arreglan entre primos, lo que reduce a¨²n m¨¢s el margen de maniobra de la mujer. Cuando Nacira, la mujer cuyo marido mantuvo encerrada en Viladecans (Barcelona), acudi¨® a su madre para denunciar lo que ocurr¨ªa, esta le contest¨® que as¨ª era el matrimonio en la familia a la que pertenec¨ªan marido y mujer.
Mar¨ªa, sin embargo, part¨ªa con ventaja: llevaba nueve a?os viviendo en la regi¨®n italiana de Lombard¨ªa, lo que le hab¨ªa permitido salir de su peque?o c¨ªrculo en el Atlas y conocer otras maneras de ver el mundo. Mar¨ªa sab¨ªa que no ten¨ªa por qu¨¦ soportar esa situaci¨®n contra su voluntad y decidi¨® ponerle fin.
No todas las potenciales v¨ªctimas de enlaces indeseados pueden decir lo mismo. "La educaci¨®n es la herramienta fundamental para que la mujer conf¨ªe en sus posibilidades, venga de donde venga", explica Laure Rodr¨ªguez, presidenta de la Uni¨®n de Mujeres Musulmanas de Espa?a y trabajadora social desde hace m¨¢s de 20 a?os.
El C¨®digo Penal no persigue el matrimonio forzoso como tal. Ni en Espa?a ni en la inmensa mayor¨ªa de pa¨ªses. Existen formas de perseguirlo, porque suele llevar aparejados otros delitos: agresi¨®n sexual, detenci¨®n ilegal, violencia en el hogar e incluso secuestro. ?Es esto suficiente para evitar el sometimiento de decenas de mujeres o ser¨ªa necesaria una reforma penal? Aunque parezca raro, las bodas forzosas son una realidad (no cuantificada) en Espa?a.
El Partido Popular anunci¨® el viernes, a ra¨ªz del caso de Mar¨ªa, que plantear¨¢ una iniciativa legislativa en el Congreso para que este tipo de enlaces no consentidos tenga un lugar en el C¨®digo Penal. Los expertos no expresan una opini¨®n un¨¢nime. La exdirectora del plan de seguridad contra la violencia machista de la Generalitat, Alba Garcia, no alberga ninguna duda: "Ser¨ªa una forma de dar visibilidad a esta realidad oculta y de perseguirla con m¨¢s fuerza. M¨¢s a¨²n: deber¨ªa poderse juzgar un enlace de este tipo aunque se haya producido fuera de Espa?a", afirma. Garc¨ªa pide algo similar a lo que ya ocurre con la mutilaci¨®n genital femenina, que se persigue sin distinci¨®n del lugar donde se practica.
La profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad de Barcelona, Dolors Bramon, expresa ciertas dudas sobre la eficacia de esa medida: "Ser¨ªa dif¨ªcil de probar. El problema es que, muchas veces, la v¨ªctima no es consciente de que lo es y vive el enlace como una situaci¨®n normal".
El soci¨®logo y experto en islam Jordi Moreras considera que la justicia debe intervenir en casos puntuales, cuando se infringe la ley; por ejemplo, "cuando una mujer ha sido violada". Pero insiste en diferenciar esos hechos de los "matrimonios concertados", que atribuye m¨¢s a un prop¨®sito de las familias de mantener ciertas tradiciones muy arraigadas, a¨²n hoy, en algunas zonas de una franja geogr¨¢fica muy amplia que abraza desde el Magreb hasta Pakist¨¢n. "Solo con un cambio legal no se cambiar¨¢n las conciencias", dice Moreras.
Catalu?a inici¨® en 1999 la lucha contra estos enlaces y es la ¨²nica comunidad aut¨®noma que dispone de datos. Los Mossos d'Esquadra aseguran haber evitado 44 matrimonios forzados. En el resto de Espa?a, la polic¨ªa trabaja con denuncias concretas, pero no lleva un seguimiento espec¨ªfico. El Gobierno catal¨¢n se basa en el modelo del Ministerio de Exteriores brit¨¢nico, donde existe un departamento especializado desde hace una d¨¦cada.
Solo en 2010, la Unidad de Matrimonios Forzados de aquel pa¨ªs recibi¨® 1.735 solicitudes de intervenci¨®n. El 86% afectaba a mujeres y el 14%, a hombres. "No creemos que los datos reflejen una realidad que, a nuestro entender, es a¨²n peor", asegura por escrito un portavoz del Foreign Office.
Una de cada cinco v¨ªctimas era menor de edad. Seg¨²n un estudio de Unicef, en el mundo hay 60 millones de ni?as v¨ªctimas potenciales de esos enlaces. En Reino Unido existe, desde 2007, una ley que protege a las v¨ªctimas. "Es necesario un marco legal para enviar el mensaje de que es una pr¨¢ctica abusiva y que no se permitir¨¢", indica ese portavoz. La medida, a?ade, debe ir acompa?ada de la formaci¨®n de todos los estamentos sociales.
La pr¨¢ctica no afecta exclusivamente a mujeres marroqu¨ªes. "El matrimonio forzado no es un problema espec¨ªfico de una ¨²nica comunidad, etnia o religi¨®n. Nosotros trabajamos con casos de Oriente Pr¨®ximo, ?frica, Europa del Este e incluso otros casos que afectan ¨²nicamente a Reino Unido", asegura. La profesora Bramon remacha, en ese sentido, que "no hay nada en la doctrina del islam que tolere esas pr¨¢cticas". Cosa distinta, dice, es que "haya personas musulmanas que lo practiquen".
El matrimonio forzoso es la expresi¨®n m¨¢s grave de un cierto sometimiento al que, seg¨²n los expertos, se ven abocadas algunas mujeres en Espa?a. Los ¨²ltimos casos que han salido a la luz p¨²blica con especial virulencia dibujan el perfil de una mujer de origen magreb¨ª, casada muy joven con un pariente y sumida en una situaci¨®n de aislamiento.
En Marruecos, la situaci¨®n es dispar. En las grandes ciudades como Rabat o Casablanca, los matrimonios forzados son residuales. "Estamos encima del tema y luchamos por evitarlos", explica Pilar Duat, directora de Intermon Oxfam en el reino alau¨ª. Duat a?ade que, aunque a¨²n existen disposiciones discriminatorias contra las mujeres, en 2004 se reform¨® el C¨®digo de la Familia, que rige el estatuto de la mujer. "Desde entonces, los 18 a?os son la edad legal para el matrimonio y es necesario el consentimiento de los dos contrayentes", cuenta. Antes, no exist¨ªa una edad m¨ªnima.
El problema, sobre todo, radica en las zonas rurales. Un 10% de los matrimonios en los pueblos involucra a menores, seg¨²n datos del Ministerio de Justicia que maneja la asociaci¨®n Liga Democr¨¢tica por los Derechos de las Mujeres (LDDF, en sus siglas en franc¨¦s). "Trabajamos en campa?as de sensibilizaci¨®n y organizamos caravanas que viajan por Marruecos para hablar de los derechos de la familia", explica Jamila Garmouma, miembro de la delegaci¨®n en Rabat de LDDF. ?Qu¨¦ ocurre cuando esas mujeres llegan a Espa?a? "Las mujeres emigradas est¨¢n regidas por el c¨®digo marroqu¨ª, que establece las relaciones entre el hombre y la mujer", cuenta Garmouma. El problema, asegura, es que "mucha emigraci¨®n sale del mundo rural y sin estudios".
Eso hace que en muchas ocasiones la situaci¨®n de sometimiento no sea vista como un problema a denunciar. Para solucionar esta situaci¨®n es fundamental un cambio de mentalidad. "Lo deseable es que con las nuevas generaciones desaparezca, pero el peso de la tradici¨®n en algunos grupos sociales magreb¨ªes, sobre todo de la zona del Atlas, es muy fuerte. Todav¨ªa hoy, muchos padres creen que son propietarios de sus hijas", indica Bramon. A pesar de eso, la profesora asegura que se est¨¢ produciendo un peque?o cambio.
Y las autoras de ese cambio son, sobre todo, las m¨¢s j¨®venes. Como Mariam El Mouden, de la Asociaci¨®n ?rabe de Educaci¨®n y Ense?anza: "Tengo amigas que se enfrentan a sus padres porque no les dejan hacer tal o cual cosa. Ellas han nacido aqu¨ª, se han criado aqu¨ª". A?ade, riendo, que de todos modos no conoce a ning¨²n padre que encierre a sus hijas en la habitaci¨®n. Jordi Moreras advierte de que el cambio de mentalidad requiere prudencia: "No deben pensar que se les pide que renuncien o escapen a su tradici¨®n".
El mantenimiento de esa tradici¨®n genera miedo en muchas de las familias inmigrantes. "Las j¨®venes ahora denuncian m¨¢s. Eso a veces asusta a las familias de personas inmigrantes que est¨¢n en Espa?a desde hace mucho tiempo. Los conflictos son intergeneracionales, pero tambi¨¦n por la mayor libertad de la mujer, que hace que algunas familias se sientan atacadas", explica Alba Garc¨ªa, quien sostiene que oponerse a un matrimonio forzoso y escapar de ¨¦l suele suponer la ruptura de los lazos familiares. "A veces, los padres usan m¨¦todos duros para evitar que sus hijas escapen a su control. Las atan en corto", a?ade.
Esa ruptura puede llevar a verdaderos dramas asociados al proceso migratorio. "Hay mujeres que vienen aqu¨ª, que han tenido relaciones de pareja m¨¢s libres en sus pa¨ªses, que cuando sus maridos ven el nivel de libertad, el referente de la mujer que hay, se asustan y ejercen m¨¢s control", explica una especialista en igualdad de la Comunidad de Madrid. "Estamos detectando a mujeres con depresiones asociadas con el aislamiento. Sobre todo, de origen paquistan¨ª. All¨ª participan en el espacio p¨²blico, segregado. Esa no es nuestra realidad", constata Rodr¨ªguez.
A eso se suma que muchas de esas mujeres cuando llegan a Espa?a no hablan el idioma, han llegado por reagrupaci¨®n familiar y, en el caso de que dejen a sus maridos, no tienen opciones para trabajar. En casos "muy puntuales", asegura Rodr¨ªguez, las condena a la prostituci¨®n.
Recluidas en el c¨ªrculo familiar m¨¢s pr¨®ximo
- Mar¨ªa, de 16 a?os, casada a la fuerza. La joven fue rescatada por los Mossos d'Esquadra a principios de marzo. La menor viv¨ªa en un pueblo de unos 5.000 habitantes en Italia desde hac¨ªa nueve a?os. Adem¨¢s, estudiaba en un instituto en una ciudad cercana. En Navidad, sus padres la llevan a Er Rachidia, una localidad en la zona del Atlas en Marruecos, de donde es originaria, y la casan con un primo de la extensa familia, 11 a?os mayor que ella. A finales de febrero, se trasladan a L'Hospitalet de Llobregat, en Barcelona. En cuanto la menor pone un pie en Espa?a, aprovechando un despiste de sus allegados, env¨ªa un mensaje de texto a una profesora italiana con la que tiene confianza. Le cuenta d¨®nde vive, que la han casado en contra de su voluntad y que se quiere marchar. Los Mossos d'Esquadra la salvan el 1 de marzo. La menor cuenta a los agentes que ha sido agredida sexualmente con violencia. Su marido queda en libertad con cargos. Su madre ha viajado a L'Hospitalet para verla, pero ella, que est¨¢ en un piso de acogida, se niega a verla.
- Nacira, 28 a?os, encerrada en casa por el marido. Nacira Jalil, de 28 a?os, estuvo al menos un a?o encerrada en su casa por su primo y marido, Mohamed Kouba, que recientemente ha sido condenado por la Audiencia de Barcelona a cinco a?os de prisi¨®n por un delito de detenci¨®n ilegal con la agravante de parentesco. La mujer permaneci¨® encerrada en su propia casa y solo pod¨ªa moverse por el cuarto de ba?o y la habitaci¨®n, de la que el marido ten¨ªa las llaves. En su declaraci¨®n ante la polic¨ªa, Nacira expres¨® su deseo de tener hijos con su marido y de que este la tratase bien. A trav¨¦s de las rejas de la ventana de la habitaci¨®n, Nacira contact¨® con el empleado de un locutorio. ?l y su madre la estuvieron alimentando a escondidas en los periodos en que Kouba estaba fuera de casa. Seg¨²n el tribunal, la relaci¨®n de Nacira con el mundo exterior hizo que "replanteara su situaci¨®n y se rebelara". Que Nacira hubiera aceptado al principio su cautiverio "por razones educacionales, socioculturales, familiares" u otras no exime de culpa al marido.
- F¨¢tima, de 26 a?os, la ¨²nica mujer de Cunit que usa velo integral. F¨¢tima Bumlaqi es la ¨²nica mujer de Cunit (Tarragona) que cuando sale a la calle se cubre con el velo integral. F¨¢tima encaja con el perfil de mujer casada a la fuerza, aunque ella no se queja de su enlace: se cas¨® cuando era menor de edad, con un hombre mucho mayor, no tiene estudios, no habla espa?ol y no se relaciona con su entorno. F¨¢tima contrajo matrimonio a los 16 a?os con su esposo, Mustafa, de 20 a?os m¨¢s que ella. Lleg¨® a Cunit antes de cumplir la mayor¨ªa de edad. Tiene tres hijos y nunca ha trabajado. Su ocupaci¨®n es b¨¢sicamente cuidar de los cr¨ªos y llevarlos al colegio. Sale poco, apenas tiene amigas y no cruza palabras ni con los aut¨®ctonos ni con mujeres musulmanas.
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