Farley Granger, un extra?o en Hollywood
El actor trabaj¨® a las ¨®rdenes de Hitchcock, Ray y Visconti
Farley Granger fue estrella antes que actor, factura que marc¨® su breve e intensa carrera cinematogr¨¢fica. Floreci¨® frente a una c¨¢mara y envejeci¨® lejos de ella. Su rostro madur¨® en el teatro y la televisi¨®n, pero siempre estar¨¢ pegado a dos cl¨¢sicos de Alfred Hitchcock que interpret¨® de joven -La soga (1948) y Extra?os en un tren (1951)- y dos pel¨ªculas de dos cineastas tan opuestos como insobornables, Los amantes de la noche (1949), de Nicholas Ray, y Senso (1953), de Luchino Visconti. El actor falleci¨® el domingo en Nueva York a los 85 a?os.
Granger se neg¨® a pactar con los c¨®digos sociales de su tiempo y, tras no pasar por el aro de uno de esos falsos matrimonios dise?ados para las estrellas gais de los grandes estudios, dej¨® Hollywood para instalarse, de por vida, en la costa Este. En sus memorias confes¨® que la actriz Shelley Winters hab¨ªa sido el amor de su vida, pero en su boca, la palabra soltero ten¨ªa ecos altamente reivindicativos.
El resto de su carrera fue el imposible intento de mantener a esa altura moral y creativa una accidental filmograf¨ªa. "Me fui de Hollywood porque no conoc¨ªa mi oficio'', dijo en una ocasi¨®n, "yo era una estrella, pero no sab¨ªa nada de ser actor". Sin embargo, cuando le preguntaron a Alfred Hitchcock por el talento de Granger al director brit¨¢nico le bast¨® una frase para explicarlo: "En sus manos, hasta las p¨¢ginas amarillas resultaban intrigantes".
Granger, que hab¨ªa nacido en 1925, consigui¨® el ¨¦xito a los 16 a?os. Oriundo de San Jos¨¦, California, era hijo del due?o de un concesionario de autom¨®viles. La historia de su familia es la del naufragio de la Gran Depresi¨®n. Arruinados, los suyos se mudaron a Los ?ngeles en busca de una vida mejor. All¨ª es donde Farley Granger se top¨® con su futuro.
Era alumno de la escuela de secundaria de North Hollywood cuando Samuel Goldwyn repar¨® es su atractivo perfil y le contrat¨® para La estrella del norte (1943). "Fue una carrera milagrosa", reconocer¨ªa el actor a?os m¨¢s tarde, "yo no ten¨ªa ni talento ni entrenamiento y, de repente, estaba trabajando con Walter Huston, Anne Baxter y Walter Brennan". Una d¨¦cda despu¨¦s, en 1953, Granger compr¨® su libertad pagando por los dos a?os de contrato que le quedaban con Samuel Goldwyn en la Metro Goldwyn Mayer. La excusa era que quer¨ªa trabajar en Broadway: "En realidad , Hollywood nunca fue mi sitio".
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