Bonos para un sue?o
La crisis nos exige sentar las bases de un verdadero gobierno econ¨®mico posnacional y solamente los eurobonos pueden ofrecer una respuesta sist¨¦mica para terminar con las persistentes amenazas al euro
En uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos Tomaso Padoa-Schioppa, uno de los grandes europe¨ªstas de nuestro tiempo y padre intelectual del euro, escrib¨ªa: "Si la respuesta pol¨ªtica a una amenaza sist¨¦mica no es, en s¨ª misma, tambi¨¦n sist¨¦mica, sus posibilidades de ¨¦xito ser¨¢n nulas. Solo una Uni¨®n m¨¢s unida, capacitada para mediar con crisis sist¨¦micas, ser¨¢ capaz de confrontar los p¨¢nicos sucesivos en los mercados y los frenazos en la actividad econ¨®mica".
El Pacto por el Euro Plus que acaba de acordar el Consejo Europeo supone un avance significativo hacia la Uni¨®n Econ¨®mica, pero no es suficiente. Solamente los eurobonos pueden ofrecer una respuesta sist¨¦mica para terminar con las persistentes amenazas al euro. Su puesta en marcha se interpretar¨ªa como una apuesta definitiva por el federalismo, reabrir¨ªa el debate sobre la necesaria fiscalidad com¨²n y demostrar¨ªa el compromiso real de nuestros l¨ªderes con el proyecto pol¨ªtico europeo.
Los mercados est¨¢n poniendo en duda la continuidad de la UME en su forma presente
Alemania, principal detractora de la idea del Eurobono, deber¨ªa liderar ese cambio
El reciente colapso pol¨ªtico y econ¨®mico de Portugal, de consecuencias todav¨ªa inciertas, es una prueba m¨¢s de que esta no es simplemente una crisis financiera o de la deuda soberana. A pesar de los compromisos acordados para mejorar la gobernanza econ¨®mica, los ataques a la eurozona persisten. La crisis ha sacudido los pilares de la Europa que conoc¨ªamos y sigue estando en juego la supervivencia del euro y, por extensi¨®n, el proyecto pol¨ªtico de la Uni¨®n. Por esa raz¨®n, la soluci¨®n no puede basarse ¨²nicamente en una mejor coordinaci¨®n intergubernamental de pol¨ªticas econ¨®micas y una mayor disciplina fiscal. La crisis nos exige sentar las bases de una verdadera gobernanza econ¨®mica posnacional.
El Pacto por el Euro Plus tiene dos grandes debilidades, una de m¨¦todo y otra de contenido: al basarse en el m¨¦todo intergubernamental, es decir, en los compromisos voluntarios de los Estados para su cumplimiento, corre el riesgo de quedarse en papel mojado -como le sucedi¨®, por ejemplo, a la Estrategia de Lisboa. En segundo lugar, no aborda la debilidad fundamental de nuestra Uni¨®n Monetaria (UME), la carencia de una fiscalidad com¨²n que permita corregir nuestros desequilibrios internos y responder a shocks macroecon¨®micos asim¨¦tricos como el que ahora padecemos.
La Uni¨®n Europea necesita mayores recursos propios para fomentar inversiones en bienes p¨²blicos europeos, resolver los problemas bancarios y moderar los desequilibrios de nuestra geograf¨ªa econ¨®mica. Muchos europeos quiz¨¢s no sepan que la Uni¨®n Europea gasta apenas el 1% de su renta, una cantidad simplemente insuficiente, para responder a nuestras obligaciones comunes.
La falta de recursos propios es una de las razones por las que la eurozona ha sufrido la crisis con mayor agudeza que, por ejemplo, Estados Unidos, que entraba en la crisis con unas ratios de deuda y d¨¦ficit sobre el PIB, en algunos de sus Estados, m¨¢s altos que en los pa¨ªses de la eurozona. Con un sistema fiscal compartimentado en secciones nacionales, la especulaci¨®n financiera internacional ha sido capaz de atacar los puntos m¨¢s d¨¦biles de nuestra UME. Es probable que si Estados Unidos no gozara de un presupuesto federal fuerte, del 40% del PIB en su caso, hoy estar¨ªamos hablando de Florida o California en vez de Grecia o Irlanda.
Las dificultades en las que se encuentra Europa son en gran parte consecuencia de una tendencia hist¨®rica de ra¨ªces profundas que se traduce en una crisis irreversible de los Estados naci¨®n europeos, incapaces de afrontar en el marco de la soberan¨ªa nacional los retos que plantea la globalizaci¨®n. La crisis ha funcionado como un se¨ªsmo en ese largo proceso y ha forzado a un replanteamiento de las estructuras de gobierno.
Hasta el momento, se han realizado avances notables en lo que se refiere al gobierno econ¨®mico. Hace tan solo tres a?os hubiese sido impensable que en 2011 se pusieran en funcionamiento tres autoridades de supervisi¨®n financiera europeas y un Consejo Europeo encargado de prevenir riesgos sist¨¦micos. Tampoco nadie hubiera imaginado que estar¨ªamos funcionando en un Semestre Europeo para una mejor coordinaci¨®n de nuestras pol¨ªticas presupuestarias, ni que se acordara la reforma del reci¨¦n nacido Tratado de Lisboa para crear un Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), o lo que es lo mismo, un Fondo Monetario Europeo.
Todas esas medidas son positivas y contribuir¨¢n a acercar nuestras pol¨ªticas en materia econ¨®mica, a prevenir riesgos y a mediar con futuras crisis. No obstante, un fondo de rescate basado en las contribuciones de los Estados no ser¨¢ suficiente si los contagios se extienden. Incluso podr¨ªa resultar contraproducente, si los altos costes de los rescates repercutieran en tensiones pol¨ªticas entre los miembros de la eurozona.
Tampoco, desgraciadamente, parece que est¨¦n sirviendo para demasiado las pruebas de resistencia bancarias, ni los recortes sociales ad infin¨ªtum, exigidos por Alemania. No olvidemos que la crisis pol¨ªtica en Portugal ha estallado en el proceso de aprobaci¨®n del cuarto plan de recortes en un a?o y, con todo, los intereses del bono luso a 10 a?os siguen estando alrededor del 8%.
Los mercados ya no dudan de la solvencia de uno u otro pa¨ªs; est¨¢n poniendo en duda la continuidad de la UME en su forma presente. La ¨²nica respuesta que puede calmar esas dudas es un paso adelante definitivo hacia el federalismo fiscal. Los eurobonos ofrecer¨ªan la evidencia de que ese camino es posible, de que existe la voluntad pol¨ªtica para avanzar en la integraci¨®n europea hasta sus ¨²ltimas consecuencias.
Como apuntaban recientemente Jean-Claude Junker, primer ministro y ministro del Tesoro de Luxemburgo, y Giulio Tremonti, ministro de Econom¨ªa y Finanzas de Italia, "los eurobonos permitir¨ªan mandar un mensaje rotundo a los mercados sobre nuestro compromiso pol¨ªtico con la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria y sobre la irreversibilidad del euro".
Los t¨ªtulos de deuda europeos podr¨ªan ser emitidos por una nueva Agencia Europea de la Deuda (EDA) que sustituir¨ªa al MEDE y tendr¨ªa el mandato de alcanzar una emisi¨®n del papel vigente del 40% del PIB de la Uni¨®n. Los Estados miembros tendr¨ªan la posibilidad de financiarse con bonos europeos, bonos "azules", seg¨²n la propuesta del think tank Bruegel, hasta un cierto l¨ªmite de endeudamiento y por encima de ese l¨ªmite se ver¨ªan obligados a emitir bonos nacionales de deuda, "bonos rojos".
Esto permitir¨ªa que el mercado europeo de deuda alcanzara el nivel de liquidez de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, con unos tipos de inter¨¦s muy bajos -puesto que el riesgo de suspensi¨®n de pagos asociado al conjunto de la eurozona ser¨ªa pr¨¢cticamente nulo- y evitar¨ªa ataques especulativos. Asimismo, ser¨ªa la mejor f¨®rmula para incentivar la disciplina fiscal -desde luego m¨¢s eficiente que la inclusi¨®n de l¨ªmites de deuda y d¨¦ficit en nuestras constituciones nacionales, como se ha propuesto-, puesto que los pa¨ªses har¨ªan lo posible por evitar los "bonos rojos" soberanos, mucho m¨¢s caros.
Pese a lo que algunos puedan pensar, esta no es una decisi¨®n t¨¦cnica, es una decisi¨®n pol¨ªtica fundamental que servir¨ªa de term¨®metro del compromiso por la convergencia y la solidaridad europeas que impregnan la palabrer¨ªa de nuestros tratados. Alemania, principal detractora de la idea, deber¨ªa liderar ese cambio, puesto que ella ser¨ªa la primera beneficiada de una Europa estable y bien equipada para navegar en las aguas econ¨®micas globales.
Tras 60 a?os de viaje europeo nos encontramos en un punto de inflexi¨®n. La declaraci¨®n Schuman, que dio el pistoletazo de salida a la integraci¨®n europea, dec¨ªa: "Europa no se construir¨¢ toda de una vez, o siguiendo un ¨²nico plan. Se lograr¨¢ a trav¨¦s de acuerdos concretos que crear¨¢n una solidaridad de facto". Entonces, la propuesta de poner en com¨²n la producci¨®n del carb¨®n y del acero sent¨® las bases del desarrollo econ¨®mico interdependiente, como primer paso hacia la Uni¨®n Europea que conocemos hoy. Ahora, la decisi¨®n sobre los eurobonos es probablemente el paso m¨¢s importante de la Europa poscrisis, que reflejar¨ªa la fortaleza fundamental de nuestro compromiso con la idea de Europa.
Antonio Rold¨¢n Mon¨¦s es asesor en el Parlamento Europeo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.