21 operarios sufren alteraciones gen¨¦ticas por la radiaci¨®n
De ahora en adelante formar¨¢n parte de los estudios con que los cient¨ªficos tratan de precisar c¨®mo incide en la salud la exposici¨®n a dosis bajas de radiactividad: al menos 21 operarios pertenecientes al ret¨¦n que permanece en Fukushima para intentar controlar los reactores de la planta ya sufren una aceleraci¨®n en el ritmo de alteraci¨®n del ADN por efecto de la radiaci¨®n. As¨ª lo inform¨® ayer el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), que detall¨® por primera vez el n¨²mero de trabajadores de Fukushima que ya han recibido una dosis superior a los 100 milisieverts (mSv), el umbral a partir del cual se considera que la radiactividad afecta la salud.
Estas 21 personas han aumentado la probabilidad de padecer c¨¢ncer a largo plazo entre el 1 y el 5%, seg¨²n los expertos. "Ahora mismo, en su sangre ya puede detectarse el incremento de modificaci¨®n del ADN. Requieren un seguimiento intensivo para ver como evolucionan al cabo de los a?os y las d¨¦cadas", advierte el profesor Francesc Barquinero, bi¨®logo y experto internacional en radiobiolog¨ªa que colabora con el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) y profesor de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Las alteraciones del ADN son un mecanismo natural: el organismo humano las genera en un orden de entre una y dos alteraciones cada 2.000 c¨¦lulas. Tras recibir una dosis de 100 mSv, el organismo multiplica ese ritmo por cinco: produce entre cinco y diez alteraciones cada 2.000 c¨¦lulas. Y estas c¨¦lulas que realizan alteraciones tras haber recibido radiactividad tienden al error: se multiplican replicando el c¨®digo gen¨¦tico con ligeros desajustes que pueden propiciar un proceso cancer¨ªgeno. En estos casos, la enfermedad suele tardar entre cinco y diez a?os en concretarse.
La situaci¨®n de los empleados ilustra la complejidad de c¨®mo la radiactividad afecta al organismo: libera energ¨ªa en el interior del cuerpo desajustando el funcionamiento normal de las c¨¦lulas. Es el ¨²nico fen¨®meno que puede medirse; una vez recibida esa energ¨ªa las consecuencias se mueven entre la probabilidad y la incertidumbre, hasta el punto de que no pueden descartarse otros efectos todav¨ªa desconocidos de la exposici¨®n a bajas dosis de radiactividad. "Solo sabemos lo que hemos podido aprender b¨¢sicamente de los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, de Chern¨®bil", detalla Barquinero. "Y a partir de ahora... de lo que les ocurra a los empleados que trabajan en Fukushima".
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